“Hay que respetar las capacidades del sistema de salud argentino. Sino no vamos a poder con el coronavirus. España, Italia y Francia recién ahora cerraron las fronteras. Así que me parece muy bien que nos hayamos adelantado y se haya decretado el aislamiento. Sobre todo, viendo lo que pasó en China, que con una restricción total cortó la circulación de la pandemia”. Quien habla no es una improvisada. Es Lucía Cavallaro, presidenta de la Sociedad Argentina de Virología (SAV) y profesora titular de la cátedra de virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. En diálogo con El Destape, la especialista explica el surgimiento de la enfermedad que tiene en vilo al planeta, sus alcances en la salud de un individuo, dimensiona la situación que vive la Argentina, pondera las decisiones que tomó el gobierno nacional para enfrentar la emergencia sanitaria y se refiere a las posibilidades de que aparezca una vacuna.
“Lo que se ve a nivel mundial es que cuando se toman las medidas de restricción junto a las de higiene, los números de infectados disminuye”, precisa Cavallaro. Y añade: “Se toma una medida extrema previendo de que no tenemos una capacidad sanitaria para dejar que el virus se expanda. El mensaje debe ser claro y la gente se tiene que convencer que no hay otra estrategia más segura ahora que hacer el aislamiento social”.
-¿Cómo se puede definir al coronavirus?
-Todas las formas de vida que existen son susceptibles de ser infectadas por un virus. En este caso, se trata de virus de una especie animal, que todavía no tenemos la certeza cuál es, que tuvo la capacidad de hacer un salto exitoso e infectar al hombre. Fue exitoso porque los individuos que se infectaron de esos animales a su vez fueron capaces de contagiar a otras personas. Es un virus zoonótico, que existe en otras especies de mamíferos. Hubo saltos anteriores de otros coronavirus, como fueron el SARS-CoV y el MERS-Cov, pero con menos éxito. No lograron transmitirse tan eficientemente.
-Se decía que el nuevo coronavirus pudo haber sido transmitido por murciélagos…
-Los murciélagos son un hospedador reservorio. Se denomina así a cualquier especie que pueda estar infectada por un virus durante toda la vida sin que el animal se enferme. En el caso particular de este nuevo virus (SARS-CoV-2) se piensa que si los murciélagos efectivamente fueron el reservorio, habría un hospedador intermedio, desde el que se produjo el salto al hombre. Una hipótesis es que pudieran ser los pangolines, mamíferos muy primitivos que aparentemente se comercializan vivos. Cuando se analizó la relación epidemiológica de los individuos en los que se detectaba el nuevo virus, se pudo demostrar que la mayoría habían estado en un mercado determinado de Huanan. Con esta información pareciera que el brote tuvo inicio en ese lugar. Sin embargo, a medida que se tengan mayo r número de virus secuenciados, se podrán realizar inferencias que validen esta hipótesis. Hay que encontrar el eslabón que falta identificar.
-¿Cómo impacta el coronavirus en el ser humano?
- El mayor número de infecciones del nuevo coronavirus no tiene ningún síntoma. Y entre los que hacen sintomatología clínica o presentan señales de que el individuo puede estar cursando una infección respiratoria, la mayoría hace una infección leve o moderada que se resuelve sola; un porcentaje menor hará infecciones más graves y para algunos de los graves puede ser que sea fatal. Por lo tanto, es muy importante tener en cuenta que aquellos individuos que no enferman también pueden transmitir virus. Y los que hacen sintomatología pueden transmitir el virus antes, durante y quizás después de haber resuelto el cuadro. Esto es muy importante para entender el valor de la cuarentena.
-¿La situación internacional actual es equiparable a alguna otra que hayamos vivido en el último tiempo?
-Han existido otras pandemias con un virus respiratorio como el virus de influenza. Pero en esta ocasión es la primera pandemia provocada por un coronavirus. La memoria inmune que puede tener la población humana no la va a proteger. ¿Cómo se aborda esta problemática? A medida que la diseminación del virus avanza se va conociendo cómo se comporta. Hay un porcentaje de la población que tiene factores riesgo. Por ejemplo, todos los individuos con otras enfermedades, quienes tienen una mayor probabilidad de hacer un cuadro más grave si se expusieran al virus. Este virus en los casos graves produce daño del pulmón y el individuo enfermo tiene serias dificultades para respirar. Si a esas personas no se les puede ofrecer una cama en una unidad de terapia intensiva y colocarle un respirador artificial para asistirlas, tienen mayor riesgo de fallecer. Por otro lado, la internación de un paciente complicado demandará ocupar muchos días una cama. Desde el punto de vista epidemiológico la única forma de interrumpir la transmisión es reducir el número de susceptibles en la población o disminuir la posibilidad de encontrarse con el virus, y a esta estrategia apunta el aislamiento. Debemos evitar que el virus nos encuentre. Ya se han mostrado las proyecciones de cómo podría ser la diseminación del virus si se lo deja circular sin ninguna restricción. El resultado sería un incremento exponencial en el número de casos que van a requerir hospitalización por lo que el sistema de salud colapsaría. Todo lo que se está haciendo en la Argentina es para evitar la diseminación de entrada. Estamos siguiendo las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué tenemos a favor? Que podemos ver la película que está pasando en otros lugares que nos antecedieron a la llegada del virus.
-¿Cuán grave es la situación hoy en la Argentina?
- Por ahora, con los datos que tenemos, estamos todavía en la fase de contención. Los casos positivos son de personas que vinieron de afuera y se trajeron el virus. O de individuos que estuvieron en contacto estrecho con esos pacientes. En casi todos los casos se pudo definir el nexo epidemiológico. Cuando eso no se pueda determinar, pasaríamos a la fase de circulación comunitaria. En esa fase el virus se diseminará más ampliamente y será más difícil evitar que las personas se infecten.
-¿Por qué un aislamiento general es clave?
- El virus llegó junto con las personas que viajaron a los lugares donde había circulación viral. Para hacer más lenta la diseminación del virus en toda la población el único recurso que disponemos hoy es el aislamiento social efectivo. Necesitamos contribuir a que la gente entienda por qué es tremendamente importante hacer la cuarentena. En primer lugar hay que comprender que desde que uno entra en contacto con el virus hasta que se manifiestan los síntomas pueden pasar varios días. Durante ese período el virus se multiplica y se producen gran número de partículas virales en nuestro tracto respiratorio. De modo que un individuo que se enferma puede contagiar a otros antes de que le aparezcan los síntomas. Hay publicaciones que muestran que podría ser que a mayor cantidad de virus, mayor gravedad de la enfermedad respiratoria y la excreción de virus siga por más tiempo. El otro factor importantísimo sería tener en cuenta los individuos que se infectan pero no enferman, lo que se denomina “asintomáticos”. Estos individuos también pueden excretar virus y transmitirlo a otros. Por lo tanto, el aislamiento impide que el virus sea diseminado a otras personas. La cuarentena es una medida de prevención poblacional. En esta pandemia no podremos evitar que el virus se disemine, pero si respetamos las pautas establecidas podemos contribuir a que el virus tenga alguna dificultad y avance más lentamente. En ese contexto a nivel poblacional, los enfermos que deban ser hospitalizados resolverán su infección, podrán volver a sus casas y habrá camas disponibles para poder asistir a los nuevos casos, y así sucesivamente.
- ¿Se puede alcanzar una vacuna en el corto plazo?
-Si funcionan las fórmulas vacunales que están a un paso de ser evaluadas en la primera etapa clínica, es probable que a mediano plazo se pueda disponer de vacunas. Si las vacunas que se diseñan resultan efectivas se podría interrumpir la diseminación. Luego habrá que ver cómo se comporta este virus en el futuro.
-¿Y puede contrarrestarse con un antiviral?
-Se evalúa también poder usar antivirales que ya están aprobados para otros virus. Se usarían para tratar pacientes con cuadros muy graves. Por ahora se analizan algunos esquemas terapéuticos pero no hay resultados con un gran número de pacientes como para ver si van efectivamente a mejorar el curso de la enfermedad y pueden ser útiles en los pacientes de grupos de riesgo.
-En este caso, ¿sería más fácil obtener un antiviral eficiente que una vacuna?
- El tiempo que puede llevar tener una vacuna se estima que estaría entre 6-12 meses en un escenario optimista. Si todos los desarrollos que están en marcha y en evaluación o por ser evaluados funcionaran, quizás podamos tener vacunas que puedan alcanzar para toda la población. Sin duda, las vacunas han demostrado ser la herramienta más potente para controlar o erradicar un virus de la población humana. Pero, los antivirales serían muy útiles para el tratamiento de los casos graves o bien para interferir en la diseminación.