El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió vencer "el mal ruso" al visitar hoy junto a dirigentes europeos la ciudad de Bucha, en el primer aniversario de la recuperación de esta localidad, epicentro de una masacre de civiles por la que Kiev y sus aliados occidentales acusan a Rusia, un crimen contra la humanidad investigado ahora por organismos internacionales cuya autoría Moscú niega.
"Vamos a ganar, es seguro. El mal ruso caerá, justamente aquí en Ucrania, y ya no será capaz de levantarse de nuevo", afirmó Zelenski ante los primeros ministros croata Andrej Plenkovic, eslovaco Eduard Heger, esloveno Robert Golob, y la presidenta moldava Maia Sandu.
Previamente, en su perfil de Telegram, el mandatario había asegurado que su país "nunca" perdonará a Rusia por ello.
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"Bucha y el distrito de Bucha. 33 días de ocupación. Más de 1.400 muertes, incluidos 37 niños", denunció el mandatario en un breve mensaje publicado en su canal de la red social, que acompañó con un video con imágenes de la ciudad antes de ser invadida y tras el paso de los rusos por ella.
Han pasado "365 días desde que es una ciudad ucraniana libre otra vez", apuntó, citado por la agencia de noticias AFP.
"En estas calles de Bucha, el mundo vio el mal ruso, el mal en estado puro" que "el Kremlin buscaba llevar a otras calles de Ucrania, de Europa y del mundo, que los invasores rusos hubieran podido capturar", enfatizó.
"Hubieran podido hacerlo si no fuera por nosotros, si no fuera por los ucranianos. Pueblo ucraniano, ustedes han detenido la mayor fuerza antihumana de nuestro tiempo. Han detenido el poder que desprecia y que pretende destruir todo lo que da sentido al ser humano", agregó Zelenski.
El 31 de marzo de 2022, el ejército ruso se retiró de esta localidad y de todo el norte de Kiev, un poco más de un mes después de iniciar una ofensiva contra Ucrania.
Dos días después de la retirada, un equipo de periodistas descubrió en Bucha los restos carbonizados de vehículos, casas destruidas y cadáveres de 20 hombres vestidos de civil, uno de ellos con las manos atadas a la espalda.
Estas imágenes conmocionaron al mundo, y Ucrania y los países occidentales denunciaron que en Bucha se produjeron ejecuciones sumarias y crímenes de guerra.
Rusia niega estar implicada y denunció un montaje occidental.
Dos días después de que se descubrieran los cadáveres, Zelenski acudió a Bucha y visiblemente conmocionado denunció que hubo "crímenes de guerra" que constituyen un "genocidio".
Un año después de que Ucrania recuperó Bucha, este suburbio que antes de la guerra tenía unos 37.000 habitantes, está en reconstrucción.
Decenas de obreros trabajan con excavadoras y camiones para reconstruir las casas y pavimentar las calles donde el trauma persiste.
Las fuerzas rusas han sido acusadas por Ucrania de múltiples abusos tras el hallazgo de cientos de cadáveres en Bucha y otras localidades.
El gobierno de Kiev afirma que en la localidad de Izum fueron encontradas cientos de fosas y en otras ciudades recapturadas hallaron "salas de tortura".
Los fiscales ucranianos afirman que las fuerzas rusas mataron a unos 1.400 civiles en las cercanías de Bucha y dicen que han identificado a decenas de soldados rusos que son responsables.
La Corte Penal Internacional (CPI) emitió en marzo una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por la "deportación" de miles de niños ucranianos hacia Rusia o hacia territorios ocupados.
Rusia no dio mayor importancia a la orden, ya que el país -como Estados Unidos y China- no reconocen la jurisdicción de la CPI.
Ucrania exige la creación de un tribunal especial para juzgar a los altos mandos rusos por la "agresión" contra Ucrania, pero la configuración exacta de esta instancia plantea cuestiones jurídicas complejas y genera reticencias.
Con información de Télam