(Por Camil Straschnoy) El 80º aniversario que se cumple mañana de la victoria soviética sobre el nazismo en la Batalla de Stalingrado, la más letal de la Segunda Guerra Mundial con un estimado de 2 millones de muertos, es resignificado por el Kremlin para legitimar su invasión en Ucrania, presentada como una operación de "desnazificación" del país vecino, coincidieron analistas consultados por Télam.
El 2 de febrero de 1943 y tras 200 días de hostilidades, el Ejército Rojo triunfó sobre las tropas alemanas debilitadas por el hambre y el frío, en lo que fue un punto de inflexión que derivó en el freno de la expansión nazi y la caída del régimen de Adolf Hitler dos años después.
La Batalla de Stalingrado representa el mayor éxito del Ejército Rojo, que se logró con enormes sacrificios. Y representa además la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial en su estado más puro, ya que los soviéticos vencieron a los invasores, los alemanes nazis que llegaron a suelo ruso, explicó en declaraciones a Télam Ivan Ivanovich Kurilla, historiador de la Universidad Estatal de Volgogrado (nombre actual de la antigua Stalingrado).
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Es la efeméride más importante que hay en Rusia, porque permite amalgamar a toda la población tras una idea de unidad nacional, legitimada por el triunfo sobre el nazismo. Si hay algún máximo responsable de haber vencido al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial fue sin duda la Unión Soviética, indicó en sintonía Martín Baña, historiador especialista en Rusia e investigador del Conicet.
Ambos analistas coincidieron además en que la fecha tiene un valor político relevante para los objetivos del presidente ruso, Vladimir Putin, lo que se ve reforzado en el actual contexto de la guerra en Ucrania.
Putin intenta utilizar el recuerdo de Stalingrado para legitimar su régimen (por eso viaja allí con frecuencia), y para su propaganda recordar la victoria es mucho más importante que la tragedia de vidas perdidas, opinó Ivanovich Kurilla, docente de la Universidad Europea en San Petersburgo, reconocida como una de las principales instituciones académicas de humanidades y ciencias sociales de Rusia.
El aniversario tiene un significado especial este año, no solamente porque es un aniversario redondo y eso sirve para hacer festejos extraordinarios, sino porque se trata de la conmemoración de una batalla en un contexto en el cual se está desarrollando la invasión en Ucrania. Hay una necesidad del Gobierno de Putin de lograr cierto apoyo a sus acciones, complementó Baña.
Sobre todo en un contexto en el que los objetivos iniciales de la guerra no se alcanzaron. De hecho, se extendió más que el tiempo esperado y cualquier elemento o símbolo que apunte a reforzar su figura, va a ser bien utilizado, agregó.
En ese marco, el líder del Kremlin estará mañana nuevamente en Volgogrado para conmemorar el aniversario, en lo que es "una fecha sagrada para todo el país", de acuerdo a lo que confirmó ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Putin asistió en varias ocasiones a la localidad para recordar la fecha, pero a diferencia de años anteriores, en esta oportunidad no se espera la presencia de legisladores de Alemania, país aliado a Ucrania frente a la invasión rusa iniciada hace casi un año.
Si bien no se conoce oficialmente el contenido del discurso que dará mañana el mandatario, recientemente utilizó el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, conmemorado el 27 de enero pasado, para denunciar nuevamente los crímenes de los neonazis ucranianos.
Olvidar las lecciones de la historia conduce a la repetición de terribles tragedias. Prueba de ello son los crímenes contra civiles, la limpieza étnica y las represiones organizadas por los neonazis en Ucrania. Es este mal contra el que nuestros soldados luchan valientemente, hombro con hombro", señaló el presidente, según reprodujo la agencia de noticias Sputnik.
En este contexto de trazar un paralelismo entre la Gran Guerra Patriótica, como se conoce en Rusia al combate contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, y la invasión actual sobre Ucrania, es que volvió a tomar con fuerza la versión de que Volgogrado volvería a llamarse Stalingrado, nombre que perdió en 1961 durante la campaña de desestalinización que llevó adelante el entonces líder de la Unión Soviética, Nikita Kruschev.
Peskov aseguró que no hay discusiones para rebautizar la ciudad, aunque las autoridades locales reemplazaron esta semana las señales de ingreso con el viejo nombre para conmemorar la victoria de 1943.
Además, la localidad inauguró hoy un busto de Joseph Stalin, en un acto que contó con jóvenes vestidos con uniformes militares y dos veteranos soviéticos, que después fueron homenajeados con flores rojas, según la agencia de noticias Ria Novosti.
Otra figura relevante para el Kremlin, el líder del grupo paramilitar privado Wagner, Yevgeny Prigozhin, también reforzó días atrás el paralelismo al comparar el triunfo en la conquista de Soledar (ciudad de este de Ucrania) con la victoria en la Batalla de Stalingrado.
Por otra parte, de acuerdo al diario ruso Kommersant, la cúpula del partido oficialista Rusia Unida instó a sus legisladores en la Duma (Cámara baja) a comparar públicamente la ofensiva en el país vecino con la batalla emblemática para el Ejército Rojo.
Al igual que la batalla de Stalingrado hace 80 años, (la guerra en Ucrania) es la frontera ante la que no podemos retroceder, dicen las recomendaciones de la fuerza fundada por Putin.
Los acontecimientos actuales significarán lo mismo para Rusia que durante la Gran Guerra Patriótica: el enemigo correrá y nos lanzaremos hacia la victoria, añaden las directivas citadas por el medio.
Con información de Télam