La crisis de la actividad industrial recrudece mes a mes. En noviembre pasado se desplomó un 13,8% en comparación al mismo periodo de 2017 y se confirmó la recesión de la economía como así también quedó en evidencia la crisis que atraviesa la producción nacional por “la falta de una política industrial coordinada” del gobierno de Cambiemos. Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) ven con preocupación la situación ya que es la séptima caída al hljo que sufre el sector.
En una entrevista con El Destape, el Director del Centro de Estudios de la UIA, Pablo Dragún, analizó la situación de la industria durante 2018 y puntualizó en las condiciones que deben darse para que los sectores industriales no sigan cayendo: bajar la tasa de interés, un dólar controlado, mayor previsibilidad, créditos productivos para pequeñas y medianas empresas; entre otros. No obstante, se mostró escéptico con que haya “una mejora generalizada” en el 2019 para todos los sectores de la indsutria.
- El INDEC informó que el estimulador mensual industrial (EMI) cayó un 13%, ¿Qué análisis hacen de esta caída y cómo fue el 2018 para la actividad industrial?
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- Es un dato que un poco se sentía venir. Nosotros vamos a sacar nuestro informe en pocos días que va a dar un poco menos, por cuestiones de medición. No obstante, respecto al número de la caída, se evidencia el ajuste sobre la actividad real que genera la macroeconomía por la alta tasa de interés que provoca un ajuste sobre la obra pública por materia fiscal que termina contrayendo la actividad de la construcción. La contracción de la fuerte suba de la tasa de interés que curte la operación de la empresa, los planes de créditos que no funcionan y a su vez esta baja de la demanda de bienes internos que lo ves en datos de importación, repercutió sobre la industria nacional.
- Se notó durante el 2018 que por varios meses consecutivos la actividad industrial cayó.
- Nosotros a principio de año decíamos que la industria venía a tres velocidades. Tenías una serie de rubros que venían creciendo a más del 10%, que es el sector vinculado a la construcción, al acero y al aluminio que a partir de mayo siguió creciendo, pero hubo cierta desaceleración en el crecimiento de metálica y otros materiales de la construcción. En junio, la construcción quedó enterrada en negativo y todo lo vinculado al sector mientras que en noviembre llegó a valores elevados. En tanto, el sector automotriz perdió el dinamismo del mercado local, Brasil siguió creciendo un poco pero no alcanzó, y el año terminó en la misma cifra que el 2017 cuando la realidad es que se esperaba otra cosa.
Después, hubo otro sector intermedio que crecía y caía a un 1 y 2 por ciento y que tenía una base de comparación relativamente baja y otros rubros que estaban vinculados al mercado interno que venían con caídas fuertes. Esas tres velocidades que venían creciendo fuerte, intermedio y en baja, era una imagen parecida a la de fines del 2017. Lo que ocurre a partir de mayo con el primer salto cambiario, se desacelera los que estaban en el medio y caen pero los que estaban mas abajo también caen y después de septiembre que sube la tasa de interés se evidencian las caídas más fuertes. Además, con una tasa de interes que te hace difícil el crédito hipotecario y con el freno de la obra pública que era el sector que traccionaba mucho para arriba, tenemos que en 2018 se fue apagando los motores.
No obstante, la situación más compleja de esas tres velocidades es que nosotros hasta abril tuvimos un crecimiento del 3,6% pero que encubría que el sector textil, por ejemplo, caía a tasas importantes.
- Ante este panorama, ¿qué evaluación realizan de los errores que cometió el Gobierno en 2018 que llevó a esta caída de la industria y que haya sectores que no repuntan?
- Sí, hay algunos errores pero también hay algunas situaciones externas que son difíciles de manejar. Nosotros vemos que si la suba de la tasa de interes, se modera un poco, podrán ingresar flujo de capitales al país pero para sostener esto necesita una política industrial coordinada. Por ejemplo, el problema con el sector textil, cuando hubo cierto incremento en el consumo, a su vez, perdía cierta competitividad con productos de otros lugares por las importaciones y una vez que la variable cambiaria afecta un poco sobre el costo de las importaciones, hubo ajuste sobre la demanda interna cuando hay sectores que le venden al mercado interno, solamente. Fue algo desordenado pero entendemos que no fue algo que quisieron que ocurra así, pero contener tanto tiempo el tipo de cambio con una inflación elevada, es complicado y consume parte de la competitividad.
Con el esquema monetario que tenemos, con un dólar reprimido para que no haya inflación pero con una inflación del orden de la magnitud que se observa, se generó una tensión en al cual los mercados internacionales afectaron el precio del dólar y terminaron rompiendo todo tipo de cálculo previo a la inflación. Los números son elocuentes, al respecto
- Pero para ustedes, ¿existe una política industrial clara del Gobierno nacional que fomente el crecimiento del sector?
- Vemos que hay intentos pero necesitamos una coordinación más aceitada con la macroeconomía porque las decisiones macro condicionan todo. Necesitamos que ayude a cierta previsibilidad para promover las cuestiones internas y generar un mercado de trabajo dinámico que sea competitivo. Necesitas cierto orden macroeconómico y cierta previsibilidad.
Desde la UIA presentamos un documento con propuestas puntuales que no es un programa macroeconómico pero entendemos que es importante que el programa macro contemple las necesidades de las Pymes industriales del país y las contemple no solo con una medida paliativa - que ahora capaz es importante viendo los números negativo- pero también es necesario que se piense una agenda ofensiva procurando que las empresa puedan seguir creciendo, que puedan incorporar maquinaria, tecnología para producir más y así incorporar más gente.
Es importante esa coordinación, entendemos que no es fácil, pero es necesario tener un sendero en esa dirección porque vemos que es lo que le conviene a la sociedad y es hacia donde va el mundo. Hay que integrar a la industria argentina con servicios de alto valor agregado y es importante pensarlo en clave de la 4ta revolución industrial porque las fronteras que existían entre un sector y otro están totalmente difuminadas. No es solo mirar la cuenta final para ver cómo llegamos a pagar los intereses y la deuda que tenemos, sino que necesitamos una agenda para pensar cómo generar más recursos para que sea más fácil pagar esa deuda.
- ¿Y creen que esa agenda que ven necesaria, el Gobierno tiene intenciones de tomarla y ponerla en práctica?
- Buenos, me parece que el Gobierno está con metas claras en materia fiscal y con una tasa de interes tan alta es complicado crecer. Se entiende que el esquema lo usan para contener al dólar pero eso después hay que pagarlo. Hasta el año pasado, Argentina tenía un 14% de ratio crédito del sector productivo sobre el PBI, es una medida muy baja y está por debajo de los niveles de cualquier país latinoamericano, por eso, decimos que el país necesita un sistema crediticio acorde para generar las condiciones para que el banco le preste al sector productivo y eso permite crecer la frontera de posibilidades. Hacer más y mejores bienes e insertarse mejor en las cadenas de valor, insertar ciertas estabilidades para hacer una inversión, para eso necesitas crédito productivo.
Una empresa grande puede conseguir financiamiento afuera pero una empresa mediana o pequeña lo hace con un capital propio y la verdad que comprometer el capital propio en una situación con estos niveles de caída y con una tasa de intereses tan alta, es un costo de oportunidad muy elevado. Por eso, necesitamos una política industrial más coordinada que tienda a bajar las tasas y donde pueda estar mejor ordenada la cosa para que cuando tomemos deuda sirva para que la Argentina incremente y mejore su competitividad y no que sea para el gasto corriente. Necesitas un horizonte claro para incrementar sus capacidades productivas, no podes ir avanzando si todo el tiempo están viendo a ver qué pasa. Si lo llevamos a términos domésticos, es difícil planificar cuando tratas de llegar a fin de mes todo el tiempo. No es fácil porque cada disputa se termina dirimiendo a la cuestión electoral y son cuestiones a nivel país, por eso, deberíamos tener puntos en común y sostenerlo a largo plazo porque si hay oscilaciones tan marcadas cada tan poco tiempo, es difícil poder hacer un ciclo de inversiones como el país necesita.
- Para este 2019, las consultoras privadas pronostican una inflación del 28% y un dólar que superará ampliamente los 40 pesos. ¿Tienen alguna estimación desde la UIA? ¿Para ustedes, va a mejorar la actividad industrial?
- La verdad que no tenemos hecha una medición de cuánto puede dar la inflación aunque sí tenemos cálculos internos. Ahora estamos viendo y la verdad que es complejo el asunto y es difícil de calcular porque las estimaciones a principio de año decían un cosa y todo fue muy distinto. Uno ve el futuro en función de las variables pasadas y es difícil no pensar en las condiciones a cumplir para que se de en el futuro porque es un número que tiene un montón de supuesto atrás que se espera que se cumplan con todos. Nosotros vemos que para la industria, durante los tres primeros meses del 2019 van a seguir la tendencia de los últimos meses. Por eso, hacemos el corte desde abril del 2018 a abril del 2019 y fue un período muy negativo. Esperamos que después de abril, algunos sectores se recuperan pero es difícil observarlo si va a estar deprimida la obra pública
- Entonces, no son muy optimistas de que la situación mejore ¿no?
- Es que algunos sectores pueden mejorar, pero me cuesta pensar que haya una mejora generalizada para todos porque para eso debería sí o sí bajar la tasa de interes, bajar el riesgo país pero es todo muy reciente. Si se puede manejar la tasa de interes, se controla la variable dólar que puede ir acompañando, en parte, a la inflación sin desmadrarse y si no hay shocks externos, si se da todo esto, puede que no sea tan negativo el número pero el riesgo siempre está de que ocurra algún fenómeno que te haga saltar el dólar. Es complejo.