En uno de los juicios más dolorosos de la provincia de Córdoba, la enfermera del Neonatal Brenda Aguero enfrenta todas las miradas, sufre crisis de llanto, acusa a los periodistas y busca despegarse de las acusaciones que la llevaron al banquillo. Su abogado, trabaja para destruir las pruebas y los indicios que complican a la acusada y busca instalar nuevas hipótesis. Mientras tanto, el fiscal mantiene una acusación basada en al menos 8 puntos clave y el dolor de las familias en la sala es palpable a simple vista. Cada intérprete mueve sus fichas en el complicado juego de la justicia y en un juicio que se inscribe como uno de los más dolorosos de la historia de los tribunales cordobeses.
La enfermera del Hospital Materno Neonatal de Córdoba, Brenda Aguero, está acusada de ser una asesina serial que provocó la muerte de cinco bebés recién nacidos y trató de matar a otros ocho. “Las muertes existieron pero no tienen pruebas contra mí”, aseguró en su declaración la acusada, aunque se espera que vuelva a sentarse en el banquillo durante el juicio. Sin embargo, el resto de los testimonios la complican y la dejan cerca de una condena a perpetua. Son otras 10 personas las que están imputadas en el juicio pero ninguno con una acusación tan grave como la de Aguero.
Las pruebas contra la enfermera acusada de asesinar a los bebés de Córdoba
Las pruebas que reclaman la enfermera y su defensa serán la parte clave de la discusión del juicio. Según la acusación, Aguero aprovechaba alguna distracción para inyectarle potasio o insulina a los bebés recién nacidos, pero la falta de autopsias y del hallazgo de ampollas y jeringas es la pieza del debate en donde el abogado de la enfermera busca hacerse fuerte. Por su parte, los acusadores buscan imponer una serie de indicios que apuntan al rol de la mujer previo a cada muerte. Uno de esos indicios que marcó el fiscal Raúl Garzón en la investigación tiene que ver justamente con la presencia, ya que Brenda Aguero estaba en el lugar al momento de las muertes y era casi la única persona que estaba en contacto con los recién nacidos y sus padres.
Allí el fiscal introduce otro indicio como fundamental, la oportunidad. Según la acusación, la enfermera era la única que estuvo en condiciones de aplicar las inyecciones de potasio. Para esto aseguran que lo hizo cuando los bebés estaban en la sala de recuperación y no de parto, ya que hay menos gente y más posibilidades de evitar ser descubierta. Además, en ese lugar tenía acceso al potasio por su condición laboral y hasta, como pieza clave, una de las muertes ocurrió un día en que ella era la única enfermera asignada a ese lugar. A esto el fiscal suma como indicio el conocimiento que tenía Aguero de qué tipo de inyección darle a los bebés. Búsquedas en internet y material recuperado del teléfono celular muestran que la enfermera conocía qué pasaría si inyectaba potasio y que la reacción no sería inmediata, lo que le daba tiempo para que el padecimiento de los bebés comenzara cuando estaban con otras personas, incluidos los padres, a su alrededor. La defensa de la enfermera asegura que ese material era parte de un curso que realizó pero las dudas y las acusaciones se mantienen.
Por otro lado, la acusación hace fuerte hincapié en la modalidad que utilizó Aguero. Aseguran que la enfermera inyectó a los bebés en lugares inexplicables para un tratamiento médico y que incluso lo hizo con ropa puesta. La presunción es que lo hacía cuando los alzaba y por eso encontraron pinchazos en la espalda y muslos. Los acusadores explican que al no ser colocado por vía endovenosa y sí inyectado de manera errática le daba a la enfermera más de 45 minutos para que comience el efecto. Otro punto que se suma a este indicio es el relato de testigos que aseguran que Aguero siempre usaba mangas largas, aun en días muy calurosos. Allí entienden los acusadores que escondía las jeringas.
Otros dos indicios que suman los investigadores están puntualmente relacionados con la personalidad de Brenda Aguero. Según los testigos, era ella quien avisaba que los bebés se ponían mal y puntualizan al menos 5 casos en los que la enfermera notaba sutiles desmejoramientos antes que lo hicieran los propios médicos. “Siempre buscaba que la felicitaran o destacar con ese tipo de casos”, declaró una colega de la enfermera en la instrucción. Otro testimonio aseguraba que Aguero no hacía pausas de trabajo cuando había partos ni compartía la sala de descanso con sus compañeras. A esto, suma el fiscal, debe acompañarse el indicio de mala justificación ya que la enfermera buscaba situar a otra persona en el lugar y hacerla sospechosa. La justicia analizó otros testimonios y entendió que refutan ese relato.
Para el fiscal, hay indicios sumamente puntuales que son importantes para la acusación. Allí destaca que ella estaba presente en la sala de recuperación, su actitud con los bebés recién nacidos, su impaciencia para descubrir los casos y dar las alertas a los médicos como así también el interés por sobresalir. Todo esto constituye para los acusadores la estrategia de Brenda Aguero para trascender y escalar en su trabajo, aún convirtiéndose en una asesina serial. “Es una historia real de terror”, dijo en la primera audiencia la fiscal de juicio Mercedes Balestrini. Como último punto, los fiscales marcan los indicios posteriores. Una sumatoria de testimonios y madres que indican el especial interés que tenía la enfermera en los bebés que se descompensaban y, posteriormente, en el avance de la investigación. Además destacan como pieza esencial que tras la desvinculación de Aguero no hubo más casos y marcan su deseo de mudarse de Córdoba como un intento de escapar de la investigación.
Con casi 300 testigos, 14 damnificados y más de 30 acciones civiles contra los imputados y el Estado de la Provincia de Córdoba, el juicio que empezó esta semana podría demorar varios meses. Mientras tanto, ya hubo acusaciones cruzadas entre abogados y fiscales, y planteos indignantes por parte de la defensa de Brenda Aguero. Los padres de Yoselín, Jaime, Damaris y Brisa, los bebés que murieron en el Neonatal, declararán en los próximos días y la expectativa está puesta en si Brenda Aguero pedirá la palabra en las próximas audiencias ya que, según ella misma aseguró, está estudiando abogacía y leyendo la causa para poder defenderse.