El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par estadounidense, Joe Biden, se reunieron en la Casa Blanca y coincidieron en hacer una férrea defensa de la democracia en el mundo. “Nuestras naciones –dos fuertes democracias- fueron testeadas en el último tiempo y nuestras instituciones fueron puestas en peligro. En ambos casos, la democracia prevaleció”, dijo el mandatario norteamericano. La referencia es clara: ambos asumieron al Ejecutivo luego de que sus antecesores –Donald Trump y Jair Bolsonaro- pusieran bajo cuestionamiento el proceso electoral y tras una serie de hechos violentos que involucró en las dos ocasiones la invasión de los poderes del Estado. El cambio climático y la preservación de la Amazonía también fueron ejes centrales del encuentro.
Antes de su encuentro a puertas cerradas, los mandatarios se sentaron en la oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington, y le hablaron a la prensa. El primero en tomar la palabra, fue el anfitrión: "Nuestros valores compartidos y los fuertes lazos entre nuestros pueblos tornan a Brasil y a Estados Unidos socios naturales para enfrentar los grandes desafíos actuales, globales y más especialmente el cambio climático”.
El estadounidense, además, hizo una fuerte declaración contra la violencia política y por la defensa de los valores de las instituciones democráticas: “Creo que debemos continuar defendiendo juntos los valores democráticos que constituyen el núcleo de nuestra fuerza. Valores democráticos como los derechos humanos y el Estado de derecho son los valores que precisamos”, sentenció.
“Ahora tenemos algunos problemas para trabajar juntos”, le dijo Lula a Biden a su turno. “Primero, nunca más permitir que haya un nuevo capítulo del Capitolio. Y que nunca vuelva a suceder lo que pasó en Brasil con la invasión al Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema”, sostuvo en consonancia, en referencia a la invasión por parte de bolsonaristas el pasado 8 de enero. También, apuntó que Brasil se “automarginalizó” en los últimos cuatro años debido a la política exterior que mantuvo su antecesor, Jair Bolsonaro, a quien definió como un presidente “que no gustaba de tener relaciones con ningún país” cuyo mundo “empezaba y terminaba con fake news”.
Asimismo, aprovechó para tomar el guante respecto al cambio climático, uno de sus ejes de campaña. “Cuidar la Amazonía es cuidar al planeta tierra. Y cuidar al planeta tierra es cuidar nuestra sobrevivencia. Por eso, todos tenemos la obligación de dejar para nuestros hijos y nietos un mundo mejor del que recibimos de nuestros padres”, señaló y propuso la construcción de una alianza contra el calentamiento global, reportaron el portal G1 y Agencia Brasil. En esa línea, llamó a crear una “gobernanza global fuerte” que tome decisiones que “todos los países se vean obligados a cumplir”.
La desigualdad racial, también fue uno de los ítems de la agenda de Lula. “Veo que la desigualdad racial sucede en todos los países, sobre todo en la periferia, los jóvenes negros de la periferia son víctimas muchas veces de la incapacidad del Estado, porque la violencia que existe en la periferia es la ausencia del Estado con políticas públicas para garantizar los sueños de la juventud”, manifestó.
El país del norte es el segundo mayor socio comercial de Brasil y el principal destino de las exportaciones de productos industrializados, informó la estatal Agencia Brasil. De hecho, el año pasado, el intercambio total entre los dos países fue de cerca de 88.700 millones de dólares de dólares, una cifra inédita en la historia. Además, es el país con el mayor stock de inversiones de Brasil, estimado en 123 mil millones.
Con Lula viajaron el canciller, Maurio Vieira; así como los ministros de Economía, Fernando Haddad; Medio Ambiente, Marina Silva; Igualdad Racial, Anielle Franco; el viceministro de Industria, Marcio Rosa; el asesor especial internacional, Celso Amorim; y el senador Jacques Wagner, líder del bloque del Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado.
Antes del encuentro con Biden, al mediodía, Lula y su equipo se reunió con el senador Bernie Sanders, del ala izquierdista del Partido Demócrata y un aliado histórico del líder del PT; con parlamentarios y con representantes sindicales de la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales.
Este es el tercer país que visita, tras sus viajes a Argentina -en donde participó de la VII Cumbre Jefas y Jefes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)- y Uruguay, en donde mantuvo un encuentro con el mandatario Luis Lacalle Pou, así como con el expresidente José "Pepe" Mujica, entre otros dirigentes del opositor Frente Amplio. Para marzo recibió la invitación para viajar a China, en donde se prevé que sume a la comitiva a la expresidenta Dilma Rousseff, recientemente confirmada como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del bloque de los Brics.