Agrupaciones armenias de argentina se concentrarán mañana y marcharán hasta la Embajada de Azerbaiyán para pedir justicia por la población desplazada por la fuerza de Nagorno Karabaj que huyeron a Armenia por la guerra con Azerbaiyán por la disputada entre estas dos exrepúblicas soviéticas por esta región.
La manifestación, que tiene como lema "Justicia para los 120 mil armenios de Artsaj víctimas del plan de limpieza étnica de Azerbaiyán", está prevista para las 15 en Maure y Luis María Campos, CABA, para luego marchar hacia la Embajada de Azerbaiyán, ubicada en Maure 2151.
La concentración fue convocada por Instituciones Armenias de la República Argentina (IARA), que nuclea a todas las instituciones de la comunidad armenia de Argentina, entre ellos colegios, agrupaciones scouts, grupos de baile y militancia política.
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"Marchamos hasta la Embajada Azeri porque Azerbaiyán es responsable de una limpieza étnica en Nagorno Karabaj y el mundo es vergonzosamente cómplice de un nuevo genocidio armenio en pleno 2023", detalló a Télam Vanesa Simsir, referente de la Asociación Cultural Armenia, una de las instituciones que integra IARA.
"Mañana seremos la voz de los 100 mil exiliados de Artsaj que se vieron obligados a abandonar sus hogares de manera forzada" agregó.
Y además mencionó: "Vamos a exigir la liberación de los líderes políticos armenios de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) que fueron secuestrados por la dictadura azerbaiyana, que en estos momentos enfrentan un destino ominoso en las cárceles de Bakú".
Por su parte, el presidente Alberto Fernández recibió hoy a una delegación de IARA en Casa Rosada.
El mandatario remarcó la importancia de visibilizar el conflicto del que nadie está hablando, especialmente desde Argentina, uno de los países más importantes en la defensa de los derechos humanos, consignó el Diario Armenia.
Además, confesó que cuando denunció los ataques de Azerbaiyán en Naciones Unidas lo hizo frente al presidente de Turquía Recep Tayyip Erdoğan, quien le devolvió una mirada poco amistosa.
Desde 1991, tras la disolución de la Unión Soviética, Nagorno Karabaj está controlado por separatistas armenios que establecieron allí una "república" independiente que no cuenta con reconocimiento internacional, y que es apoyada militarmente por la vecina Armenia.
Estos dos países del Cáucaso llevan décadas inmersos en una disputa por el enclave, reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, y libraron dos guerras por el control de este territorio, una en la década del 90 y otra en el 2020.
La segunda terminó con acuerdo de paz firmado de forma trilateral entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia, quien mantiene presencia militar como fuerza de paz desde entonces.
Sin embargo, las conversaciones se vieron obstaculizadas, entre otros motivos, porque Armenia acusó durante meses a Azerbaiyán de impedir el tráfico a través del corredor de Lachín, una corta ruta en medio de las montañas que conecta Armenia con los asentamientos con la población armenia de Nagorno Karabaj, desatando una difícil situación humanitaria en la región.
Nagorno Karabaj fue recuperado por Azerbaiyán en una ofensiva militar de apenas 24 horas iniciada el pasado 19 de septiembre.
El 20 de septiembre se acordó el cese del fuego en esta escalada que provocó más de 200 muertos en Nagorno Karabaj, 190 militares azeríes fallecidos y la salida de más de 100.000 refugiados hacia Armenia.
Bajo este contexto, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro armenio, Nikol Pashinian aceptaron ir a Bruselas, la capital belga, para una mediación a cargo de la Unión Europea (UE) que tendrá lugar a fines de este mes con el objetivo de reducir tensiones.
Con información de Télam