Osetia del Sur y Abjasia, antecedentes del conflicto actual por Donetsk y Lugansk

22 de febrero, 2022 | 15.17

El conflicto por Donetsk y Lugansk, dos provincias separatistas del este ucraniano, muestra ciertas semejanzas con lo sucedido en 2008 en Osetia del Sur y Abjasia, regiones aceptadas como países independientes por Rusia, tras las intenciones de Georgia de pertenecer a la Organización del Atlántico Norte (OTAN).

Fue precisamente el intento fallido de incorporarse a la Alianza Atlántica lo que impulsó en marzo de dicho año al Parlamento ruso a pedirle al Kremlin que reconociera la independencia de Osetia del Sur y Abjasia en el Cáucaso Sur.

La guerra de Osetia del Sur, iniciada por Georgia el 7 de agosto de 2008 contra estas dos repúblicas prorrusas, provocó luego la intervención militar de Moscú.

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El conflicto bélico finalizó cinco días después tras lograrse un alto el fuego bajo la mediación del expresidente francés, Nicolas Sarkozy.

Pero a continuación el Kremlin reconoció la independencia de estos dos territorios rebeldes, donde actualmente tiene una fuerte presencia militar. Era la primera vez que las tropas rusas intervenían en un conflicto, tras su derrota en Afganistán (1979-1989).

Para algunos analistas, el Kremlin hizo en Ucrania algo similar con Donetsk y Lugansk, ambas de la llamada región del Donbass, cuando ayer el presidente Vladimir Putin los reconoció como Estados independientes.

Dichas regiones se habían sublevado después de la revolución de 2014 que puso fin al Gobierno del presidente Viktor Yanukovich, alineado con Moscú, considerado por Rusia como un golpe de Estado impulsado por Occidente.

La llamada guerra de los Cinco Días dejó más de 2.000 muertos, tras lo cual Georgia rompió las relaciones diplomáticas con Moscú.

Según informes del diario español El País, el Kremlin envió a Osetia del Sur y Abjasia un contingente militar de soldados "pacificadores" que conforman unos 13.000 efectivos acuartelados en bases de las dos regiones.

Posteriormente, Osetia del Sur y Abjasia fueron reconocidas como Estados independientes por Venezuela, Nicaragua, Siria y Nauru, un pequeño país situado en el Océano Pacífico central, mientras que Tiflis los consideró como "territorios ocupados".

La Unión Europea (UE) y la OTAN señalan que Georgia, un pequeño país de 3,7 millones de habitantes, constituye un aliado importante en el mar Negro.

Tras anexionarse en marzo de 2014 la península ucraniana de Crimea, el Kremlin firmó ese mismo año un acuerdo de amistad con Abjasia para la creación de agrupaciones militares, policiales y de seguridad comunes.

Actualmente, la situación en estas dos regiones del Cáucaso continúa siendo motivo de desavenencias entre Rusia, la UE y Estados Unidos, ya que Moscú mantiene tropas en esa zona que considera de su influencia.

En 2017, la OTAN reconoció como miembros aspirantes de esa organización a Bosnia y Herzegovina, Georgia y Macedonia.

Este último país, que adoptó en 2019 el nombre de Macedonia del Norte, ingresó oficialmente a la Alianza Atlántica en marzo de 2020.

El 18 de diciembre de 2021, Rusia exigió a la OTAN que retire las promesas hechas a Ucrania y Georgia en la cumbre de Bucarest de 2008 para que ingresen a la Alianza Atlántica, ya que esto implicaría un avance de Occidente hacia el este, la línea roja marcada por el presidente Putin.

En aquella oportunidad, el primer ministro georgiano, Irakli Garibashivili, señaló que una de las principales tareas de su país para 2022 "es lograr que el tema de Georgia se vea reflejado dignamente en la cumbre de la OTAN de Madrid", prevista para el próximo 29 y el 30 de junio.

Los líderes de la Alianza Atlántica, formada por 30 países, debatirán el programa de la OTAN hasta 2030 y la "creciente agresividad de Rusia", según señalan algunos informes de prensa.

Con información de Télam

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