“La verdad sirve al poder”, desafía el filósofo Dario Sztajnszrajber. El autor, que acaba de publicar Filosofía a Martillazos (Paidos), no teme involucrarse en temas de coyuntura y dispara: “me hace ruido esa cosa como fóbica de muchos intelectuales de no opinar sobre cuestiones de actualidad”. En una entrevista con El Destape describe sus sensaciones al encontrarse con multitudes ávidas de debate, analiza la comunicación del Gobierno y reivindica la denostada figura del militante, aquel que es capaz de dar su tiempo por el otro.
“El gobierno no ha hecho otra cosa estos cuatro años que poder seguir desplegando su identidad a partir de la construcción de un enemigo concreto que parece sacado de las películas: el kirchnerismo”, sostiene Sztajnszrajber, quien agrega que Michel Foucault sostenía que el poder genera resistencias, pero en este caso el poder (el macrismo) busca sus resistencias para legitimarse.
Filosofía a Martillazos es una obra que aborda -con un lenguaje sencillo- dilemas milenarios como el amor, el post amor, la verdad y la democracia. Dario Sztajnszrajber es autor de Filosofía en 11 frases, libro de no ficción más vendido en 2018.
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-¿Qué es la espectacularización de la política y que incidencia tiene en la actualidad?
-Es un término que se lo puede usar para tratar de discernir algunas variables y que el sentido común lo entiende como si fuese solo el hecho de que los líderes políticos presenten sus propuestas a través de formatos mediáticos tradicionales como la televisión. Sin embargo se la puede pensar de otra manera: hay algo propio en la lógica del espectáculo que atraviesa la forma en que se hace política y a veces uno tiene la sensación de que el mundo de la política está como prediseñado por el mismo tipo de prototipo que genera éxito a la hora de la espectacularización mediática.
-¿El actual gobierno hace una utilización abusiva de la espectacularización de la política?
-Nadie que haga política en términos tradicionales escapa a la espectacularizacion. El tema es qué relación hay con la presencia en este espacio: creo que un gran valor de este gobierno a nivel marketing a nivel eficacia, es decir haber ganado en dos elecciones, es moverse muy bien en ese terreno. El actual gobierno es un producto de la espectacularización de la política, porque no es que la utiliza sino que es parte del fenómeno. No sólo a nivel de cómo se presentan ellos como líderes sino cómo construyen su relación con sus adversarios y algo es propio del mundo del espectáculo que es la exaltación fuerte de los ánimos. Cualquier obra de ficción necesitas héroes y villanos, plantea siempre con quién te alineas, quiénes son tus amigos y tus enemigos. Hacen lo propio de un guión que explote que genera así como una identificación fuerte en cualquier televidente.
-Hay poca gestión y más comunicación
-El gobierno no ha hecho otra cosa en estos cuatro años que poder seguir desplegando su identidad a partir de la construcción de un enemigo concreto que parece sacado de las películas por sus características: el kirchnerismo. Te diría que más que el kirchnerismo como estructura política, el adversario es la cultura política kirchnerista. Retomando una famosa idea de Michel Foucault que sostiene que donde hay poder hay resistencia, es bueno también entender que no sólo las resistencias tratan de confrontar contra el poder sino también que los poderes muchas veces justamente se despliegan porque lo hacen contra resistencias que son las que le otorgan la posibilidad de expansión.
-Hay una frase en tu libro de Derrida que sostiene: "Es imposible probar en sentido estricto que alguien ha mentido aun cuando se pueda probar que no dijo la verdad", ¿cómo los medios cubren la crisis? ¿Se puede decir que mienten?
-Es una frase muy impactante porque construimos nuestro lugar en el mundo con ciertas distinciones binarias que nos dan tranquilidad, entonces asumir que en el fondo es imposible demostrar que el otro me está mintiendo hace tambalear todo. Para los que no creemos en la verdad en términos absolutos, las distinciones tradicionales se vuelven ambiguas. Derrida lo que está diciendo es claramente no que la gente no mienta sino que es imposible que uno pueda demostrar taxativamente a ciencia cierta que el otro me está mintiendo porque la mentira para Derrida es una cuestión de intención no información. Cualquiera de nosotros puede dar una información falsa y después decir me equivoqué, pero demostrar que hubo una intención de mentir y engañar solo queda en el fuero íntimo esté en lo que en filosofía se llama la cuestión volitiva, o sea la voluntad.
-En política también se amparan mucho en la intencionalidad y la “mentira involuntaria”
-Macri todo el tiempo dice no sólo decimos la verdad y la oposición a Macri todo el tiempo le pega diciendo Macri miente. ¿Ahora podemos taxativamente hablar de verdad y Mentira cuando en épocas de posverdad la información es maleable, interpretable, operable para un lado y para otro? Que la economía está en decadencia hace 4 años, que este es un modelo económico que postula una restricción y una imposibilidad de acceso a los sectores más desventajados es algo que después uno lo puede interpretar para un lado o para el otro. El gobierno interpreta que esta forma de gestionar el país es una forma de cómo de pulirlo después de años de modelos económicos que por priorizar la inclusión social íbamos éste generaron descompensaciones en los números. O sea nadie en el gobierno va a decir estamos generando pobreza estructural, siempre van a encontrar una justificación.
“La verdad y la mentira hoy en la política son categorías de la política no categorías filosóficas quiero decir la política es una cuestión de poder y la mentira y la verdad se vuelven herramientas de poder”, sostuvo.
-En tu libro citás a Antonio Gramsci con su idea del intelectual orgánico: ¿qué rol debe tener el intelectual en la sociedad?
-Yo vengo de la academia realidad pero hago divulgación: para mí un docente en un aula en un secundario en el Conurbano que trae la alegoría de la caverna de Platón y logra durante tres clases que sus 45 alumnos se pregunten a sí mismos acerca del lugar en el que están, de sus limitaciones y de sus potencialidades es un intelectual. Lo que está haciendo con un trabajo pedagógico es transformar la realidad entonces no es el intelectual paja, es el intelectual que incide sobre la realidad cotidiana de 45 pibes y pibas a quienes los inspira. Hay algo ahí de la relación entre teoría y praxis. Poner el cuerpo no de manera como muchas veces se le cuestiona al intelectual, sino el cuerpo en relación a embarrarse en los temas de coyuntura. A mí me hace ruido esa como fóbica de muchos intelectuales de opinar sobre cuestiones de actualidad.
-¿Qué percibís al viajar por las calles del Interior? ¿Se vive la crisis en la Argentina?
-No creo en la Argentina como concepto homogéneo, ni universal y menos en ´la calle´. Lo digo como que una de las cuestiones importantes ha deconstruir: esa idea de que hay una calle. Fuera de eso, vengo recorriendo mucho y la sensación es la de siempre: una fragmentación importante donde tenés de todo en todos lados. La lógica del poder hace pasar un fragmento de los que están ahí en conflicto permanente ente como si fuese la representación de la totalidad y ahí es donde entra en crisis la democracia que trabajo en el libro como emergente del conflicto originario que vive el ser humano en su relación con el otro.
-¿Y en lo comercial?
-En lo comercial, yo trabajo en teatros con entradas, te vas dando cuenta de que hay un obviamente un empobrecimiento generalizado que lo primero que uno deja de hacer es comprar una entrada para el teatro. Pero también te das cuenta de que hay una necesidad imperiosa de poder seguir como acercándose a este tipo de propuestas como las que hacemos nosotros. Hay una retracción desde la esfera pública de este propuestas: antes había propuestas de pensamiento crítico como las que hacemos nosotros que en estos años del gobierno de Macri ya no están. El estado realmente se retiró de la producción de contenidos culturales es muy poco lo que hay dando vueltas y encontrás orfandad. Muchos nos dicen ´qué suerte que vinieron´, porque lo que antes se daba de modo tan continuo se dejó de dar.
-¿Qué pensás del dualismo periodismo militante versus periodismo objetivo?
-Asociamos siempre la idea de Independencia la idea de objetividad como soy independiente no hay nadie que me está condicionando en lo que digo y por lo tanto puedo ser objetivo. Yo creo que es al revés: ser independiente es poder vos plasmar tu subjetividad. Me hace ruido cuando los que se definen como independiente hablan en nombre del objetivo.
"Cada vez que alguien me dice estoy siendo objetivo salgo corriendo"
-¿Por qué la idea de la militancia es usada como un insulto en el periodismo?
-Creo que la mayoría del periodismo argentino hoy es militante, algunos lo asumen y otros no. Te das cuenta que militan una idea y una forma de relacionarse con las cosas. Es mucho más honesto reconocer del lugar habla.¡Qué es la palabra militante? el término tiene una connotación negativa para el sentido común, siempre ha sido una una palabra conflictiva porque la militancia pone en jaque la mercantilización de las relaciones sociales: se vuelve imposible de comprender porque alguien podría estar haciendo algo simplemente porque lo cree y no porque detrás hay un intercambio concreto. Dicen que al militante le están pagando, dicen “nadie hace nada gratis”. Soy de los que piensan siguiendo a Lévinas autores del siglo 20, que si la política no es para el otro no es política, sino negocio.