El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció hoy una "operación militar" en Ucrania y poco después comenzaron los bombardeos en gran parte del país, incluida la capital, un ataque condenado en seguida por la comunidad internacional y por el Gobierno de Kiev, que pidió al mundo que se fuerce a Moscú a respetar la paz y rompió relaciones con su vecino.
Los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas y la imposición de sanciones occidentales contra Rusia no bastaron para disuadir al líder ruso, que había desplegado entre 150.000 y 200.000 tropas a lo largo de las fronteras de Ucrania desde hacía semanas.
"He tomado la decisión de una operación militar", declaró Putin en un discurso televisado de madrugada que provocó una condena inmediata del presidente estadounidense Joe Biden y otros líderes occidentales.
Poco después empezaron a escucharse explosiones en varias ciudades de Ucrania, desde Kiev, la capital, hasta Járkov, su segunda ciudad en la frontera con Rusia, pero también en Odessa o Mariupol, a orillas de mar Negro.
En la capital y en Lviv, en el oeste, se activaron las sirenas de aviso de bombardeos y horas después, los guardias fronterizos ucranianos también afirmaron que las tropas terrestres rusas habían entrado en el país, reseñó la agencia de noticias AFP.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, proclamó una ley marcial en todo el país, pero pidió a la población no entrar en pánico y señaló que Rusia estaba atacando su "infraestructura militar". Posteriormente, pidió al mundo crear una "coalición anti-Putin" para forzar a Rusia a respetar la paz.
En un discurso a la nación, Zelenski también anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Rusia, que se habían mantenido incluso después de que Moscú anexionara Crimea en 2014.
Su ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, alertó de una "invasión a gran escala" con "ciudades pacíficas ucranianas bajo ataque". "Ucrania se defenderá y vencerá. El mundo puede y debe frenar a Putin", urgió.
El ejército ucraniano afirmó que había derribado cinco aviones y un helicóptero rusos en el este del país, mientras que Moscú reivindicó haber destruido los sistemas de defensa antiaérea y haber dejado "fuera de servicio" las bases aéreas de Ucrania.
En su mensaje televisado, Putin había instado a los soldados ucranianos a deponer las armas y justificó su ataque por el supuesto "genocidio" de la población rusoparlante en el este de Ucrania. Aun así, aseguró que no desea una "ocupación", sino una "desmilitarización" de su vecino.
Los rebeldes separatistas prorrusos, cuyos territorios habían sido reconocidos como independientes por Moscú el lunes, habían solicitado ayer ayuda al Kremlin para "contrarrestar" al ejército de Kiev.
Las reacciones al movimiento de Putin no se hicieron esperar. Biden, que llamó a Zelenski para expresarle su "apoyo", condenó "el ataque no provocado e injustificado por parte de las fuerzas militares rusas" y aseguró que "el mundo hará responsable a Rusia".
"El presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano", remarcó Biden, que participará en una cumbre virtual de los líderes del G7 prevista para hoy a las 11 (hora argentina).
También hay previstas reuniones de emergencia de los dirigentes de la Unión Europea y de los embajadores de la OTAN, cuyos responsables se sumaron a la condena del Kremlin.
Las tensiones militares entre Rusia y Ucrania escalaron en los últimos meses desde que Moscú comenzó a acumular a decenas de miles de soldados en la frontera entre ambos países.
El alerta pasó a rojo esta semana luego de que Putin reconociera la independencia de dos provincias separatistas y rusoparlantes del este de Ucrania, Lugansk y Donetsk, que son fronterizas con Rusia, y de que el Senado ruso autorizara al gobierno a usar la fuerza militar en el extranjero.
Más de 14.000 personas murieron en Ucrania en combates entre el Ejército y las milicias de las dos provincias separatistas desde que estas se declararan independientes, en 2014.
Con información de Télam