La reina Isabel II falleció a los 96 años al cabo de 69 años de estar al frente de la monarquía británica. Previo a ello, el mundo estuvo seis horas en vilo: desde el Buckingham Palace habían informado que los médicos estaban “preocupados” por la salud de “Su Majestad”, por lo que habían recomendado que permaneciera bajo supervisión médica. Pasadas las 14hs (Argentina), los canales de televisión locales transmitieron la imagen de la bandera británica a media asta, tal lo estipulado en los protocolos previstos en caso de que la reina falleciera. Ahora, tras su muerte numerosos emblemas deberán ser cambiados por la cara de su hijo mayor, que la precederá en el trono, el ya nombrado Carlos III.
Inmediatamente cuando se conoció la noticia, cientos de personas se reunieron en la puerta del Buckingham Palace, en Londres. Según el protocolo filtrado, en 2017, por The Guardian, la señal para dar cuenta de la muerte de Isabel II era “el puente de Londres ha caído”. Al cabo de esa frase, cientos de instrucciones se pondrían en funcionamiento para la familia real como para los medios de comunicación hasta finalizar en los funerales.
Dentro de ello, también, está estipulado qué pasará con las monedas y hasta con el himno que tienen el nombre o mencionan a la reina. Según informó el medio local Skynews el costo para cambiar todo está estimado en unas 6 mil millones de libras esterlinas y puede que se demore mucho más que años, sino décadas o hasta puede ser que jamás se finalice ese tránsito.
El monograma real es único y consiste en el nombre y en el título del o la monarca, para Isabel II era Elizabeth Regine (ER); que ahora deberá ser cambiado por Charles Rex (CR). Generalmente se puede encontrar en edificios, uniformes, documentos oficiales y demás elementos que tengan que ver con la Casa Real.
Hay, por ejemplo, más de cien mil buzones de correo reales marcados con la sigla en cuestión y millares de estampitas que recorren todo el reino.
En el mismo sentido, deberá decidirse el nombre que toma la residencia real (Clarence House) en Londres. En este momento es: príncipe de Gales y la Duquesa de Cornwall y la posibilidad es que sea rey Carlos, pero Carlos I fue juzgado y ejecutado por traición y Carlos II no se ganó una buena reputación por su vida romántica, por lo que podría ser que Carlos quiera distanciarse de esas asociaciones. “Sus otras opciones son sus segundos nombres, Philip, Arthur y George”, escribieron en Skynews.
Las libras esterlinas
En el protocolo viralizado a través de las redes sostiene que al cabo de los funerales la cara de la reina desaparecerá poco a poco de los billetes y de las monedas. Se emitirán billetes nuevos y los viejos deberán ser recopilados.
Un detalle: Según Royal.uk, el sitio web oficial de la Casa Real, desde la época de Carlos III en adelante, se desarrolló una tradición de representar a los monarcas en la moneda mirando en la dirección opuesta a su predecesor inmediato.
Himno nacional
El verso ¡Dios salva a la reina! Dejará de ser entonado en la letra del himno nacional para cantar: ¡Dios salve al rey!
La versión original de la canción, 'God Save The King' fue interpretada públicamente por primera vez en Londres en 1745, como acto celebratorio cuando ese mismo año Charles Edward Stuart, pretendiendo al trono, derrotó al ejército del rey Jorge II en Prestonpans, cerca de Edimburgo. Sin embargo, recién a principios del siglo XIX llegó a ser conocida como el Himno Nacional. La última vez que fue entonado fue durante el reinado de Jorge VI, padre de Isabel II.
Así quedará:
God save our gracious King!
Long live our noble King!
God save the King!
Send him victorious,
Happy and glorious,
Long to reign over us,
God save the King.