El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, comparó hoy la invasión rusa con la pandemia de coronavirus y reiteró su pedido de ayuda internacional al asegurar que "las vacunas son las armas y las sanciones", mientras en la misma línea el gobernador de Lugansk dijo que la crucial batalla de Severodonetsk terminaría "en 2 o 3 días" si dispusiera de armamento occidental de largo alcance.
"Las armas y sanciones también son una vacuna frente a una enfermedad que ha traído Rusia", manifestó el líder ucraniano en su cuenta de Telegram, en un mensaje en el que aseguró que el virus "se llama odio y es más mortífero que la Covid-19" y se refirió al conflicto como "Covid-22".
Luego explicó que el virus se propaga "a través de la propaganda rusa, la impunidad de los asesinos, la permanencia del petróleo ruso en el mercado global y el movimiento de dinero ruso dentro de los sistemas financieros globales", según informó la agencia de noticias Europa Press.
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El mandatario dijo que el dinero ruso "ya está manchado de sangre" y recordó que miles de personas han muerto y millones se han visto obligadas a abandonar sus casas debido a la guerra en la que -aseguró- Rusia lanzó más de 2.600 misiles contra territorio ucraniano, la mayoría "contra objetivos civiles".
El gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, en tanto, aseguró que Ucrania podría tomar el control total de la ciudad de Severodonetsk "en dos o tres días" si dispusiera ya de armamento occidental de largo alcance.
Severodonetsk es escenario de encarnizados combates entre rusos y ucranianos, estos últimos en desventaja numérica y de armamento.
Tras denunciar las "tácticas primitivas" usadas por los rusos, Gaidai aseguró que "tan pronto como tengamos artillería de largo alcance el duelo comenzará, la Unión Soviética perderá ante Occidente y nuestras fuerzas especiales podrían limpiar la ciudad en dos o tres días".
El tema del apoyo occidental fue abordado hoy por el jefe de la delegación rusa en las negociaciones en Viena sobre la seguridad militar y control de armas, Konstantín Gavrilov, quien advirtió que ese armamento suministrado a Ucrania ya se venden en el mercado negro y se envía a Medio Oriente.
"Existe el peligro de que las armas ligeras - tales como Javelin, de defensa aérea y antitanque portátiles- de la zona del conflicto, se propaguen por todo el mundo. Ya se registran hechos de su venta en el mercado negro y del envío a Medio Oriente, a Idlib (Siria). Vimos las respectivas secuencias de video", dijo, citado por el canal de televisión ruso Rossiya 24.
Los europeos no entienden que "están jugando con el fuego", porque esas armas pueden caer en manos de los terroristas, comentó el diplomático.
Anoche, Zelenski dijo que en Severodonetsk se libra una de las batallas "más difíciles desde el comienzo de la invasión rusa (..) y allí se está decidiendo el destino de Donbass", la región industrial en el este del país que es actualmente el principal teatro de operaciones de la guerra.
Hoy, en una video conferencia durante una reunión ministerial de la OCDE en París, el mandatario alertó que millones de personas podrían "morir de hambre" si su país no consigue exportar sus granos y pidió la exclusión de Rusia de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"No puede haber ninguna discusión para prolongar la adhesión de Rusia a la FAO. ¿Qué hace Rusia ahí si provoca el hambre de al menos 400 millones de personas, o potencialmente a más de 1.000 millones de personas?", dijo.
En tanto, en otro perfil del conflicto, las autoridades de la provincia ucraniana de Jerson -a orillas del mar Negro y del río Dnieper- planean celebrar un referendo sobre la incorporación de esa región a Rusia durante el año en curso, declaró el jefe adjunto de la administración cívico-militar de la región, Kiril Stremousov.
"El referendo está previsto para este año. La decisión al respecto se ha tomado", dijo, agregando que la provincia ya empezó el camino hacia la integración en Rusia y sus ciudadanos solicitan activamente los pasaportes rusos.
En el frente de batalla, las autoridades de Ucrania denunciaron un ataque ruso a una planta de producción de amoníaco en Severodonetsk, mientras el Kremlin asegura haber destruido un "centro de entrenamiento" de "mercenarios extranjeros" en la región ucraniana de Yitomir.
Desde Londres, en tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, uno de los principales aliados del presidente ucraniano, dijo que empujar a Ucrania a aceptar un "mal" acuerdo de paz con Rusia sería "moralmente repugnante".
"Alentar una mala paz en Ucrania es alentar a (el presidente ruso Vladimir) Putin y alentar a todos aquellos en el mundo que piensan que la agresión da resultados", advirtió el mandatario durante un discurso en Blackpool, en el noroeste de Inglaterra.
Johnson hizo estas declaraciones durante un discurso centrado en la economía, en que culpó a la invasión rusa de la disparada de precios de la energía que alimenta una grave crisis del coste de la vida en el Reino Unido.
La guerra desatada por Rusia y el inédito paquete de sanciones decidida por las potencias occidentales dispararon los precios de los alimentos y provocaron advertencias de hambruna en Medio Oriente y África.
Ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que está dispuesto a crear "la logística necesaria" y a garantizar el transporte de cereales desde los puertos de Berdiansk y Mariupol, en el sur de Ucrania, "sin ninguna condición previa".
Su canciller, Serguei Lavrov, afirmó en unas conversaciones respaldadas por la ONU en Turquía que Moscú estaba dispuesto a conceder el paso seguro a los barcos que transportan maíz y trigo ucranianos.
Con información de Télam