Hungría vetó hoy una nueva ayuda financiera de la Unión Europea (UE) a Ucrania por 50.000 millones de euros, en momentos en que sigue frenado un paquete de asistencia de Estados Unidos, y los líderes del bloque solamente le pudieron dar a Kiev un compromiso de desbloquear la situación en la próxima cumbre en enero y otorgar el dinero para continuar la contraofensiva contra Rusia.
En una entrevista con una radio húngara, el primer ministro, Viktor Orban, dijo que el veto a la ayuda, decidido en una cumbre de dos días de líderes en Bruselas que finalizó hoy, únicamente sería levantado en caso de desbloqueo de todos los fondos de la UE a su país, que fueron congelados por dudas sobre la vigencia del Estado de Derecho.
"Siempre dije que si se realizaba una enmienda del presupuesto de la UE (...), Hungría aprovecharía la ocasión para reivindicar claramente lo que merece. No la mitad, no un cuarto, sino la totalidad" de los fondos congelados, dijo, después de que esta semana el grupo desbloqueara 10.200 millones de euros para Hungría por considerar que cumplió con la reforma judicial que le exigía Bruselas.
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Ante la incapacidad de romper el bloqueo de Orban, los líderes acordaron volver a reunirse para discutir esta cuestión "al inicio del próximo año", aunque esa cumbre aún no tiene una fecha definida.
"Estoy extremadamente confiado y optimista en que estaremos en condiciones de cumplir nuestra promesa de ayudar a Ucrania con medios financieros", dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Por su parte, Ursula von der Leyen, titular de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, indicó que esa institución utilizará el tiempo que resta hasta que ocurra esa reunión "para, en cualquier caso, asegurarnos que tengamos una solución operativa".
"Hemos trabajado mucho para alcanzar un acuerdo de los 27 (países del bloque). Pienso que es necesario igualmente trabajar en alternativas potenciales para tener una solución en caso de que un acuerdo de todos no sea posible", apuntó, citado por la agencia de noticias AFP.
En sintonía, el jefe del gobierno de Alemania, Olaf Scholz, afirmó sentirse "razonablemente optimista" de que se podrá alcanzar un acuerdo para enero.
Con el mismo tono fue la reacción del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania: "Esperamos que todos los procedimientos legales necesarios se completen en enero de 2024, lo que nos permitirá recibir la financiación correspondiente lo antes posible".
En cambio, el bloqueo fue celebrado en Rusia y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, manifestó que Hungría, "al contrario de muchos países europeos, defiende con firmeza sus intereses, y eso me impresiona".
Esta decisión tuvo lugar después de que aumentaran las dudas sobre la continuidad del respaldo de las potencias occidentales a Ucrania en su guerra contra Rusia, que comenzó en febrero de 2022.
El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, estuvo esta semana en Washington para intentar desbloquear la ayuda militar de Estados Unidos trabada en el Congreso por el opositor Partido Republicano, y el presidente Joe Biden, del Partido Demócrata, le prometió mantener la asistencia.
El veto de Orban se produjo un día después que los líderes reunidos en Bruselas decidieran abrir negociaciones formales con Ucrania y Moldavia para la adhesión de esos dos países al bloque.
A priori, había dudas de alcanzar un consenso sobre ese tema, también ante el rechazo de Orban, cercano al Kremlin, pero el dirigente ultranacionalista decidió no participar de la votación.
Zelenski aseguró en la red social X (antes Twitter) que esa decisión era "una victoria para Ucrania. Una victoria para toda Europa".
Por el contrario, Rusia indicó hoy que una eventual entrada de Ucrania y Moldavia a la UE puede "desestabilizar" un bloque que "ya no atraviesa sus mejores momentos", tanto desde el punto de vista político como económico.
"Está claro que se trata de una decisión absolutamente politizada y del deseo de la UE de demostrar su apoyo a estos países", dijo Peskov, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Moldavia es otro país que logró su independencia con la disolución de la Unión Soviética y que mantiene su propio conflicto con Rusia por el estatus de Transnistria.
Se trata de una región separatista con estrechos vínculos con Moscú (es uno de los pocos lugares del mundo que conserva el martillo y la hoz en su bandera nacional), que se autoproclamó como república el 29 de octubre de 1990 y cuenta con una superficie que equivale al 12% del territorio moldavo.
El proceso de adhesión a la UE normalmente tarda varios años en los que se extienden las conversaciones y se implementan reformas, y, en algunos casos, pueden durar más de una década.
El gesto de abrir negociaciones de adhesión con Ucrania fue aplaudido por la mayoría de los mandatarios y Von der Leyen comentó que el jueves era un día que "quedará grabado en la historia de nuestra Unión".
Sin embargo, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, reticente a seguir ayudando a Kiev, comentó que avanzar con la adhesión era un paso "innecesariamente sobreestimado".
En la sesión de hoy, la cumbre de la UE tampoco logró un consenso sobre una declaración común con relación a la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.
En ese sentido, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, lamentó que en la cita hubo una mayoría de países en favor de un cese del fuego en la Franja de Gaza, "pero no una unanimidad".
Los 27 países de la UE están divididos desde hace mucho tiempo en su enfoque hacia el conflicto en Medio Oriente.
En su reunión anterior en octubre, los líderes pidieron un acceso humanitario continuo y seguro" a la población civil de Gaza, corredores humanitarios y "pausas" para atender sus necesidades, pero no un alto el fuego.
Con información de Télam