Manifestantes desafiaron hoy el estado de sitio y a la policía en Sri Lanka y tomaron la oficina del primer ministro, luego de que éste fuera declarado presidente tras la huida del mandatario Gotabaya Rajapaksa el día en que debía renunciar, en medio de una ola de protestas por el colapso económico del país.
Los manifestantes exigen que el primer ministro Ranil Wickremesinghe renuncie al mismo tiempo que Rajapaksa, quien había prometido hacerlo hoy, acorralado por la peor crisis económica y política de la historia de esta isla de 22 millones de habitantes ubicada al sur de India.
Un grupo de mujeres y de hombres rompieron la barrera impuesta por los militares y penetraron en el despacho del primer ministro en Colombo, mientras agitaban banderas del país, a pesar de que la policía y el ejército intentaron detenerlos con gas lacrimógeno y camiones hidrantes, informó la agencia de noticias AFP.
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Un joven de 26 años murió tras resultar herido durante la protesta, informó el diario local Daily Mirror, que detalló que había sido trasladado a un hospital de la zona por problemas respiratorios, pero no logró sobrevivir.
Manifestantes antigubernamentales irrumpieron también en la sede del principal canal de televisión público de Sri Lanka y aparecieron brevemente en emisiones al aire, según imágenes de esa cadena.
En la que hasta hoy fue la jornada más dramática de tres meses de protestas, el sábado pasado una multitud invadió el palacio presidencial, lo que precipitó la huida de Rajapaksa, que anoche escapó en avión a la vecina Maldivas.
El primer ministro, nombrado hoy presidente interino por Rajapaksa, según anunció el Parlamento, salió al aire poco después por cadena nacional de radio y televisión y pidió al Ejército y a la Policía que hicieran "lo necesario para restablecer el orden".
Los manifestantes "quieren impedir que cumpla con mis responsabilidades como presidente en funciones. No podemos permitir que los fascistas tomen el control", manifestó.
Antes, un vocero de su oficina había anunciado que se declaraba el estado de sitio para hacer frente a la situación del país.
De su lado, la Policía anunció un toque de queda por tiempo indeterminado en la provincia occidental, donde está Colombo, para contener las protestas, e instó a los ciudadanos a apoyar a las Fuerzas Armadas para "mantener la ley y el orden".
La Constitución prevé, en caso de renuncia del presidente, que el primer ministro asuma ese cargo de manera interina hasta la elección por parte del Parlamento de un diputado, que ejercerá el poder hasta el final del mandato en curso, es decir, noviembre de 2024.
Rajapaksa, de 73 años y miembro de una dinastía política que ha gobernado Sri Lanka la mayor parte de las dos últimas décadas, dijo que tenía la intención de viajar a Singapur, donde pedirá asilo, según fuentes cercanas, informó la agencia de noticias Europa Press.
El presidente partió del aeropuerto internacional de Colombo junto a su esposa y un guardaespaldas a bordo de un avión Antonov-32 y después de aterrizar esta mañana en la capital maldiva de Malé fue trasladado a un sitio no revelado.
La llegada de Rajapaksa a Maldivas provocó críticas entre la población, que manifestó su respaldo a los habitantes de Sri Lanka.
"Muchos están enfadados y se oponen a que el Gobierno ofrezca refugio al presidente esrilanqués. Tenemos que estar junto a nuestros hermanos y hermanas que han forzado al presidente a huir", manifestó un ciudadano de Malé, según recogió la agencia Europa Press.
Mientras tanto, en Colombo, la multitud continuaba agolpándose en el palacio presidencial por quinto día seguido, en una atmósfera festiva.
"La gente está muy contenta, porque esas personas robaron a nuestro país", explicó Kingsley Samarakoon, un empleado público jubilado de 74 años.
La partida del presidente fue complicada. El martes fue rechazado de manera humillante por los empleados de inmigración en el aeropuerto de Colombo, donde le negaron acceso a la sala VIP para sellar su pasaporte.
Como no renunció, Rajapaksa goza aún de inmunidad presidencial.
El mandatario y su esposa pasaron la noche previa al viaje en una base militar cerca del aeropuerto internacional tras haber perdido cuatro vuelos con destino a Emiratos Árabes Unidos.
Su hermano Basil, que dimitió en abril de su cargo como ministro de Finanzas, tampoco pudo abordar un avión hacia Dubái.
En su huida, el presidente esrilanqués dejó atrás un maletín lleno de documentos y con 17,85 millones de rupias (casi 49.000 dólares), que ahora están bajo custodia de las autoridades.
Rajapaksa está acusado de una mala gestión de la economía, llevando al país al caos y a una crisis profunda por la falta de divisas, lo que hace imposible financiar las importaciones de productos esenciales para la población de 22 millones de habitantes.
Sri Lanka declaró una moratoria de su deuda por 51.000 millones de dólares en abril y está en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo.
Además, el país casi agotó sus reservas de combustible y el gobierno ordenó el cierre de las administraciones no esenciales y de las escuelas para reducir los desplazamientos.
Con información de Télam