Unos 500 soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzaron a llegar hoy a Kosovo, como refuerzo al destacamento de la alianza militar después de choques con manifestantes serbios, anunció la institución en un comunicado.
Ante incidentes que dejaron unos 30 cascos azules heridos, la OTAN anunció el envío de un refuerzo de 700 soldados para su destacamento, la Fuerza de Kosovo, conocida por sus iniciales KFOR.
Alrededor de 500 soldados turcos constituyen la primer parte de esos refuerzos y estarán "desplegados en Kosovo durante el tiempo que sea necesario", señaló la OTAN, informó la agencia de noticias AFP.
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La alianza militar también anunció un batallón extra de fuerzas de reserva para que esté listo para reforzar la misión de mantenimiento de la paz de la KFOR, si se torna necesario.
Kosovo es un territorio de 1,8 millones de habitantes ubicado al sur de Serbia y poblado principalmente de personas de etnia albanesa, así como por una numerosa minoría de serbios.
Fue provincia de Serbia hasta que en 2008 declaró su independencia de modo unilateral.
Serbia no reconoció la independencia, y las tensiones afloran de manera periódica.
Las últimas fueron provocadas en abril por la elección de alcaldes albaneses en cuatro localidades del norte de Kosovo de mayoría serbia, luego de que los serbios boicotearan los comicios de abril.
Desde el lunes de la semana pasada, manifestantes serbios protestan frente a la municipalidades de esas cuatro localidades exigiendo la renuncia de los alcaldes por considerarlo ilegítimos.
Al intervenir para contener las protestas, 30 cascos azules resultaron heridos en enfrentamientos con manifestantes que arrojaban piedras, botellas y cócteles molotov, el lunes pasado en la localidad de Zvecan. También se contabilizaron unos cincuenta manifestantes serbios heridos.
Los serbios exigen ahora la retirada de las fuerzas policiales especiales de Kosovo, así como de los alcaldes de etnia albanesa, que no consideran sus verdaderos representantes.
Las autoridades de Kosovo y Serbia recibieron fuerte presión internacional para reducir las tensiones y evitar una escalada.
Estados Unidos y la mayoría de los países de la UE, incluyendo a Francia y Alemania, reconocen a Kosovo como un país, pero este vez París y Washington responsabilizaron más bien a las autoridades kosovares.
La semana pasda, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó a los líderes de Serbia y Kosovo a rebajar las tensiones, y les advirtió que estaban poniendo en peligro las aspiraciones de integración europea.
España es uno de los cinco países de la UE que no reconoce la independencia de Kosovo.
Las tensiones en Kosovo también tiene un componente religioso.
La mayoría de los kosovares son musulmanes, mientras que el grueso de los serbios son cristianos ortodoxos, como los rusos.
En 1998, rebeldes de etnia albanesa lanzaron una rebelión para librar al país del dominio serbio.
La represión de Belgrado provocó una intervención de la OTAN en 1999, que obligó a Serbia a retirarse y ceder el control a fuerzas de paz internacionales.
La independencia de Kosovo ha sido reconocida por unos 100 de los más de 190 países.
Para Rusia y China, así como para Argentina, Brasil y casi todos los países sudamericanos, Kosovo es parte de Serbia.
Rusia pidió la semana pasada "respetar los derechos de los serbios de Kosovo".
Con información de Télam