Un nuevo informe del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó hoy sobre la "alarmante" variedad de violaciones de los derechos humanos en Sudán, especialmente de las mujeres y las niñas, en el marco de un grave conflicto armado que podría desembocar en una guerra civil, la tercera de su historia.
"Mujeres y niñas que han huido del conflicto han denunciado incidentes alarmantes de violencia sexual, incluidas violaciones, agresiones, explotación y violencia física perpetrados por combatientes, delincuentes y contrabandistas en la capital, Jartum, y otras zonas, así como contra personas en movimiento", expuso la Alta Comisionada asistente para la Protección de Acnur, Gillian Triggs.
El ente reportó que los combatientes saquean casas y agreden sexualmente a mujeres y niñas.
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"Las adolescentes se enfrentan a un mayor riesgo de matrimonio infantil, ya que algunas familias se ven obligadas a recurrir a esta práctica perjudicial, al parecer en un intento de 'protegerlas' de la violencia sexual, agresión o explotación", refirió Triggs, citada por la agencia de noticias Europa Press.
Asimismo, Acnur advirtió que los menores varones también corren "grave riesgo de sufrir asesinatos, mutilaciones, trata, trabajo o reclutamiento forzoso".
"Algunos han sido separados o han perdido familiares u otros cuidadores, lo que los hace aún más vulnerables", agregó.
Por todo ello, instó a proteger el acceso de los agentes humanitarios nacionales e internacionales a la zona, ya que "es fundamental para garantizar que la ayuda pueda llegar inmediatamente a los más vulnerables".
"Acnur reitera su llamamiento a todos los Estados para que mantengan abiertas sus fronteras para los civiles que huyen de Sudán y eliminen cualquier impedimento de entrada a fin de garantizar que las personas, incluidas las indocumentadas, puedan acceder a esta protección y asistencia", concluyó.
Pero Egipto, fronterizo con Sudán, anunció que iba a endurecer el proceso de entrada a su territorio para los sudaneses que huyen de la guerra.
Desde el inicio de la crisis, que amenaza con derivar en otra guerra civil, más de 200.000 sudaneses entraron a Egipto, la mayoría por vía terrestre.
Los combates persisten en casi todo el territorio, tras una precaria y muy breve tregua en medio de numerosas promesas incumplidas de cese del fuego tras casi dos meses de enfrentamientos entre dos generales rivales que pugnan por el poder.
El conflicto estalló el 15 de abril entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Las hostilidades estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno de la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas.
Eso era parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo Gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del entonces presidente Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de estado de octubre de 2021, tras el cual cayó el primer ministro de unidad, Abdallah Hamdok.
La guerra causó hasta el momento más de 1.800 muertos, según la organización Acled, especializada en recoger informaciones en zonas de conflicto, y la ONU estima que hay 2 millones de desplazados.
Antes del conflicto, el país africano ya era uno de los más pobres del mundo, y ahora, 25 de los 45 millones de habitantes ya no pueden sobrevivir sin ayuda humanitaria.
Con información de Télam