El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo este lunes que los combatientes de Wagner deben unirse al Ejército o irse a Bielorrusia, luego que el grupo paramilitar llevara a cabo una rebelión armada el fin de semana que fue abortada en menos de 24 horas. "Tienen la posibilidad de continuar sirviendo a Rusia con un contrato con el Ministerio de Defensa u otros organismos encargados de hacer cumplir la ley o regresar con su familia y seres queridos (...) Quien quiera puede ir a Bielorrusia", anunció el mandatario.
En su primera comparecencia desde el fin de la rebelión militar, el mandatario dijo desde el interior del Kremlin que durante el levantamiento abortado del grupo paramilitar dio la orden de evitar "un derramamiento de sangre". "Desde el comienzo de los acontecimientos, se tomaron medidas siguiendo mis instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre", dijo durante un discurso televisado, juzgando que las potencias occidentales y Ucrania fueron responsables.
Putin también agradeció a combatientes del Grupo Wagner que tomaron la "decisión correcta" y detuvieron su avance. "Doy las gracias a los soldados y comandantes del Grupo Wagner que tomaron la única decisión correcta: no buscaron el derramamiento de sangre fratricida, se detuvieron en la última línea", dijo Putin en un discurso a la nación.
En su discurso, que duró cinco minutos, Putin culpó a "los enemigos de Rusia" que "calcularon mal". "La solidaridad civil demostró que cualquier chantaje e intento de organizar un motín interno acabará en derrota", agregó en un discurso que parecía pregrabado y en el que no mencionó por su nombre al líder de Wagner, Yevgueny Prigozhin.
El mensaje del líder de Wagner
Prigozhin había hablado solo horas antes en un mensaje de audio, el primero desde que supuestamente aceptó abandonar Rusia para trasladarse a Bielorrusia en un acuerdo para poner fin a la insurrección. Las autoridades bielorrusas dijeron que por ahora no podían confirmar si Prigozhin había llegado al país.
"La marcha evidenció graves problemas de seguridad en el país", advirtió Prigozhin en su primer mensaje de audio desde que ordenó el fin de la sublevación el sábado por la noche. Defendió la rebelión armada y el desafío público que hizo a la cúpula militar rusa, primero, y finalmente al presidente Vladimir Putin. Sostuvo que su objetivo no fue "derrocar el poder en el país", sino evitar la "destrucción del grupo Wagner", la empresa de mercenarios que hace años crece y se vuelve más poderosa peleando en guerras en África, Medio Oriente y, ahora, en Ucrania.
Con información de Télam