La Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur se realiza este lunes en Paraguay sin la participación de uno de sus integrantes y miembros fundadores: Argentina. El trasfondo de este encuentro es de amplias diferencias y tensiones entre los socios mayoritarios del bloque -Brasil y Argentina-, un debate cada vez más caliente por mayor apertura y flexibilización limpulsado por Uruguay y la incorporación de Bolivia como nuevo Estado miembro. Los acuerdos extrarregionales, la puerta abierta a China y la ausencia con aviso de Javier Milei quien eligió, en cambio, realizar una visita no oficial a Brasil el fin de semana para abrazarse con el ex mandatario Jair Bolsonaro y participar de una reunión de la ultraderecha regional.
La agenda
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Con esta nueva Cumbre en Asunción se da por cerrado el ciclo de la presidencia pro-témpore –que es rotativa- de Paraguay y la coordinación política del bloque pasará a manos de Uruguay. Según se pautó en las reuniones preparatorias, los temas a debatir girarán en torno a 14 puntos que van desde educación, salud, justicia a la creación de dos comités (uno para discutir medidas que afectan al comercio intrarregional y perfeccionar cuestiones que tienen que ver con cuestiones sanitarias y protocolares y, el otro es un comité integrado en la frontera). Además, se contempla la firma de un memorándum de entendimiento sobre la gestión de desastres naturales y una declaración sobre combate al crimen organizado.
Hidrógeno verde, una instancia que trate los derechos de propiedad intelectual y el impulso efectivo de las mujeres en el comercio, son otros de los temas que también aparecen en la agenda, junto con las avanzadas conversaciones para sellar un acuerdo de libre comercio entre el bloque –que representa la quinta economía del mundo- con los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Todo ello se dará con un nuevo miembro con voz y voto: Bolivia, que se suma a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
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Bolivia nuevo Estado miembro
El presidente de Bolivia, Luis Arce, promulgó la ley que determina el ingreso de su país al bloque este viernes y cerró así el proceso de adhesión que comenzó en 2015. Este fue uno de los pocos puntos en los que el oficialismo -que mantiene una fuerte disputa interna- se puso de acuerdo para avanzar en el Congreso. El primer desafío del país que fue Estado asociado desde 1998 para los próximos cuatro años es implementar los compromisos normativos y comerciales que exige el bloque, como el Arancel Externo Común, un condicionante indispensable en la profundización del proceso de integración. Ese punto, por ejemplo, frenó el ingreso de Venezuela, que ahora está suspendida.
Como sostuvo en entrevista con El Destape el vicecanciller, Benjamín Blanco, Bolivia se presenta ante el Mercosur como una “bisagra” y una “puerta de acceso” del Mercosur para la Comunidad Andina (CAN), otro mecanismo económico regional conformado por los países del lado de la Cordillera.
“En este momento de la historia de la región, le sirve a Bolivia formar parte del Mercosur, por el poder simbólico que significa ser parte de uno de los bloques económicos más pujantes e importantes del mundo”, sostuvo ante este medio la analista internacional de FLACSO, Agustina Garino.
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A su entender, los beneficios en términos económicos para el propio país puede que demoren algo más de lo que se espera, sin embargo, apuntó que se trata de tender puentes y un paso al frente para la atracción de inversiones del mismo bloque o de organismos internacionales por formar parte del Mercosur que podrían permitirle “seguir el camino de la industrialización”. Tal es el caso del litio, el mineral estrella sobre cuyos yacimientos está sentado el territorio boliviano, pero que por su difícil extracción su producción está parada.
En años que se avizoran “complejos”, dijo Garino, también, será clave para Brasil “tener a un compañero leal, que haga de balance”.
La tensión Brasil-Argentina
Las diferencias entre los mandatarios de Brasil y Argentina parecieran hacerse cada vez más profundas. Luego de seis meses de tensa calma, comenzaron los cortocircuitos cuando Milei insistió en sus agravios e insultos contra su par Luiz Inácio Lula da Silva, que dijo que no hablaba ni había tenido reunión alguna con él todavía porque lo había ofendido a él como al pueblo brasileño, por lo que esperaba una disculpa.
Como si los insultos no bastaran, unos días antes de la cumbre, Milei anunció su ausencia. En cambio, el sábado se junto con Bolsonaro a ver el partido de Brasil y el domingo participó de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), en Santa Catarina, sur de Brasil. Durante el fin de semana, estuvo arropado por el enemigo político de Lula: Bolsonaro, su familia y el resto del clan de la ultraderecha regional. “Políticamente es lamentable que no esté presente, pero es una decisión soberana”, dijo en conferencia de prensa la secretaria para América Latina y el Caribe de Brasil, Gisela Padovan, ante las preguntas insistentes de los periodistas y más allá de que la línea del Ejecutivo brasileño es no responder a las provocaciones.
A continuación, aseguró que “la sustancia de la Cumbre no se verá afectada”.
“Si bien el intergubernamentalismo y el hiperpresidencialismo explican la diplomacia de cumbres en Mercosur, hay que entender que el bloque es algo más que presidentes”, coincidió ante El Destape el docente e investigador uruguayo del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República de Uruguay, Damián Rodríguez. Y aclaró: “Hay un sinfín de reuniones técnicas y políticas donde se abordan una amplia gama de temas y agendas”.
El punto para Rodríguez es, en todo caso, es el hecho de que esto “afecta a la capacidad de incidencia argentina en la política del bloque”, al mismo tiempo que lleva adelante un fuerte cambio de modelo político y económico con miras hacia Estados Unidos e Israel, más allá de que el comercio exterior con el bloque y, sobre todo con Brasil, “tiene un peso importante en la economía del país”.
Uruguay: el pedido de flexibilización y las negociaciones con China
Sin Milei, el saliente presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, pierde un aliado en la puja por la “apertura y flexibilización” de las condiciones que establece el Tratado de Asunción, que no permite celebrar en soledad acuerdos de libre comercio. “El triunfo de Milei significó una ventana de oportunidad para Lacalle Pou de generar un contrapeso e imponer nuevamente esta demanda, pero la ausencia del presidente argentino, el ingreso pleno de Bolivia y un Brasil que impulsa un acercamiento en bloque con China obnubila toda fuerza disruptiva”, sostuvo Rodríguez.
Hace seis meses, Uruguay llegó al encuentro presidencial en rebeldía, luego de avanzar en soledad en su negociación con el gigante asiático. En medio del pataleo, el acuerdo quedó en stand by a pedido de Lula que propuso, primero, cerrar el demoradísimo acuerdo con la Unión Europea.
Los enormes esfuerzos de la diplomacia brasileña no fueron suficientes como para amainar las exigencias europeas, que Brasil consideraba un peligro para su ambición de industrialización y extremadamente altas en los términos de restricciones ambientales. Ante ese escenario, pareciera abrirse la puerta para China: "No habría ningún problema en abrir conversaciones si vamos todos juntos", dijo Padován, la diplomática brasileña ante la consulta de empezar las negociaciones con la potencia mundial. Así, se vislumbra un clima de mayores discrepancias en el Mercosur con un Milei que pareciera elegir los vínculos diplomáticos en función de la afinidad ideológica y que, sin dudas, elige a Estados Unidos por sobre China, en el marco de la disputa global que existe entre las potencias.
Sin embargo, ante el posible cambio de signo político en la administración de Uruguay, pareciera ser que el camino será el “cambio en la correlación de fuerzas en el bloque, favorable a Brasil y desfavorable para Argentina”, afirmó Rodríguez. En su país, la coalición de partidos de izquierda y centro izquierda del Frente Amplio tiene fuertes posibilidades de ganar para regresar al poder.
La agenda extra-regional
En diciembre del año pasado el Mercosur firmó su primer tratado de libre comercio con un país del sudeste asiático y el primero extra-regional en 12 años. Mientras se trabaja sobre UE y se reabrieron las negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio, esta semana el bloque finalizó con “avances significativos” la primera ronda para un acuerdo con EAU, para la expansión del comercio.
Según informaron las autoridades paraguayas, en 2023, el volumen total de comercio con ese país reportó una balanza comercial positiva para el Mercosur: las exportaciones fueron por 3.500 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron 1.600 millones.