Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) están dispuestas a cesar las hostilidades y comenzar negociaciones con las Fuerzas Armadas de Sudán, país africano que está sumido en una gravísima crisis humanitaria, además de política y social. desde el inicio de la guerra civil, en abril pasado.
"Las FAR han iniciado los preparativos para un cese inmediato de las hostilidades sin condiciones previas mediante negociaciones directas con las Fuerzas Armadas de Sudán", señala la declaración adoptada tras las negociaciones de las RSF y la Coordinación de Fuerzas Civiles Democráticas (Taqaddum) que se celebraron en Adís Abeba.
Las tratativas acontecieron por iniciativa del ex primer ministro Abdalla Hamdok (2021-2022).
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Las FAR también "se comprometen a abrir corredores seguros en las zonas bajo su control para la entrega de ayuda humanitaria", así como a ofrecer las garantías necesarias para facilitar el trabajo de las organizaciones humanitarias y proteger a sus trabajadores.
Además, "las FAR, en respuesta a la petición de las Taqaddum y como gesto de buena voluntad, acordaron liberar con la asistencia del Comité Internacional de la Cruz Roja a 451 detenidos y prisioneros de guerra", indica el texto recogido por la agencia de noticias Sputnik.
Sus participantes también acordaron crear un comité nacional para proteger a los civiles en las zonas afectadas por los enfrentamientos.
Según el documento, el nuevo organismo incluirá a "las personas de renombre nacional que abogan por el fin de la guerra, vigilarán el proceso de regreso de los civiles a sus hogares y garantizarán la reanudación del funcionamiento de los sectores manufactura y de servicios".
Desde el pasado 15 de abril, Sudán es escenario de enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas sudanesas y las FAR.
Las partes intercambian declaraciones contradictorias sobre los éxitos de sus operaciones y la toma bajo su control de diversas instalaciones, además promueven en medios y redes sociales una guerra informativa a gran escala.
El Comité Internacional de la Cruz Roja alertó que la continua confrontación armada podría causar brotes de enfermedades y un colapso fatal del sistema sanitario.
La espiral de violencia en Sudán ha provocado el desplazamiento interno de más de siete millones de personas, según la Organización Internacional para las Migraciones.
El viernes pasado, el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a actuar de manera urgente ante el empeoramiento de la crisis sanitaria y urgió a la comunidad internacional a incrementar su ayuda financiera, tal como ya lo había hecho la ONU en varias ocasiones.
"Es necesario actuar con urgencia para detener el agravamiento del conflicto en Sudán, donde las crisis humanitaria y sanitaria empeoran como consecuencia del nuevo desplazamiento de cientos de miles de personas, principalmente mujeres y niños", alertó Tedros Adhanom Ghebreyesus.
"Se trata de reforzar la prestación de servicios sanitarios básicos a los más vulnerables en los estados afectados, donde al menos el 70% de las instalaciones sanitarias no funcionan a causa del conflicto", detalló el político etíope.
Sudán está inmerso en otra guerra desde mediados de abril, en la que el ejército libra encarnizados combates contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
El conflicto ya ha dejado más de 12.000 muertos, según un cálculo del Proyecto de Datos sobre Ubicación y Acontecimientos de Conflictos Armados.
La nación está azotada por más de siete meses de puja entre dos generales rivales que derivó en la cuarta guerra civil de su historia.
El 1 de este mes, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por 14 votos a favor y la abstención de Rusia poner fin a su frustrada misión política en Sudán.
En el texto, el Consejo expresó su "alarma con respecto a la continua violencia y la situación humanitaria, en particular las violaciones al derecho internacional humanitario y graves violaciones de derechos humanos y abusos".
Sudán es una de las naciones más pobres e inestables del mundo, que además ya sufrió tres guerras civiles y varios golpes de Estado.
En octubre de 2021, el difícil camino de un gobierno civil fue interrumpido abruptamente, cuando el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan asumió el poder por medio de un golpe.
El 15 de abril, antes de que un acuerdo sobre el reinicio de la transición a la democracia fuera firmado, los combates surgieron de nuevo entre el ejército sudanés liderado por Burhan y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Esta otra guerra civil dejó más de 10.000 muertos desde abril, según una estimación de la organización no gubernamental Armed Conflict Location & Event Data Project (Acled).
Con información de Télam