Una mini Rusia emerge en Serbia mientras miles de personas huyen de la guerra

09 de septiembre, 2024 | 05.58

En una sofocante mañana de verano en Belgrado, la capital de Serbia, Vadim Morus, patinador profesional ruso, se desliza por una pista al aire libre. Morus está a 1.600 kilómetros de su Moscú natal, pero empieza a sentirse como en casa.

Huyó de Rusia con su novia en 2022, formando parte de una oleada de decenas de miles de personas que llegaron a Serbia tras la invasión rusa de Ucrania. El camino es largo, pero muchos eligieron Belgrado por sus antiguos lazos culturales y religiosos con Moscú.

"Hay pocos patinadores sobre hielo en Serbia que puedan entrenar a otros, así que tengo muchos alumnos serbios", explica Morus, de 24 años.

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Desde que comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022, los rusos que huyen del conflicto, del servicio militar obligatorio o de la política del presidente Vladimir Putin, han establecido una vibrante comunidad en Serbia, según las entrevistas con una veintena de inmigrantes y responsables locales.

Aunque el número real de rusos en Serbia es menor que el de los que han huido a países como Alemania, su presencia se deja sentir con intensidad en Belgrado, una ciudad de menos de dos millones de habitantes.

Han surgido clubes, guarderías y consultas médicas de propiedad rusa. Los rusos compran comida en tiendas rusas. Grupos, cantantes y cómicos rusos actúan en clubes rusos y artistas rusos exponen sus obras en galerías de propiedad rusa.

Entre febrero de 2022 y mediados de 2023, más de 30.000 rusos se registraron como residentes temporales en Serbia, según los últimos datos del Ministerio del Interior. Las autoridades no facilitaron datos del periodo comparativo anterior, pero afirmaron que las cifras representaban un fuerte aumento.

Durante esta afluencia, los rusos establecieron 11.081 empresas en diversos sectores, desde servicios basados en internet hasta hostelería y escuelas deportivas, según el registro de empresas de Serbia.

CLIENTELA RUSA

Víktor, de 42 años, veterinario de San Petersburgo, huyó de la movilización rusa en el otoño boreal de 2022. Sin la titulación necesaria para ejercer en Serbia, realiza diversos trabajos manuales en Belgrado, atendiendo exclusivamente a rusos.

"Reparo fontanería, instalaciones eléctricas, ventanas e incluso hago muebles. En realidad no necesito clientes serbios", dijo Víktor, que pidió no ser identificado por temor a la seguridad de su familia en Rusia.

Las relaciones entre Serbia y Rusia se remontan a siglos atrás y siguen siendo cordiales en la actualidad, aunque Serbia también está intentando ingresar en la Unión Europea, que condena la invasión rusa de Ucrania.

Tras la Primera Guerra Mundial, miles de los llamados rusos blancos huyeron de los comunistas durante la guerra civil al recién formado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.

Aun así, a muchos les cuesta integrarse y prefieren aferrarse a una mini Rusia dentro de Serbia. Irónicamente, muchos serbios apoyan a Putin y no comparten las opiniones de los que huyeron.

"La llamada de la cultura rusa es demasiado fuerte para que los emigrantes rusos de la primera generación quieran siquiera integrarse en la sociedad en la que se encuentran, ya sea serbia u occidental", afirma el politólogo Aleksandar Djokic, residente en Belgrado.

Morus, el patinador sobre hielo, no se atrevió a explicar sus motivos para abandonar Rusia, pero su pareja Alexandra Mashkanova intervino.

"Nos fuimos por motivos ideológicos. Pocos días después del 24 de febrero, intentamos comprender lo que estaba ocurriendo y entonces decidimos marcharnos", dijo.

Con información de Reuters