“Acá nosotros nos paramos firmes”, dijo a El Destape la secretaria general del Sindicato de Docentes de Formación en Educación (Sidfe), Cecilia Klein. La dirigenta sindical está al frente de las movilizaciones, paros y diversas acciones que hace más de dos semanas se llevan adelante desde los institutos de formación docente en Uruguay en contra de las reformas impulsadas por el Gobierno de Luis Lacalle Pou. Pero ese sector no es el único frente abierto en el país ubicado del otro lado del Río de la Plata: secundarios y universitarios también salieron a las calles a manifestarse en contra de recortes presupuestales y de las reformas educativas. Mientras se mantienen pie de lucha, la lectura que hacen desde los distintos ámbitos confluye en que la educación pública es “una piedra en el zapato” para el Ejecutivo nacional.
Las tomas de los centros educativos por parte de estudiantes la semana pasada fueron los que despertaron la solidaridad de los distintos sindicatos y organizaciones estudiantiles. Allí, confluyeron junto a la Sidfe, la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria del Uruguay (Fenapes), la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU), la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), entre otros. Todos ellos, en la jornada de ayer, movilizaron más de cinco mil personas por el centro de Montevideo bajo una bandera con la consigna “al igual que ayer enfrentaremos el desmantelamiento de la educación del pueblo con organización y lucha”. Es que, desde el Gobierno nacional se impulsan diversas reformas y lo que denuncian como “recortes presupuestarios”.
Los cambios tienen la base en la Ley de Urgente Consideración, más conocida por sus siglas: LUC, en donde el gobierno a cargo de Lacalle Pou planteó su plan de gobierno a nivel general. En el ámbito educativo, según escribió el doctor en educación Antonio Romano en La Diaria, se propuso “un cambio de perspectiva sobre la manera en que fue pensada la educación en los últimos 150 años al menos”. Un ejemplo de la iniciativa -que se sometió a referéndum y cuyo resultado por la derogación de diversos artículos perdió por 47,3% para el “No” y 46,3% para el “Sí”- es que supone la descentralización de la educación pública, así como introduce que el objetivo de la educación formal es garantizar las “competencias para la vida”. Con ese paraguas, se avanza ahora en diversos aspectos.
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Las reformas en la formación docente
En la actualidad 23 de 32 centros de formación a lo largo del país se encuentran movilizados, con paro activo u ocupados. Desde allí, reclaman que el documento aprobado en julio por el Consejo de Formación en Educación, que depende de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) -organismo que rige la educación pública en Uruguay-, se dio de manera casi inconsulta y con el objetivo de ponerla en marcha a partir del 2023. En aquel momento, la propuesta fue presentada por el Ejecutivo con un día de antelación y tuvo el visto bueno por “tres a dos”, según dijo Klein a este medio. En contra se postularon las representaciones de estudiantes y docentes.
“Plantearon un cronograma que establecía tres jornadas para que los docentes la discutieran y elaboraran la malla curricular (las asignaturas). Pretenden que en dos meses y medio se cierre todo, algo irrisorio para pensar en la formación en educación”, indicó Klein.
Las críticas que hacen a la reforma se basan cuatro puntos: en el cambio del perfil docente a uno más “tecnicista basado más en competencias que en conocimientos”; en la quita de asignaturas, por ejemplo, se elimina didáctica del primer año; y el cambio de cursos anuales a semestrales que pone en duda la permanencia laboral de las y los docentes. “El presupuesto también está relacionado porque el dinero estará destinado a poner en práctica esta transformación, pero no otras cuestiones como los problemas edilicios, la situación laboral o la creación de cargos”, manifestó Klein. El pedido general es la creación de una universidad de la educación que sea autónoma y autogobernada, con áreas de extensión y de investigación.
Al momento, se encuentran en estado de movilización y el sábado definirán los pasos a seguir en un encuentro de las dirigencias. “No nos oponemos a la reforma de formación en educación, que es de 2008, pero queremos una en la que realmente participen docentes y estudiantes”, sostuvo Klein. Según su lectura, estos cambios responden “a un tipo de ideología de gobierno que tiene claro que la educación pública es una piedra en el zapato y, en ese sentido, va a buscar todas las maneras para reducir la capacidad y la calidad de la educación pública”.
“Acá nos plantamos firmes porque para nosotros se defiende siempre la gratuidad en la enseñanza, el espíritu crítico y el aporte de ideas”, sostuvo.
El presupuesto de la Universidad de la República
La UdelaR, creada en 1849, contiene el 90 por ciento del estudiantado universitario y es la única institución pública universitaria que existe en el país. A lo largo de los años, su capacidad de extensión y de la creación de sedes en distintos departamentos se amplió. Sin embargo, ahora advierten que ese crecimiento está en peligro e incluso, corre riesgo de cerrar algunas carreras debido al recorte presupuestario que denuncian. La iniciativa que lo plantea fue aprobada en la Cámara de Diputados la semana pasada y que tendrá su punto final dentro de 45 días cuando se discuta en el Senado. Hasta esos días seguirán las movilizaciones y las acciones para intentar modificar el resultado.
La disconformidad llegó desde la voz del estudiantado, pero también desde las autoridades. “La Universidad de la República no podrá afrontar muchas de las obras que ya tenía definidas y será imposible soñar en nuevas concreciones”, denunció el rector Rodrigo Arim, en una columna publicada en portal de la casa de estudios titulada “Balance de una rendición de cuentas a mitad de camino”.
La iniciativa contempla 143 millones de pesos uruguayos, por lo que según Arim esto significa una pérdida de 457 millones de pesos (3,6 millones de dólares).
Para la secretaria de asuntos gremiales de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), Amira Fagúndez Lodeiro, esto “significa no poder apostar a muchas líneas de trabajo, frenar el proceso de descentralización, limitar el desarrollo y el conocimiento”.
En ese sentido, señaló que el recorte al que se oponen limita el aumento de las becas para estudiantes en situación de vulnerabilidad social que desean estudiar: “La universidad no está pudiendo dar respuesta. Casi el 70 por ciento de les estudiantes que piden becas se le dice que no, por eso queremos aumentarlas y sumar más puestos de trabajo para docentes ante una matrícula que crece cada año”.
“Que la educación esté golpeada en su autonomía y autogobierno tiene que ver con la receta neoliberal. Eso está haciendo que explote el descontento popular y que las movilizaciones vayan en auge. Eso significa que se está organizando el campo popular en pos de la defensa de los derechos conquistados”, agregó Fagúndez Lodeiro.
Los secundarios
Cada 14 de agosto, en Uruguay, se conmemora el Día de los Mártires Estudiantiles. En esa jornada, los movimientos salen a las calles para traer a la memoria a Líber Arce, estudiante de la Facultad de Odontología asesinado por la policía, en 1968, cuando reclamaba por el boleto estudiantil. Este año, las y los estudiantes salieron una vez más en pie de lucha. Al día siguiente, el ministro de Educación anunció una “gran reforma del sistema educativo”, tal como reseñó el diario local El País.
Uno de los cambios incluidos dentro de esta hoja la ruta es la creación del Bachillerato Interdisciplinario General propuesto por Secundaria. “De ‘transformación curricular’ no tenemos mucha información”, indicó a El Destape Martina Salle, militante secundaria nucleada en Gremios de secundaria de Montevideo (GSM).
Según pudieron saber, se propone “quitar o reducir los bachilleratos más humanísticos y artísticos e incrementar la cantidad de científicos y técnicos”, a eso desde les estudiantes responden que “las artes y humanidades son pilares fundamentales en la creación y en el fomento del pensamiento crítico, además de que ha sido un sector vulnerado históricamente”. Además, suman que, entienden, implica un recorte de horas docentes.
“La mercantilización labora lo único que hace es crear personas serviles al sistema y crear gente que sólo sirva para el mercado laboral no es la educación que queremos”, sentenció.
Por ahora, aquí también la movilización está vigente. Hubo pintadas, sentadas, movilizaciones y, ahora, ocupación de liceos secundarios para apostar a una plataforma reivindicativa que exige “mejorar la calidad educativa y edilicia; equipos para atender la salud mental de las y los estudiantes, así como personal para atender las situaciones de acoso y de abuso dentro de las instituciones”.