La fiscalía de Düsseldorf (oeste de Alemania) informó hoy que el copiloto investigado por estrellar de forma voluntaria el avión de Germanwings en los Alpes franceses tenía un certificado médico de baja por enfermedad psiquiátrica que había roto y ocultado a la empresa, vigente todavía para el día de la tragedia aérea.
Al precisar los resultados del allanamiento al domicilio de Andreas Lubitz, alemán y de 27 años, la fiscalía explicó que entre los documentos secuestrados hay "bajas médicas rotas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos".
Añadieron que los certificados demuestran que el copiloto "ocultó a su empleador y a su entorno profesional" su enfermedad. Por otro lado la fiscalía negó que en los registros realizados ayer en la casa de los padres de Lubitz, en la localidad de Montabaur, o en su departamento de Düsseldorf, se hubiera encontrado una carta de despedida.
Tampoco encontraron pistas que avalen la hipótesis de un atentado por razones religiosas o políticas.
La información oficial avala lo publicado hoy por el diario alemán "Bild" que señala que el copiloto que habría provocado el martes la muerte otras 149 personas, entre ellos tres argentinos, estuvo seis meses bajo tratamiento psiquiátrico en 2009 antes de completar su formación, en 2013.
Lubitz sufrió una grave depresión hace seis años cuando cursaba los estudios de piloto, afirmó el diario que tuvo acceso a documentos oficiales y añadió que desde entonces estaba bajo vigilancia "médica
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especial y regular".
Lufthansa, casa matriz de la aerolínea de bajo costoGermanwings, informó de ello a la autoridad alemana de supervisión del transporte aéreo, la Luftfahrtbundesamt (LBA).
Lubitz, al que sus allegados describen como una persona deportiva y "muy competente", había sufrido "depresiones y crisis de angustia" durante sus estudios de piloto, iniciados en 2008 y por esa situación había interrumpido la cursada "durante cierto tiempo", pero luego los retomó, los terminó sin problemas y comenzó a trabajar en 2013, explicó ayer el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr.
Según dijo, el copiloto superó todos los tests, incluidos psicológicos, previos a la contratación.
Mientras tanto, este viernes en Francia, la gendarmería reanudó en la localidad de Seyne-les-Alpes (sudeste) las operaciones de recuperación de los cuerpos de las víctimas y la búsqueda de la
segunda caja negra del avión.