Con un video, Pedro Sánchez anunció que se queda al frente de la presidencia del gobierno de España. La posibilidad de su renuncia había sido comunicada por el propio Sánchez que puesto en duda su continuidad con una carta a la ciudadanía luego de que ultraderechistas denunciaran a su esposa, Begoña Gómez, de tráfico de influencias.
"He decidido seguir, con más fuerza si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Asumo mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y serenidad, por la regeneración de nuestra democracia y por el avance en derechos y libertades. Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte. Os lo garantizo", sostuvo.
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Sánchez, que está en el poder desde 2018, había conmocionado al país la semana pasada cuando anunció en una carta pública en la red social X que se tomaba un tiempo para reflexionar sobre si merecía la pena seguir como presidente del Gobierno.
Fue tras conocerse la noticia de que un tribunal había abierto una investigación sobre las acusaciones de tráfico de influencias y corrupción de su esposa, Begoña Gómez.Otro tribunal está estudiando un recurso de la fiscalía de Madrid para desestimar el caso por falta de pruebas.
Sánchez insistió en la inocencia de su esposa y acusó a los líderes de la oposición Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular (PP), y Santiago Abascal, del partido de extrema derecha Vox, de colaborar con quienes hacen circular las acusaciones contra su esposa.
El mandatario español le informó al rey Felipe VI de su decisión y su intención de continuar pone punto final a una semana en la que la política española se vio sumida en una mayor confusión ante la perspectiva de enfrentarse a otra votación parlamentaria fragmentada para elegir a un nuevo presidente del Gobierno o incluso a unas cuartas elecciones generales en cinco años.
"Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios", expresaba Sánchez en las primeras líneas de la carta de cuatro páginas donde anunciaba, ante esa coyuntura, que necesita "parar y reflexionar".