Desendeudadas nos queremos: la centralidad del movimiento feminista

10 de junio, 2018 | 06.00

El lunes pasado se realizó la cuarta marcha Ni Una Menos en donde la principal consigna fue la legalización de la interrupción del embarazo. Sin embargo, no fue la única. La bandera que llevó el colectivo llevaba inscripto: Desendeudadas nos queremos ¿Por qué? ¿Que tiene que ver el feminismo con la deuda?

“Cuando decimos vivas, libres y desendeudadas nos queremos estamos diciendo: no al FMI y no a seguir endeudando nuestras economías domésticas”, aseguró Lucía Cavallero socióloga y miembro del colectivo Ni Una Menos, quién además explicó la relevancia del movimiento feminista en el marco de las políticas económicas que impulsa Cambiemos que no solo precarizan a la mayor parte de la población sino que perjudican, en especial, a las mujeres.

De esta manera Cavallero indicó que las políticas económicas del Gobierno, típicas de gobiernos neoliberales, son una forma de precarización de la vida de las mujeres, que implican violencias específicas sobre los cuerpos y que además organizan una economía de la violencia. Por esto es que uno de los objetivos fue y es visibilizar el endeudamiento público y el de las economías domésticas. “Lo que se está dando es que para pagar servicios las mujeres se tienen que endeudar pagando tasas de interés desorbitantes”, añadió.

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Pero volvamos, ¿Cambiemos que está haciendo en materia de deuda? ¿Cuál es la centralidad del movimiento feminista en esta coyuntura?

Desde que asumió Mauricio Macri se impulsó el endeudamiento público, de los sectores medios y de los sectores populares a través de diferentes dispositivos. Para el caso del endeudamiento externo, tal como señaló el último informe de CIFRA, el ritmo de expansión es muy superior a los registros históricos dado que entre 2016-2017 el Gobierno aumentó la deuda externa pública en USD 30.000 millones anuales (y eso sin considerar los bonos emitidos para el pago a los Fondos Buitres)

De esta manera si comparamos con promedios anuales de las últimas cuatro décadas en precios constantes de 2017 se advierte que en la última dictadura militar el endeudamiento externo público alcanzó a USD 10.064 millones por año; durante el Gobierno de Alfonsín fue 9.418 millones; en los 90´fue de 3.651 millones anuales y durante el kirchnerismo creció en 900 millones de dólares. Esto sin tener en cuenta el endeudamiento que acaba de acordar el Ejecutivo con el Fondo Monetaria Internacional después de 18 años sin que el país le pida préstamos a esa institución.

Por otro lado, a los pocos meses de iniciada la gestión de Cambiemos se puso en funcionamiento una nueva línea de créditos hipotecarios, conocidos como créditos UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) que, a diferencia de los créditos tradicionales, se actualizan por el índice de Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), el cual varía según el índice de Precios al Consumidor (IPC). Si bien estos créditos requieren cuotas iniciales de los valores de los alquileres, una vez que se establece la cuota la misma empieza a ajustarse mensualmente por la inflación del período. Pese a que existe una cláusula que protege al tomador del crédito en caso de aumento del índice de precios y obliga a los bancos a prolongar el plazo, los salarios pueden no acompañar la inflación, como de hecho está pasando, y el pago de las cuotas se convierte en un grave problema. Además como el monto se fija en pesos pero valuado el inmueble en dólares, el valor de la solicitud puede modificarse al momento de la escritura, como también está pasando.

Según indicó el informe de Créditos Hipotecarios UVA del Centro de Estudios Económicos y Sociales (CESO), los montos prestados mes a mes fueron creciendo desde la implementación de la línea crediticia, alcanzando una participación del 50% en el total de créditos hipotecarios a nivel nacional y desplazando tanto a los Créditos a Tasas Fijas como a Tasas Variables. En lo que va de 2018, casi el 100% de los créditos hipotecarios otorgados son bajo la modalidad UVA y a marzo de 2018, el stock de préstamos UVA ascendió a $ 100 mil millones.

Por último, tal como se señaló anteriormente en este medio, según relevó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la caída del poder adquisitivo de los jubilados y de quienes reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) provocó un incremento del endeudamiento de este sector. En este sentido, durante el segundo semestre de 2017 los créditos que se otorgaron para los más pobres ascendieron a 56.000 millones de pesos. Esto implicó un 40% más que los casi 40.000 millones que se dieron entre julio de 2012 y junio de 2017.

De esta manera, la consigna desendeudadas nos queremos adquiere un rol central en el marco de las políticas impulsadas desde el Gobierno. En lo que va la presidencia de Macri el movimiento feminista ya realizó dos paros nacionales. Sin peros, sin vueltas y sin reuniones a escondidas, las mujeres salieron y salen a la calle. Ni Una Menos busca limitar las políticas que impulsa Cambiemos, aseguró Cavallero.

Además explicó que el feminismo piensa la deuda como un bloqueo a las autonomías debido a que la sujeción de la deuda expropia capacidad de decisión en el presente y el futuro y muchas mujeres se endeudan hipotecando capacidad de decisión para el futuro. “Exigir que estemos vivas, libres y desendeudadas, representa una lucha no solamente contra la violencia ejercida por los varones, sino también contra las políticas neoliberales”, dijo la integrante del colectivo Ni Una Menos.

Las deudas generan un “puente” entre el presente y el futuro y se presentan como si no ejercieran represión sobre quien las contrae pero los y las deudoras determinan su accionar en base a esos endeudamientos. Como señaló, Economía Feminista, el acuerdo que negoció el Gobierno con el FMI está sujeto a condiciones que implican ajuste, en especial, al sector público, a la salud y la educación, compuesto por mayoría de mujeres trabajadoras. Salir a la calle, reclamar por el derecho a una maternidad deseada, por estar vivas y por no estar endeudadas es, en palabras de Judith Butler, reclamar por una vida más vivible.

Después del aborto lo que va a venir es un feminismo derramando potencia en la conflictividad social acrecentada por el acuerdo con el FMI; haciendo alianzas por abajo, que exceden las internas y divisiones partidarias y gremiales y que no solo busca bloquear las políticas neoliberales, sino proponer otros modos de vida, concluyó Cavallero.