"Dos Estados": el retorno de EEUU a su antigua política en Medio Oriente

05 de febrero, 2022 | 11.24

(Por Alberto Galeano).- El respaldo de Estados Unidos a la solución de los "dos Estados", reiterado esta semana por el secretario de Estado, Antony Blinken, representa el regreso de la Casa Blanca a su tradicional política en Medio Oriente, dejada de lado por el expresidente Donald Trump.

Sin embargo, el primer ministro de derecha israelí, Naftali Bennett, se opone firmemente a esta fórmula diplomática, avalada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esta semana, siguiendo la vieja línea de los demócratas, Blinken convocó el lunes a poner en marcha la iniciativa de los "dos Estados", durante una conversación telefónica que mantuvo con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas.

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Blinken exhortó a mejorar la vida de los palestinos de manera tangible, mientras que Abbas reiteró la necesidad de detener los asentamientos y el "terror de los colonos" en los territorios ocupados.

El 21 de mayo de 2021, tres meses después de que Joe Biden iniciara la presidencia de Estados Unidos, Blinken viajó por primera vez a Medio Oriente, días después de que se alcanzara un alto el fuego negociado con Egipto para terminar con los bombardeos israelíes de la Franja de Gaza, y el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas hacia Israel.

El secretario de Estado norteamericano se reunió con el ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y luego viajó a la ciudad de Ramallah, en la ocupada Cisjordania, para reunirse con Abbas.

Un día después de esta visita, Biden expresó su apoyo a la solución "de dos Estados", pero advirtió que no habrá paz en Medio Oriente hasta que se reconozca el derecho de Israel a vivir como un Estado independiente.

Desde entonces, el clima en la región no ha variado mucho, y los viejos problemas resurgen a diario entre israelíes y palestinos.

El miércoles, la organización Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, acusó a Israel de llevar a cabo una política de "apartheid" contra los palestinos, en un informe que fue alabado por la ANP, pero tachado de "falso" por Gobierno israelí.

Este calificativo, utilizado en Sudáfrica para describir la discriminación racial, ya había sido usado por Human Right Watch (HRW), con sede en Washington, y otras ONGs palestinas e israelíes el año pasado para referirse a los descendientes de los palestinos que continuaron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948.

En su informe, de 211 páginas, AI menciona que la "incautación israelí de tierras y propiedades palestinas, asesinatos, torturas, traslado forzoso de personas y negación de la ciudadanía, son algunos de los martirios a los que las autoridades de Israel someten a millones de palestinos".

Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid, rechazó el informe de AI y señaló que la ONG recoge "las mentiras propagadas por las organizaciones terroristas".

Para Mario Sznadjer, profesor emérito en Ciencias políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la declaración de Blinken "señala el retorno de Estados Unidos a sus cauces tradicionales".

Pero el académico explicó a Télam que "aunque Estados Unidos declare que su política actual es favorable al establecimiento de un Estado palestino a la par de Israel, en este período, tanto la parte palestina -que recibirá esta declaración como muy positiva- como la israelí, son incapaces de tomar este camino y, más incapaces aún, de implementarlo".

Sznadjer opinó que "nadie sabe a ciencia cierta quién representa realmente a los palestinos, debido a la confrontación que existe entre Hamas, que controla Gaza, y la ANP en Cisjordania".

"En Israel, por otra parte, la frágil coalición de Gobierno que contiene diversos partidos con posiciones ideológicas muy diferentes frente al problema palestino, hace imposible una respuesta unificada y políticas efectivas al respecto", señaló.

El analista comentó además que "Bennett ha pospuesto la solución del problema palestino para un futuro en el que la posible coalición de Gobierno israelí sea más homogénea desde el punto de vista ideológico".

El 15 de septiembre de 2020 se firmaron los Acuerdos de Abraham que restablecieron las relaciones diplomáticas de Israel con Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU), en un principio, y después se extendieron a Marruecos y a Sudán.

En diciembre de 2017, el expresidente Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y ordenó el traslado de la embajada de EEUU desde Tel Aviv a dicha ciudad, quebrando así la aparente neutralidad de Washington.

Según opinan algunos analistas, los convenios de Abraham están destinados a conformar un frente liderado por Israel contra Irán, una de las principales potencias regionales junto a Arabia Saudita.

"Quizá lo más extraordinario es que todo está sucediendo sin que Estados Unidos juegue su tradicional liderazgo en la región", opinó Lucke Coffey, director del Centro Douglas y Sara Allison de política exterior de la Fundación Heritage, citado por el sitio Arab News.

El analista señaló que ante la ausencia de la influencia estadounidense, "los países regionales han comprendido que están solos para hacer frente a sus desafíos y amenazas".

Con información de Télam