Alrededor de 500 manifestantes de extrema derecha marcharon hoy en París después de que un tribunal revocara ayer la prohibición policial de la concentración, pese a la orden del gobierno de restringir las manifestaciones de grupos de dicha tendencia.
La concentración, organizada por Action Francaise -uno de los grupos monárquicos históricos de Francia-, rindió homenaje a Juana de Arco, que condujo a los franceses a una famosa victoria sobre los ingleses en el siglo XV.
Action Francaise, clasificada por el Gobierno de Emmanuel Macron como una organización de extrema derecha, había solicitado la anulación de la restricción policial, al considerar que suponía una violación de la libertad de reunión, informó el diario Le Figaro.
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Juana de Arco es venerada por muchos de los movimientos de extrema derecha franceses.
La mayoría de los participantes eran hombres, algunos con boina o brazalete del color de la bandera francesa.
Se dirigieron desde la histórica Ópera hasta una estatua dorada de Juana de Arco a caballo en el centro de París, donde depositaron coronas de flores a sus pies, informó la agencia de noticias AFP.
La manifestación terminó al mediodía.
El tribunal administrativo de París decidió ayer que la manifestación no constituía una incitación al desorden público.
También permitió la celebración de un coloquio en la capital, titulado "Francia en peligro", al que asistieron unos 350 miembros bajo fuerte vigilancia policial el mismo día.
"Defendimos el derecho a manifestarnos de acuerdo con la legislación francesa", declaró el secretario general del grupo, Olivier Perceval.
"Nunca hubo ningún incidente. No es una protesta. Sólo honramos a Juana de Arco", indicó.
Según Perceval, la manifestación anual sólo fue prohibida en dos ocasiones anteriores: por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, y la segunda vez tras la profanación de un cementerio judío en 1990.
La Prefectura de Policía parisina, por su parte, había defendido en un comunicado el veto de estos encuentros, reportó la agencia de noticias Europa Press.
Las medidas fueron impuestas "para prevenir el riesgo de alteración del orden público, los llamamientos a la violencia y consignas que puedan poner en entredicho los principios consagrados en la Declaración de Derechos Humanos", argumentó la institución.
La decisión judicial se dio días después de que el ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunciara que Francia prohibiría las manifestaciones de pequeños grupos ultraderechistas, tras la polémica generada por una marcha de neonazis autorizada el fin de semana pasado en la capital francesa.
Casi 600 activistas del Comité 9 de Mayo, una agrupación de extrema derecha, según las autoridades, manifestaron el fin de semana previo en la capital para recordar la muerte accidental del militante ultraderechista Sebastien Deyzieu en 1994.
En esa ocasión, los neonazis, vestidos de negro y a menudo enmascarados, exhibieron banderas negras con la cruz celta, habitualmente utilizadas por supremacistas blancos, lo que provocó un repudio generalizado, ya que las autoridades se esfuerzan en prohibir los cacerolazos y otras manifestaciones contra Macron convocadas por sindicatos contra su impopular reforma jubilatoria.
Con información de Télam