El nuevo ministro israelí de Seguridad, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, se presentó este martes en la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado y escenario de fuertes tensiones entre palestinos e israelíes, y lo hizo a pesar de las advertencias palestinas sobre las "graves consecuencias" que podría desencadenar ese movimiento. La avanzada del flamante ministro parece una copia de lo que hizo en el año 2000 el entonces jefe de la oposición Ariel Sharon y que terminó por desatar la Segunda Intifada.
A penas horas después de la visita, Israel denunció el lanzamiento de un cohete desde Gaza hacia el sur de su país. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que no se activó "ninguna alarma" por el incidente, ya que aparentemente no habría causado heridos ni daños.
La Explanada de las Mezquitas es sagrada tanto para musulmanes -alberga la importante mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca, donde Mahoma ascendió al cielo-; como para judíos, que lo llaman Monte del Templo, y se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el sector palestino ocupado y anexionado por Israel. De acuerdo al statu quo vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó tras la guerra de los Seis Días la parte este de Jerusalén - el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo reservado solo a algunos rabinos.
El rezo judío se practica en el Muro de los Lamentos -ubicado en uno de los laterales de la explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso -en el que se enmarca Ben Gvir- buscan modificar esa recomendación y abogan por el rezo en el Monte del Templo, lo que los palestinos consideran una "provocación".
"El Monte del Templo es el sitio más importante para el pueblo de Israel, y mantenemos nuestra libertad de movimiento allí", dijo Ben Gvir, durante su visita. El funcionario, un abogado que vive en una de las colonias más radicales de la Cisjordania ocupada, estuvo allí varias veces como diputado y había anunciado su intención de volver como ministro, lo que el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, calificó de "preludio de una escalada en la región".
Ben Gvir el es titular del partido de ultraderecha Otzma Yehudi (Poder Judío). El ahora ministro de Seguridad tiene causas penales por racismo y colgó en su casa un retrato de un extremista israelí que mató a 29 palestinos en 1994- pidió volver a "los asesinatos selectivos" para combatir el terrorismo luego del atentado en Jerusalén.
"El gobierno israelí, del que soy miembro, no cederá ante una organización vil y asesina", declaró tras su visita. Ben Gvir forma parte del gobierno de Netanyahu que asumió en los últimos días del 2022 y selló la alianza más religiosa y ultranacionalista de la historia de Israel. Hoy, horas más tarde, el primer ministro defendió la visita de su funcionario y dijo que no representa un cambio en el statu quo del sitio. "Netanyahu se compromete a mantener rigurosamente statu quo, sin cambios, en el Monte del Templo", señaló un comunicado de la oficina del mandatario.
Para Palestina es "una línea roja"
Por el contrario, desde el liderazgo palestino que comparten la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y Hamas en Gaza advirtieron de que la decisión de Ben Gvir, es una "línea roja" que tendrá "graves consecuencias". El portavoz de Hamas, Hazem Qasam, dijo: "El crimen del asalto de la mezquita de Al-Aqsa por parte del ministro sionista fascista es una continuación de la agresión de la ocupación sionista contra nuestras santidades y su guerra contra su identidad árabe".
"Nuestro pueblo palestino continuará defendiendo sus santidades y luchará para purificarlos de la inmundicia de la ocupación. Esta batalla no se detendrá excepto con la victoria final de nuestro pueblo y la expulsión del ocupante de toda nuestra tierra", indicó el vocero del movimiento, que lleva dos días amenazando con repercusiones si Ben Gvir llevaba adelante sus planes de visitar el recinto. En sintonía, el portavoz del presidente palestino, Mahmud Abbas, calificó la visita como un "desafío para el pueblo palestino, la nación árabe y la comunidad internacional", que cruza una "línea roja" y que solo conducirá a "más tensión, violencia y a una situación explosiva".
Otras reacciones internacionales
El Ministerio de Relaciones Exteriores jordano denunció una "provocación" que puede ser el presagio de una "escalada" y convocó al embajador israelí en Amán. Los Emiratos Árabes Unidos llamaron a "poner fin a las violaciones graves y provocadoras" del lugar. Arabia Saudita, Marruecos, la Liga Árabe y la Organización de la Cooperación Islámica también condenaron la visita.
Un portavoz de la cancillería de Irán, archienemigo de Israel, dijo que se trataba de "una vulneración de las normas internacionales y un insulto a los valores musulmanes en el mundo". Por su parte, el embajador estadounidense en Israel, Tom Nides, afirmó que su gobierno "expresó claramente a Israel que se opone a cualquier medida que pueda socavar el statu quo en los lugares santos", según un portavoz de la Oficina de Asuntos Palestinos de Estados Unidos.
En tanto, el jefe de la oposición israelí, Yair Lapid, criticó el desplazamiento: "Esto es lo que pasa cuando un primer ministro débil está obligado a darle responsabilidades a la persona más irresponsable de Oriente Medio en el lugar más explosivo de Oriente Medio", dijo.
La Segunda Intifada
En 2000, la visita de Ariel Sharon, entonces jefe de la oposición derechista israelí, a este lugar sagrado fue percibida como una provocación por los palestinos. Al día siguiente, sangrientos enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes marcaron el comienzo de la segunda Intifada (levantamiento palestino, 2000-2005).
En mayo de 2021, tras la violencia en la Explanada y en otros lugares de Jerusalén Este, Hamas disparó cohetes contra Israel, lo que provocó una guerra de 11 días. La visita de Ben Gvir se produce en momentos de creciente tensión y el mismo día que fuerzas de seguridad de Israel mataron a un adolescente palestino en una operación en la zona de Belén, en la Cisjordania ocupada, según informó el Ministerio de Salud palestino.
Con información de Télam