El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta logró aprobar en la Legislatura porteña la privatización de un sector del Río de la Plata para construir estacionamientos subterráneos y generar un espacio verde en superficie, que podrá ser concesionado hasta en un 35%.
Lejos de generar mejoras en la seguridad y operatividad del Aeroparque Jorge Newbery, la ley sancionada favorece el bolsillo de algunas empresas que se quedarán con un jugoso negocio. Lo curioso es que la firma que está a cargo de las tareas de relleno del río es una de las principales aportantes de la Fundación que presidió Guillermo Dietrich, ministro de Transporte, hasta hace poco tiempo.
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Desde el entorno del funcionario le aseguraron a El Destape que “no hay ninguna relación” entre el ministro y la constructora “más que la que tiene que tener una empresa con un Ministerio que hace una obra pública”. Incluso remarcaron que ésta “es una obra que hace Aeropuertos Argentina 2000 y que controla el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), que depende del Ministerio de Transporte”.
En base a un convenio refrendado en 2004 entre Nación y Ciudad (Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra), la Legislatura sancionó el 29 de noviembre pasado una ley para rellenar parte del Río de la Plata. El objetivo del acuerdo original era ampliar el sector sur y norte del Aeroparque para mejorar la seguridad y operatividad, pero el oficialismo definió abandonar eso para concentrarse en los negociados y obras superficiales.
Para ello, comenzaron con los trabajos el 17 de julio de 2018, meses antes de que la Legislatura diera el visto bueno. Según dijo el legislador por Unidad Porteña, Mariano Recalde, a El Destape, el costo de la obra ronda los US$ 300 millones y la empresa que está a cargo de las tareas de relleno del río se llama CRIBA. Llamativamente, es una de las que más dinero aportó a la Fundación de Guillermo Dietrich, que controla la concesión y obras.
Según revelaron Noticias y Chequeado, entre 2013 y 2015 los mayores aportantes a la Fundación Formar, que Dietrich presidió hasta 2017 y cambió de nombre en 2018 – ahora Compromiso Público -, fueron el Banco Ciudad y varios de los principales contratistas de la Ciudad, entre ellos CRIBA.
La lista está integrada por CRIBA, que hoy está encargada de hacer las obras de relleno del Río de la Plata, además de otras como: Friends Food, de Rubén Forastiero; la constructora Lanusse; Planobra, de Patricio Farcuh, dueño de OCA y amigo de Pablo Moyano; Mejoramiento Hospitalario, de Mariana Gómez; SES, que era de Nicolás Caputo; Bricons, de Mario Raspagliesi; Teylem, de Víctor Lusardi; Mejores Hospitales, de los Tarasido; y Mantelectric, de Carlos Pérez San Martín.
En este sentido, en una entrevista con Noticias, Dietrich aseguró que los contratistas de la Ciudad que aportaron a su Fundación no generan ningún conflicto de interés porque “son aportes en blanco”. Además, en base a la obra particular de la privatización del Río de la Plata, desde su entorno aseguraron a El Destape que la elección fue por licitación pública.
Pero no es la única irregularidad, la Fundación de Dietrich también financió la campaña de Cambiemos con charlas de capacitación, según la Memoria de 2015/2016, pese a que tienen prohibido aportar a campañas electorales.
Según reveló El Destape el año pasado, los hermanos Alberto y Eduardo Tarasido son los dueños de CRIBA y, mediante pequeños aportes donaron $830.000 a la campaña presidencial de Macri, según el estado contable que el PRO presentó al 31 de diciembre de 2015.
Al respecto, el Ministro se mostró sorprendido ante la pregunta de Noticias: “No sé qué dice. Eventualmente se busca que gente del sector privado forme parte del Gobierno. Además, se financia con aportes privados”.
Lo cierto es que las obras comenzaron hace meses y la empresa beneficiada es una de las más cercanas al Ministro de Transporte y al oficialismo en su conjunto. Cuando las obras terminen, allí habrá espacio verde que podrá concesionarse a terceros, con bares o distintos negocios, y un estacionamiento subterráneo que aún se desconoce quién lo manejará y se quedará con la caja.