Los combates entre el Ejército sudanés y un grupo paramilitar se reanudaron hoy la capital de Sudán y recrudecieron en el oeste del país pese a un cese del fuego mediado por Estados Unidos tras casi dos semanas de conflicto con más de 500 muertos.
En un hecho promisorio, el jefe del Ejército afirmó anoche que accedió a participar de un diálogo regional para extender la tregua de tres días, que expira el viernes, acordada con las milicias de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Tras un primer día de relativa calma gracias a la tregua, residentes de Jartum, la capital de Sudán, dijeron que hoy se registraron combates y que aviones militares volvieron a surcar el cielo de los suburbios del norte de la ciudad de 5 millones de habitantes.
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También hubo enfrentamientos con ametralladoras y armas pesadas en las calles, agregaron los residentes, informó la agencia de noticias AFP.
Desde el inicio del conflicto, el 15 de abril, entre las tropas del general Abdel Fatah al-Burhan y las fuerzas del general Mohamed Hamdan Daglo, jefe de las FAR, han fracasado varios intentos de detener los combates en el gran país árabe del noreste de África.
Ambos generales dieron un golpe de Estado en 2021 contra el Gobierno civil surgido tras el derrocamiento del expresidente autocrático Omar al Bashir, y su lucha pone freno a planes para que el país tenga finalmente una democracia tras décadas de dictadura.
No obstante, el general Al Burhan afirmó anoche que aceptaba discutir en Juba, capital del vecino Sudán del Sur, una prolongación de la última tregua, que vence el viernes y que, a diferencia de otras previas, fue mediada por EEUU.
Los paramilitares no comentaron esta posibilidad, que es una iniciativa del bloque regional de África del Este.
Según el Ministerio de Salud de Sudán, al menos 512 personas han muerto y 4.193 han sido heridas desde el inicio de conflicto, pero es probable que el balance real sea más elevado.
Además de la capital, la violencia arrasa a otras regiones del país, especialmente en Darfur, una región del oeste de Sudán que ya fue escenario de una sangrienta guerra en la década de 2000.
En la capital de la esta región, El Geneina, se registraron saqueos, asesinatos y quemas de casas, según la ONU.
Naciones Unidas, que tuvo que interrumpir sus actividades tras la muerte de cinco trabajadores humanitarios, advirtió que ya no puede prestar ayudar en una zona donde "50.000 niños sufren de desnutrición aguda".
Los combates provocaron un éxodo masivo y ahondaron la crisis en un país de 45 millones de habitantes que es uno de los más pobres del mundo.
Quienes permanecen en el país deben enfrentar carencias de alimentos, falta de agua y de electricidad, además de cortes de las líneas telefónicas y de Internet.
Los países vecinos ya han recibido decenas de miles de personas, especialmente Egipto y Etiopía, según la ONU, que tome un éxodo masivo.
En los últimos días, más de 1.000 ciudadanos de la Unión Europea fueron evacuados, según el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell. España anunció la salida de 100 personas, entre las que había latinoamericanos.
China, EEUU, Japón, Reino Unido y varios países árabes también anunciaron el retiro de cientos de personas.
En total, 14 hospitales fueron bombardeados, según un sindicato de médicos, y otros 19 han sido evacuados, ya que estaban bajo ataque, carecían de material, de personal o debido a que los combatientes tomaron las zonas aledañas.
Aprovechando el caos, cientos de detenidos huyeron de tres prisiones, una de ellas la cárcel de alta seguridad de Kober, donde estaban recluidos los altos cargos del régimen de Al Bashir.
Entre los prófugos hay un miembro del antiguo gobierno que está requerido por la Corte Penal Internacional (CPI) acusado de crímenes contra la humanidad.
Al Bashir, de 79 años, se encontraba también en la cárcel, pero el Ejército indicó ayer que había sido trasladado a un hospital militar antes de que empezaran los combates, el 15 de abril, "debido a su condición de salud", sin precisar la fecha del traslado.
Al Bashir fue derrocado por el ejército bajo la presión popular en abril de 2019.
Los dos generales que están enfrentados en el conflicto actual enterraron las expectativas de una transición a la democracia cuando se aliaron en 2021 para sacar a los civiles del poder.
Después, Al Burhan y Daglo entraron en conflicto por sus desacuerdos sobre la integración de los paramilitares en el seno del ejército.
Con información de Télam