Durante 2016, de los 18 homicidios dolosos cometidos contra mujeres, 13 fueron femicidios, es decir, el 72 % de los homicidios dolosos fueron femicidios. Estas cifras fueron publicadas por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) en el informe "Femicidios y homicidios dolosos de mujeres en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2016".
Si bien el número de homicidios es inferior al de 2015, el porcentaje de femicidios es mayor: mientras en 2015 representaban un 59%, en 2016 el número ascendió a 72 %.
La UFEM, que depende del Ministerio Público Fiscal, cuenta con un instrumento de medición propio que se encarga de analizar caso por caso el contexto de cada homicidio. El trabajo se lleva a cabo sin la utilización de información terciarizada. "La idea es llevar este sistema a todas las provincias y avanzar con una medición común", explica Mariela Labozzetta, fiscal federal a cargo de la UFEM.
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Son varios los patrones que se repiten y alertan sobre la importancia de la inversión en políticas para combatir la violencia de género: los vínculos y escenarios muestran las relaciones entre las víctimas y los autores de los hechos. El informe establece que en el 86 % de los casos existía algún tipo de vínculo entre víctimas y victimarios, mientras que el 62 % de los casos se ejecutó en espacios privados (vivienda de la víctima o agresor y vivienda compartida).
Otro dato importante es el desarrollo de la prevención ante el historial de los vínculos: en el 64 % de los casos existía un antecedente de violencia del victimario hacia la víctima. Este antecedente se manifestó en distintas formas: violencia verbal, psicológica y física.
Como consecuencia de los femicidios, 7 niños y un adolescente perdieron a su madre. En cinco casos, el padre de los niños fue el autor del hecho; dos casos fueron víctimas de violencia directa en otros momentos y cuatro femicidios se cometieron ante los hijos de la víctima.
Sobre este análisis, Labozzetta remarca la importancia de jerarquizar la perspectiva de género: “Hay que darle entidad al tema, atravesarlo en toda la cartera ejecutiva y no sólo en el Ministerio de Desarrollo Social. Las políticas de género tienen que vincularse con áreas como Salud, Economía, Trabajo”.
FUERA DE AGENDA
La prevención y la inversión en presupuesto son dos herramientas significativas para poder combatir la violencia de género. Sin embargo, el monto destinado es bajo y subejecutado. Al segundo trimestre del 2017, el presupuesto para la Dirección Nacional de la Mujer fue reducido en 10 millones de pesos.
La Dirección General de la Mujer está bajo la órbita del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien en su descripción aparece como una institución que busca garantizar el derecho de las mujeres y promover el fin de la violencia, la falta de inversión no va de la mano con los objetivos que promulgan.
Dentro del presupuesto que se aprobó para 2017, la Dirección presentaba un monto de $ 140.364.534. Sin embargo, al segundo trimestre de 2017, el presupuesto se redujo en 10 millones y pasó a $ 130.929.173. En la misma línea, el programa de Asistencia Víctima Violencia de Género presenta un monto de $ 102.596.269, cuando su aprobación había sido de $ 111.351.914.
Al analizar los programas que componen cada una de las áreas, también se perciben recortes. En el ítem Servicios Profesionales, Técnicos y Operativos, que atañe al personal a cargo de la implementación de estas políticas, la aprobación fue de $ 11.500.000 y el monto vigente es de $ 1.692.600. Asimismo, dentro del plan Fortalecimiento Políticas de Igualdad de Oportunidad, el mismo ítem de Servicios Profesionales que presentaba una aprobación de $ 800.000, presenta 0 presupuesto vigente. "La ciudad con el presupuesto más rico del país solo destina el 0.06 % a combatir la violencia de género", afirma Andrea Conde, legisladora por el FPV y presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura. Sobre este aspecto, la legisladora agregó que existen una serie irregularidades dentro de la Dirección General de la Mujer, donde faltan profesionales y recursos para atender a las víctimas.
Las propias trabajadoras de la Dirección lanzaron la campaña ¿Dónde está el presupuesto?, lugar donde denuncian la falta de inversión y recursos en el área.
Son varias las carencias dentro del organismo. Faltan capacitadoras para desarrollar prevención en violencia de género en instituciones como escuelas, comedores, jardines, sectores del gobierno y para la sociedad civil. Sólo cuentan con un refugio, un hogar de medio camino, un hogar para víctimas de trata de personas y un hogar para adolescentes para toda la capital. La capacidad de alojamiento alcanza para 120 mujeres y niños.
Un tema fundamental es el bajo número de Centros Integrales de la Mujer (CIM). Estos centros se encargan de asistir a víctimas de violencia de género, así como de llevar a cabo políticas de promoción y prevención. Aunque el artículo 1 de la ley 5466 establece que debe haber uno por comuna, es decir 15 centros, en la actualidad solo hay 8.
Si bien en 2016 la movilización de organizaciones, diputados y trabajadoras de la Dirección General de la Mujer lograron aprobar un aumento de 25 millones para el presupuesto que se aprobó en 2017, la ejecución del mismo se aleja de aquella conquista.