En medio de una profunda crisis de liderazgo del oficialismo británico, la pelea por convertirse en el nuevo jefe de Gobierno parecía que había estallado en el país. Sin embargo, ante la falta de apoyos partidarios claves, el ex primer ministro Boris Johnson decidió este domingo bajarse del ring, lo que confirmó al hombre que fue acusado de traicionarle, Rishi Sunak, como el favorito para encabezar el próximo Gobierno.
Sunak, ex ministro de Finanzas del país, de 42 años, anunció este domingo que se presentará a la carrera para sustituir a Liz Truss y prometió afrontar la "profunda crisis económica" del país con "integridad, profesionalidad y responsabilidad". "Quiero arreglar nuestra economía, unir a nuestro partido y cumplir con nuestro país", agregó el hombre al que los partidarios de Johnson acusan de haber puesto fin a su mandato a los tres años.
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Sunak abandonó el gabinete en julio, desencadenando una rebelión ministerial sin precedentes contra Johnson.
Con este anuncio, el claro favorito del sector más conservador de los Conservadores le había declarado nuevamente la guerra a Johnson, quien regresó de unas vacaciones en el Caribe para intentar asegurarse el respaldo de 100 legisladores para entrar en la votación de este lunes.
Pero ante la falta de apoyos partidarios claves, Johnson decidió bajarse de la pelea por el Gobierno. "Tengo muchas posibilidades de ganar la elección de los miembros del Partido Conservador y podría de hecho volver a Downing Street (sede del Gobierno) el viernes. Pero a lo largo de estos últimos días llegué a la triste conclusión que esto simplemente no sería lo correcto. No se puede gobernar de manera efectiva si uno no tiene un partido unido en el parlamento", escribió el ex premier en un comunicado difundido este domingo.
En el texto, publicado por la BBC, aseguró que tenía los votos para ganar este mismo lunes la dirección del partido y, por ende, convertirse de nuevo en primer ministro, pero decidió no seguir por ese camino para no dividir aún más a su fuerza política.
Durante su anterior etapa en Downing Street, Boris contó con el apoyo de muchas de las diferentes facciones del partido, incluidas las de la derecha que encabezaron la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Esta vez, sin embargo, muchos de sus anteriores partidarios le han dicho que debería dar un paso al costado porque, destacaron, que el país necesita estabilidad después de que las caóticas seis semanas de Truss en el cargo desencadenaron una gran turbulencia en los mercados financieros, golpeando el valor de la libra esterlina.
Johnson también se enfrenta a una investigación en el Comité de Privilegios sobre si engañó al Parlamento sobre las fiestas en Downing Street durante los confinamientos por el Covid-19. Podría verse obligado a dimitir o ser suspendido de su cargo si es declarado culpable. "Este no es el momento para el estilo de Boris", dijo a Sky News Steve Baker, un influyente legislador de la derecha del partido. "Me temo que el problema es que, debido a la votación en Privilegios, Boris sería un desastre garantizado", agregó.
Reino Unido se ha visto abocado a una nueva batalla por el liderazgo después de que Truss se viera obligada a dimitir cuando sus políticas económicas radicales hicieron subir el costo de los préstamos y las tasas de interés de las hipotecas en un momento de aumento de las facturas de energía y alimentos. Sunak, Johnson y la ex ministra de Defensa Penny Mordaunt están en la carrera para convertirse en el quinto primer ministro del país en seis años.
Profundamente impopular
La perspectiva de que Johnson vuelva a ser primer ministro es un asunto que polarizaba a muchos en un Partido Conservador dividido, mientras que su popularidad entre los votantes también había caído antes de que se viera obligado a abandonar el cargo. Para algunos legisladores, es un imán para los votos, capaz de atraer a todo el país con su imagen de celebridad y su marca de optimismo energético. Para otros, es una figura tóxica que no lograría unir al partido y que podría socavar los esfuerzos por construir un liderazgo estable para calmar a los agitados mercados financieros.
Sunak llevaba ya de por si una gran ventaja en la carrera por conseguir el respaldo de los legisladores, ya que la BBC sitúa su apoyo en 133 declaraciones, y Johnson en 55, pese a lo que Boris afirmó en su comunicado.
De ser elegido, Sunak este lunes sería el primer premier de origen indio en Reino Unido. Su familia emigró a Gran Bretaña en los años 60, un periodo en el que muchas personas de las antiguas colonias británicas llegaron para ayudar a reconstruir el país tras la Segunda Guerra Mundial. Tras licenciarse en la Universidad de Oxford, estudió en la Universidad de Stanford, donde conoció a su esposa Akshata Murthy, cuyo padre es el multimillonario indio N. R. Narayana Murthy, fundador del gigante indio de la subcontratación Infosys Ltd.
Sunak llamó por primera vez la atención nacional cuando, a los 39 años, se convirtió en ministro de Economía bajo el mandato de Johnson justo cuando la pandemia de COVID-19 llegó a Reino Unido, desarrollando un plan de permisos para ayudar a millones de personas durante los múltiples cierres. "Serví como su ministro de Finanzas, ayudando a dirigir nuestra economía a través de los tiempos más difíciles", dijo Sunak en un comunicado el domingo. "Los retos a los que nos enfrentamos ahora son aún mayores. Pero las oportunidades -si hacemos la elección correcta- son fenomenales".
Según las reglas de la acelerada contienda, si un solo candidato consigue el respaldo de 100 legisladores conservadores de los más de 350 que hay en el Parlamento, será nombrado primer ministro este lunes. Si dos candidatos consiguen ese nivel de apoyo, pasarán a una votación entre los miembros del partido, y el ganador se anunciará el viernes.
Los partidarios de Johnson dicen que se ha asegurado el apoyo de más de 100 legisladores, pero que muchos se mantienen callados porque todavía tienen cargos en el gobierno.
Con información de Reuters