El primer ministro británico, Boris Johnson, luchará contra la "cultura subyacente" en la sede del gobierno de Downing Street, una costumbre no escrita que derivó en que se celebraran varias fiestas en pleno confinamiento, dijo hoy uno de sus ministros, en momentos en que el premier intenta recuperar su imagen, tras publicarse fotos suyas participando de esos encuentros festivos.
Acusado por la oposición de "violar la ley" por asistir a esas fiestas cuando estaba vigente el confinamiento por la pandemia de coronavirus, Johnson anunciará medidas que incluyen la prohibición del consumo de alcohol en las oficinas de Downing Street, así como el despido de varios de sus colaboradores, aseguró el diario The Sunday Times.
"Puedo asegurar que el primer ministro está muy arrepentido y lamenta profundamente lo sucedido", dijo a la BBC Oliver Dowden, ministro sin cartera de su gabinete y presidente del Partido Conservador, al ser preguntado por las fiestas.
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"Pero lo más importante es que está decidido a garantizar que esto no ocurra y que abordemos la cultura subyacente en Downing Street", añadió.
Una alta funcionaria, Sue Gray, está investigando una serie de episodios festivos revelados por los medios de comunicación, celebrados en su residencia de Downing Street, que es también su lugar de trabajo.
El miércoles, Johnson se disculpó ante los diputados en la Cámara de los Comunes, pero desde entonces siguieron apareciendo nuevas revelaciones.
La polémica se profundizó ayer, luego que el diario The Mirror revelara que, cada viernes, los empleados de Downing Street concluían su semana laboral con "los vinos del viernes", una "tradición" antigua que se mantuvo a pesar del confinamiento decretado por el coronavirus.
Según dicho periódico, el premier estaba al corriente de esos brindis: "Pensar que no lo sabía no tiene ningún sentido", dijo una fuente que optó mantener su anonimato.
Este domingo, The Daily Telegraph publicó en su portada una fotografía de la esposa de Johnson, Carrie Johnson, abrazándose con un amigo en una fiesta de septiembre de 2020, en aparente incumplimiento del distanciamiento social vigente en aquellos momentos.
La señora Johnson lamentó aquel episodio a través de un vocero.
Al disculparse, el miércoles ante el Parlamento, Johnson admitió su asistencia a una de esas fiestas, realizada en mayo de 2020, aunque entonces creía que se trataba de una reunión de trabajo.
Mientras la indignación crece con las nuevas revelaciones, Johnson desplegó una contraofensiva a través de las redes que se basa en el involucramiento de sus partidarios, a quienes el primer ministro instó a elogiar lo que considera logros de su Gobierno, como el cumplimiento del Brexit.
Según dos encuestas de opinión publicadas esta semana, los laboristas tienen una ventaja de diez puntos de intención de voto frente los conservadores.
De acuerdo a un sondeo de Opinium para el diario The Observer publicado hoy, el 46% de los electores proBrexit que votaron por el Partido Conservador en 2019 piensa que Johnson debe renunciar, en tanto el 39% quiere que se mantenga en el cargo.
Con información de Télam