La aparición del nuevo coronavirus 2019-nCov en China, capaz de causar una fuerte neumonía e incluso la muerte, ha comenzado a extenderse por todo el mundo, causando gran preocupación a nivel global. Poco se sabe de su origen, síntomas, y tratamiento, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros especialistas buscan informar ante un posible brote en otros países.
En Argentina, el presidente Alberto Fernández se reunió este martes en la Casa Rosada con el titular de la cartera sanitaria nacional, Ginés González García, quien le expuso un informe de situación acerca de la información epidemiológica existente a nivel mundial. El ministro explicó que se está realizando un exhaustivo seguimiento de la situación brindada por la OMS, así también como la de los países afectados.
Si bien en nuestro país todavía no hay casos confirmados de este nuevo brote, el avance de la enfermedad hace que debamos estar preparados e informados. Por este motivo dejamos una breve guía sobre los puntos principales a tener en cuenta sobre el coronavirus.
Definición del virus
Según la Organización Mundial de la Salud, los coronavirus son una extensa familia de virus, algunos de los cuales puede ser causa de diversas enfermedades humanas, que van desde el resfriado común hasta el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo). Los virus de esta familia también pueden causar varias enfermedades en los animales.
Origen del Coronavirus
En Medio Oriente fue el causante del síndrome respiratorio (MERS-CoV) y se identificó por primera vez en Arabia Saudita en 2012. Este nuevo brote de contagio del nuevo coronavirus 2019-nCov se detectó el 31 de diciembre en Wuhan, una ciudad del sur de China con más de 11 millones de habitantes.
Síntomas de la enfermedad
Se sospecha que una persona tiene coronavirus en caso de:
-
Pacientes con infección respiratoria aguda grave (IRAG) (fiebre, tos y requerimiento de internación) sin otra etiología que explique completamente la presentación clínica, y
a. que tenga un historial de viaje o que haya estado en la ciudad de Wuhan provincia de Hubei, China, u otra zona con circulación viral activa de 2019-nCoV[*], en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas, ó
b. que sea un trabajador de la salud en un entorno que haya asistido casos sospechosos, probables o confirmados. -
Un paciente con enfermedad respiratoria aguda con cualquier nivel de gravedad que dentro de los 14 días previos al inicio de la enfermedad tuvo:
a. contacto físico cercano con un caso probable o confirmado de infección por 2019-nCoV, ó
b. exposición en un centro de salud que ha asistido casos confirmados por 2019-nCoV ó
c. Visitado o trabajado en un mercado de animales vivos en cualquier ciudad de China, dentro de los 14 días previos al inicio de los síntomas
d. que tenga un historial de viaje o residencia en la ciudad de Wuhan provincia de Hubei, China, una zona con circulación viral activa de 2019-nCoV[*], en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas.
El coronavirus puede empezar a manifestarse una semana después de haber sido contagiado por el virus. La mayoría de los síntomas aparecen entre tres y seis días después de la infección.
Situación actual
Desde el 31 de diciembre de 2019 y hasta el 28 de enero de 2020, se notificaron 92.314 casos confirmados por laboratorio de una infección por coronavirus (2019-nCoV). Se han reportado casos en todo el mundo, siendo China con 80.303 casos y 2.943 muertes el epicentro de la problemática. El mapa de los casos por países.
Tratamiento y cura del Coronavirus
Los científicos están aprovechando la experiencia del pasado para determinar cómo manejar esta enfermedad de rápida propagación. Todavía no se conocen tratamientos efectivos para combatir el coronavirus y solo se procede a la internación y aislamiento. Por el momento, no existe una vacuna para prevenir el contagio de este virus, por lo tanto, aunque no se restrinjan los viajes, la Organización Mundial de la Salud recomienda a los países que extremen precauciones y presten especial atención a los viajeros.
Recomendaciones en caso de viajar en avión
Durante el brote de coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003, un pasajero a bordo de un vuelo de Hong Kong a Beijing infectó a personas que se encontraban fuera del límite de dos filas de la OMS. Inspirado en parte por ese caso, un equipo de investigadores de salud pública se propuso estudiar cómo los movimientos aleatorios sobre la cabina del avión podrían cambiar la probabilidad de infección de los pasajeros.
Según el informe, elegir un asiento junto a la ventana y quedarse quieto claramente disminuye su probabilidad de entrar en contacto con una enfermedad infecciosa. Pero el modelo del equipo muestra que los pasajeros en los asientos intermedios y del pasillo, incluso aquellos que están dentro del rango de dos asientos de la OMS, tienen una probabilidad bastante baja de infectarse.