(Agrega declaraciones de Blinken y Guterres y combates en otras partes de Sudán)
Explosiones y ráfagas de ametralladora retumbaban hoy en la capital de Sudán en el tercer día seguido de combates entre el Ejército y un grupo paramilitar y en medio de febriles gestiones diplomáticas para tratar de contener la violencia.
El sindicato médico de Sudán dijo que al menos 97 civiles han muerto por el fuego cruzado entre los dos bandos rivales, que luchan zonas urbanas densamente pobladas con ametralladoras pesadas, tanques, artillería y ataques aéreos.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Se estima que la cifra de civiles muertos es mucho mayor, porque hay muchos cuerpos en las calles alrededor del centro de Jartum, la capital, a los que nadie puede llegar debido a los enfrentamientos, dijo Sindicato de Médicos de Sudán.
No ha habido información oficial sobre el número de combatientes muertos en los combates, que enfrentan a las fuerzas de dos generales y también se libran en muchas otras ciudades y zonas del gran país árabe del noreste de África.
En Jartum, envuelta en un fuerte olor a pólvora y privada parcialmente de agua y electricidad, los habitantes estaban hoy resguardados en sus casas, informó la agencia de noticias AFP.
En el centro de la ciudad, un espeso humo negro se elevaba por sobre el principal cuartel militar, que es foco de intensos combates.
Cerca de allí, al menos 88 estudiantes y miembros del personal han quedado atrapados en la biblioteca de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Jartum desde el inicio de los enfrentamientos, dijo uno de los estudiantes en un video subido a Internet.
Un estudiante murió al quedar atrapado en enfrentamientos afuera de la universidad y otro resultó herido, dijo el estudiante del video, que agregó que el grupo no tiene comida ni agua y mostró una habitación llena de gente durmiendo en el suelo.
Los pocos supermercados abiertos advirtieron que sólo podrán seguir funcionando unos días más, debido a la falta de suministros, y los hospitales que reciben a los heridos dijeron que se estaban quedando sin insumos.
Incluso en un país con una larga historia de conflictos civiles, las escenas de lucha en la capital y la ciudad contigua, Omdurman, al otro lado del río Nilo, no tienen precedentes.
La agitación se produce pocos días antes de que los sudaneses celebraran Eid al-Fitr, la festividad que marca el final del Ramadán, el mes islámico de ayuno.
Los enfrentamientos son parte de una lucha de poder entre el general Abdel Fatah al Burhan, comandante de las Fuerzas Armadas, y el general Mohamed Hamdan Daglo, jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar.
Los dos generales son antiguos aliados que orquestaron conjuntamente un golpe militar en octubre de 2021 que descarriló la transición de Sudán a la democracia.
La violencia ahora amenaza con sumir el país en un conflicto civil más amplio justo cuando los sudaneses intentaban revivir el impulso por un gobierno civil democrático después de décadas de dictadura militar.
Ambos generales han dicho que no negociarán una tregua e ignorado llamados a desmovilizar sus fuerzas, incluso de los países que los apoyan.
Al Burhan y Daglo, apoyados cada uno por decenas de miles de soldados, se exigen mutuamente la rendición.
Daglo, cuyas fuerzas surgieron de las notorias milicias Janjaweed en la región occidental sudanesa de Darfur, se presentó hoy a sí mismo en Twitter como un defensor de la democracia y calificó a Burhan de agresor e islamista radical.
Los combates han sido particularmente feroces alrededor de las principales bases de cada bando, ubicadas en medio de áreas civiles y en edificios gubernamentales estratégicos.
El Ejército afirmó hoy haber tomado control del principal edificio de televisión en Omdurman, repeliendo un intento de las FAR de apoderarse de él.
La televisión estatal de Sudán reanudó hoy sus transmisiones.
El Ejército obtuvo un logro importante ayer cuando las RSF dijeron que abandonaron su principal cuartel y base, en Omdurman, luego de que fuera bombardeado desde el aire por el Ejército.
Ayer, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU suspendió sus operaciones en Sudán después de que tres de sus empleados murieran por los combates en Darfur. Hoy, el Comité Internacional de Rescate dijo que también detendrá su trabajo, con la excepción de un campo de refugiados en el sureste sudanés.
Diplomáticos de todo el mundo instaron a las partes a dejar de pelear, incluido el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el secretario general de la ONU, António Guterres.
La Liga Árabe, la Unión Africana (UA), Reino Unido exigieron un "cese inmediato" de la violencia.
La gente en Sudán quiere que los militares regresen a los cuarteles, dijo hoy Blinken en una reunión del G7 en Japón.
"Quieren democracia. Quieren un gobierno dirigido por civiles, Sudán necesita volver a ese camino, agregó.
Guterres dijo hoy que una escalada mayor podría ser "devastadora para el país y la región".
Médicos y organizaciones humanitarias dijeron hoy que algunos barrios de Jartum no tienen agua ni electricidad desde el sábado.
Médicos informaron de cortes de electricidad en los quirófanos y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "varios de los nueve hospitales de Jartum que reciben civiles heridos ya no tienen reservas de sangre, equipos de transfusión y otros materiales vitales".
Los pacientes, algunos de ellos niños, y sus familiares "no tienen comida ni agua", afirmó una red de médicos.
El Ejército y las FAR también luchaban hoy en la mayoría de los principales centros urbanos del país, incluyendo en Darfur y partes del norte y el este, junto a las fronteras con Egipto y Etiopía.
Hoy estallaron batallas alrededor de una base aérea estratégica en Merowe, unos 350 kilómetros al noroeste de la capital, y ambos bandos afirmaron que controlaban la instalación.
Con información de Télam