Rusia informó hoy que logró neutralizar un contraataque ucraniano en la región de Donetsk y que derribó dos drones en los alrededores del aeropuerto de Belbek, en la anexada península de Crimea, mientras el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, intentará hoy reflotar la esquiva opción diplomática en sendas charlas con los líderes ruso y ucraniano.
El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, dijo que las fuerzas ucranianas intentaron hacerse con posiciones de las tropas rusas en las inmediaciones de Dorozhnianka, en la región de Donetsk, donde continúan los enfrentamientos, pero que "no han tenido éxito" en el marco de su contraofensiva, según informaciones de la agencia de noticias Interfax.
Todos los contraataques "han sido repelidos" a medida que las unidades del Ejército ucraniano son "retiradas de sus posiciones originales", dijo Konashenkov, que insistió en que las tropas rusas continúan con sus operaciones en la región.
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"Las pérdidas del Ejército ucraniano aumentan a lo largo del día y más de un centenar de militares han muerto", dijo, antes de afirmar que "cinco grupos de reconocimiento han sido interceptados".
Las autoridades rusas también aseguraron haber derribado dos drones en los alrededores del aeropuerto de Belbek, en la ciudad de Sebastopol, situada en la península de Crimea, anexada en 2014.
"Todos los servicios (del aeropuerto) operan con normalidad", dijo el gobernador de Sebastopol, Mijail Razvozhaev, a través de un breve mensaje publicado en su cuenta en Telegram.
Sebastopol alberga la principal base de la Flota del Mar Negro de Rusia y durante las últimas semanas se registraron varios intentos de ataques con drones, incluido el derribo -el lunes- de otros dos aparatos no tripulados en los alrededores de la ciudad.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en tanto, tiene previsto charlar telefónicamente con los líderes de Rusia y Ucrania, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, informó el portavoz del presidente turco, Ibrahim Kalin.
Erdogan en reiteradas ocasiones se ofreció para organizar una reunión entre los líderes de Rusia y Ucrania.
Previo a este nuevo intento de mediación, Moscú y Kiev sostuvieron varias rondas de negociaciones para conseguir un acuerdo que pusiera fin a la invasión militar rusa desplegada en el territorio ucraniano desde el pasado 24 de febrero, pero tras la reunión presencial celebrada el 29 de marzo en la ciudad turca de Estambul, no han vuelto a retomarlas.
En Rusia, en tanto, donde fue actualizado a 89 el número de soldados muertos por el ataque ucraniano en la noche de Año Nuevo sobre la localidad de Makeyevka, se acentuaron las críticas contra la cúpula militar.
El saldo inicial de 63 víctimas se revisó al alza tras el hallazgo de nuevos cadáveres entre las ruinas de la base militar, indicó anoche el general ruso Serguei Sevriukov en un video difundido por el Ministerio de Defensa.
Según el general, la "razón principal" del ataque fue "el uso de los teléfonos móviles" por parte de los soldados, que permitió revelar su ubicación, indicó.
Sevriukov aseguró que se tomaron "las medidas necesarias para evitar estos incidentes trágicos en el futuro" y que "los responsables rendirán cuentas".
Se trata del mayor balance de víctimas en un solo ataque reconocido por Moscú desde el inicio de su ofensiva y ocurre después de una serie de reveses militares en el terreno.
Según medios rusos, las víctimas eran reclutas, es decir, soldados no profesionales.
El anuncio provocó hoy una nueva ola de críticas hacia la cúpula militar de Rusia, ya criticada esta semana por su "incompetencia" por parte de corresponsales y comentaristas rusos.
Según el ejército ruso, el ataque se realizó con ayuda de los sistemas lanzamisiles HIMARS, un arma suministrada por Estados Unidos a Ucrania que permite golpear detrás de las líneas enemigas.
El Estado Mayor ucraniano confirmó su autoría y el departamento de comunicaciones estratégicas del ejército reivindicó un saldo de víctimas mucho más elevado.
Según el Ministerio de Defensa británico, dada la destrucción ocurrida en la base, "existe una posibilidad realista de que se almacenaran municiones cerca de los compartimentos de las tropas".
Los corresponsales rusos de guerra acusaron a los comandantes rusos de no aprender de sus errores pasados y de transferir la culpa a los soldados.
Con información de Télam