Adiós a Messenger: la nave de la tierra que muere hoy en Mercurio

30 de abril, 2015 | 13.13
Messenger es la sonda espacial que orbitó alrededor de Mercurio por cuatro años a 48 millones de kilómetros de la tierra. Hoy dará su última vuelta al planeta, desaparecerá en su lado más oscuro y se estrellará sobre su superficie.

Para Andy Calloway, de la Universidad Johns Hopkins, Messenger es como "su hija". El mánager de operaciones del equipo que guió a la nave no tripulada aseguró que la sonda sobrevivió a las condiciones espaciales más hostiles en nuestro sistema solar.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE


A pesar las explosiones solares y las ondas de radiación, "ha pasado cada prueba y ha logrado sus objetivos", señaló Calloway.

Los descubrimientos logrados con la sonda en Mercurio son varios. El Messenger mapeó nuevos territorios, recolectó evidencia sobre el encogimiento del planeta, encontró nuevas características geológicas y envió información que obligó a los científicos a replantearse cuestiones acerca la formación de los planetas en los inicios del sistema solar.

"Ha sido una sonda confiable y dura que realizó cada una de las tareas que le mandamos", remarcó Galloway a la revista Wired.

Messenger fue lanzada al espacio en Agosto de 2004. Desde el comienzo, la misión fue un desafío. Para alcanzar Mercurio, la sonda tuvo que cambiar de velocidad en varias oportunidades y gastar la menor cantidad posible de combustible al mismo tiempo. La mejor manera de sortear estos obstáculos fue utilizar la "asistencia gravitatoria" de la Tierra, luego de Venus (en dos oportunidades), y finalmente de Mercurio en tres ocasiones para lograr la inserción orbital en ese planeta.

A pesar de eso, Calloway explicó que el ingreso a la órbita de Mercurio fue riesgoso para la misión. Con una temperatura de 148 grados Celsius en el lado donde impacta el sol, y unos pocos grados menos en la parte opuesta de la nave, un error de cálculo en la inclinación podía quemar el instrumental pese a estar protegida con escudos térmicos.

La odisea de Messenger tuvo un predecesor, Mariner 10. La nave lanzada en 1973 hizo el primer viaje de reconocimiento del sistema solar "profundo" y probó la maniobra de "asistencia gravitatoria".

Antes de quedar orbitando permanentemente alrededor del sol, Mariner10 sobrevoló 3 veces Mercurio y envió un mapa rústico del 40% de la superficie del planeta. A los científicos les tomó tres décadas desarrollar un diseño que pudiera adentrarse en un entorno tan hostil como el de Mercurio.

El primer sobrevuelo fue el más emocionante para Calloway y su equipo, señala la revista Wired. Se habían preparado por meses para obtener la mayor información posible de la visita de 30 horas. "Algunos de nosotros estábamos en el cuarto de control cuando las imágenes empezaron a llegar. Éramos los primeros seres humanos en la historia en ver ese territorio, fue increíble", contó Calloway.

El científico reconoció que la misión de Messenger puede ser la última que una nave haga a Mercurio en décadas, quizá en siglos. "Tomamos cada sobrevuelo como si fuera la última oportunidad de ver el planeta", señaló el manager de la misión.

Hoy llegó el final para Messenger. La gravedad del sol ha estado empujando la nave hacia Mercurio. Cada vez que se encontraba demasiado cerca, la sonda realizaba una maniobra para alejarse, gastando combustible. El mes pasado, el combustible se acabó.

Messenger descenderá a través del viento solar a la atmósfera de Mercurio. Caerá en el lado oscuro del planeta, con temperaturas cercanas a -170 grados centígrados y dejará un cráter de 15 metros de ancho. Calloway, quien dedicó 10 años de su vida al proyecto, nunca más sabrá nada de la nave.