En medio del revuelo por las frases de Tristán Bauer sobre el mal estado en el que recibió el Ministerio de Cultura y por describirlo como "tierra arrasada", ahora salen a la luz los escandalosos números de la caída de la lectura como resultado de la crisis económica de la gestión de Mauricio Macri. Los más afectados fueron los sectores más vulnerables: las clases bajas y los adultos mayores.
A partir de la comparación de los resultados de la encuesta de Consumos Culturales realizada por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, entre 2013 y 2017, se obtiene que la caída fue de 13 puntos en la población que leyó al menos un libro.
Según el estudio de 2013, si se contrastan la encuestas de 2001 y la de 2011 "que son estrictamente comparables", hay "un incremento leve y sostenido en las tasas de lectura". No sucede lo mismo con los datos de la gestión macrista.
Mientras que en 2013 el 57% de la población leía al menos un libro por año, en 2017 esa cifra descendió a 44.2%. Así lo confirmó el periodista y editor de Caras y Caretas, Damián Fresolone en su cuenta de Twitter.
De los datos arrojados se desprende además, que el sector que más abandonó la práctica de la lectura fue el nivel socioeconómico bajo. En 2013 el 41% afirmó haber leído al menos un libro al año, mientras que cuatro años después la cifra fue de apenas el 21,8%, casi la mitad. En la clase media cayó 24 puntos y en la alta, sólo 8.
"Sobre los motivos por los que abandonaron la lectura, en 2013 el 4% respondió que las causas eran económicas, en 2017 casi el 10% dio esa respuesta. Fue la razón que más se incrementó en 4 años", aseguró Fresolone.
A su vez, los adultos mayores son quienes más apelaron a la crisis económicas para argumentar el abandono del hábito de la lectura. En 2013 sólo el 7,1% aseguró que la falta de dinero era el motivo para no poder leer, mientras que en 2017 el número subió a 15,4%.
Entre los motivos, también es alarmante el porcentaje al cual "no le interesa" la lectura. Mientras que en 2013 el porcentaje era del 23%, en 2017 ascendió al 47,1%.