(Agrega declaraciones del periodista)
El periodista estadounidense Danny Fenster, detenido en Myanmar desde mayo, fue indultado, liberado y expulsado del país hoy, en vísperas de un juicio en el que arriesgaba una condena de cadena perpetua, lo que fue festejado por Estados Unidos.
Fenster fue indultado antes de su liberación por "razones humanitarias", luego de negociaciones con el exdiplomático estadounidense Bill Richardson y dos enviados japoneses, señaló la junta militar del país asiático en un comunicado.
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Su liberación se logró mediante "negociaciones cara a cara" entre el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, y Richardson, indicó la oficina de este último en un comunicado.
Ambos viajan hacia Estados Unidos "vía Qatar, durante día y medio", agregó.
"Fui detenido y mantenido en cautiverio sin ninguna razón, pero físicamente estaba sano. No sufrí hambre ni golpes", detalló Fenster a la prensa tras llegar a Doha, capital de Qatar.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado estadounidense saludaron su liberación, informó la agencia de noticias AFP.
Fenster, de 37 años, fue el primer periodista occidental detenido en muchos años en Myanmar, donde los militares tomaron el poder en febrero derrocando al gobierno civil dirigido por la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
El reportero del medio Frontier Myanmar había sido condenado el viernes pasado a 11 años de detención por incitación a la disidencia, asociación ilegal y vulneración de la ley sobre los visados.
Mañana debía comparecer ante un tribunal por cargos de "terrorismo y sedición", que podían acarrearle prisión perpetua.
Fenster trabajaba para Frontier Myanmar desde mediados de 2020 y cubrió el golpe militar y la posterior represión contra la disidencia.
En el momento de su arresto, en el aeropuerto internacional de Rangún el 24 de mayo, se disponía a tomar un avión para partir del país.
Encarcelado 176 días, contrajo coronavirus durante su detención, señalaron miembros de su familia en una conferencia telefónica con periodistas estadounidenses, en agosto pasado.
Myanmar se hundió en el caos el 1 de febrero, con un golpe de Estado que puso fin a un paréntesis democrático de una década.
El régimen impuso una sangrienta represión a sus opositores, con un saldo de más de 1.200 civiles muertos y no menos de 7.000 detenidos, de acuerdo a la Asociación de Asistencia a Prisioneros Políticos (AAPP), ONG local que ha denunciado casos de torturas, violación y ejecuciones extrajudiciales.
La prensa se encuentra amordazada por la junta, que limita el acceso a Internet y canceló las licencias brindadas a los medios de comunicación.
Más de 100 periodistas fueron arrestados desde que ocurrió el golpe de Estado, según Reporting Asean, asociación de defensa de la libertad de prensa, que denunció que 31 de ellos siguen detenidos.
Por su parte, Suu Kyi, de 76 años, es actualmente enjuiciada por varios cargos que pueden significarle décadas de prisión.
Con información de Télam