La columna pasada cuantificamos la espectacular ganancia financiera en dólares alcanzada en el bimestre mayo-junio. Un tenedor de depósito a plazo fijo en pesos acumuló, en ese lapso, un 16,5% de renta en dólares por su inversión. También señalamos el contraste entre dicho negocio especulativo a costa del Estado y el hundimiento de la economía real en la primera mitad del año, tal como lo registran las cifras oficiales.
El PBI del primer trimestre 2019 acusó una caída interanual del 5,8%. Más grave aún resulta la retracción del consumo privado, que disminuyó un 10,6% interanual, y el desplome de la tasa de inversión. La formación bruta de capital presenta una baja en el primer trimestre de este año del 24,6% respecto del mismo período del 2018. En la misma sintonía, el índice de producción industrial (IPI) registró un descenso del 10,6% en el primer cuatrimestre del 2019. El indicador sintético de la construcción fue negativo en un 7,5%, y el de energía en un 3,2%, ambas variaciones interanuales correspondientes al primer trimestre 2019.
A su vez, la utilización de capacidad instalada en abril es del 61,6%, verificándose una ociosidad mucho mayor que ese promedio en la industria automotriz (37,6%), metalmecánica (46,7%) y textil (49,5%). Sin embargo, el dato más ominoso resultante del cuadro descripto se manifiesta en la tasa de desocupación abierta, que para marzo fue del 10,1%, luego de trece años con mediciones de un dígito.
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El resumen de la economía real expuesto en sus números duros es el resultado de una política de ajuste centrada en un torniquete fiscal y monetario orientado a contraer la actividad interna, a fin de cerrar el desequilibrio externo. Pese a esto, la cuenta corriente del balance de pagos del primer trimestre del año en curso presentó un déficit de U$S 3.849 millones, cuya proyección anual se aproxima a los U$S 16.000 millones. Sin financiamiento, con caída permanente de reservas por fuga de divisas y falta de ingreso de dólares por las exportaciones agropecuarias (el primer semestre se liquidaron U$S 10.718 millones, por debajo de los U$S 10.942 millones ingresados en el mismo período del 2015) resulta inviable la sostenibilidad del sector externo.
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