El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sostuvo conversaciones urgentes con líderes locales y socios internacionales el sábado mientras los rebeldes talibanes se acercaban a Kabul, capturando una ciudad al sur de la capital que es una de sus puertas de entrada.
Estados Unidos y Reino Unido se apresuraron a enviar tropas para ayudar a evacuar sus embajadas después de que los militantes capturaron una ciudad tras otra en medio de la retirada de las fuerzas estadounidenses y extranjeras que respaldaban al gobierno.
Muchos afganos han huido de las provincias a la capital, expulsados por los combates y temerosos de volver a un régimen islamista de línea dura, a medida que se desmorona la resistencia de las fuerzas del gobierno afgano.
"Como su presidente, mi enfoque es prevenir una mayor inestabilidad, violencia y desplazamiento de mi pueblo", dijo Ghani en un breve discurso televisado, y agregó que está consultando con el gobierno, los ancianos, los políticos y los líderes internacionales.
No dio señales de responder a la demanda de los talibanes de que renuncie como condición para hablar sobre un alto el fuego y un acuerdo político, asegurando que su prioridad sigue siendo la consolidación de las fuerzas de seguridad y defensa del país.
"Se están tomando medidas serias al respecto", dijo, sin dar más detalles.
Qatar, que está albergando negociaciones de paz inconclusas entre el gobierno afgano y los talibanes, dijo el sábado que instó a los insurgentes a un alto el fuego durante una reunión con sus representantes el sábado.
Con anterioridad, los talibanes enfrentaron poca resistencia para tomar Pul-e-Alam, capital de la provincia de Logar y 70 kilómetros al sur de Kabul, según un miembro del consejo provincial local, que habló con Reuters bajo condición de anonimato.
La localidad puede servir como plataforma para un posible asalto a Kabul. Su caída se produjo un día después de que los insurgentes tomaran la segunda y tercera ciudades más grandes del país. Asimismo, afirman que están cerca de capturar Maidan Shahr, otra ciudad próxima a la capital.
Un funcionario del gobierno afgano confirmó el viernes que Kandahar, la ciudad más grande del sur, está bajo el control talibán ahora que las fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos completan su retirada tras 20 años de guerra.
La invasión liderada por Estados Unidos, que expulsó a los talibanes del poder, se lanzó después de los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos en 2001.
La ciudad occidental de Herat, cerca de la frontera con Irán, también cayó en manos del grupo.
La pérdida de Kandahar fue un duro golpe para el gobierno. Es el corazón de los talibanes, combatientes de etnia pastún que surgieron en 1994 en medio del caos de la guerra civil. También está cerca de la ciudad de Spin Boldak, uno de los dos principales puntos de entrada a Pakistán y una importante fuente de ingresos fiscales.
Evacuaciones de embajadas
Tropas estadounidenses comenzaron a volar a Kabul para ayudar en la evacuación del personal de la embajada y otros civiles, dijo un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
El Pentágono ha dicho que dos batallones de infantes de Marina y un batallón de Infantería llegarán a Kabul el domingo por la noche, con unos 3.000 soldados. Un equipo de combate de la brigada de infantería se trasladará a Kuwait para actuar como una fuerza de reacción rápida para la seguridad en Kabul si es necesario.
La República Checa dijo que estaba evacuando a sus dos diplomáticos el sábado e Italia dijo que evacuará su legación si es necesario. Algunas embajadas han comenzado a quemar material sensible antes de la evacuación, dijeron diplomáticos.
Mucha gente en la capital se estaba abasteciendo de arroz y otros alimentos, así como de insumos de primeros auxilios, dijeron residentes.
Las solicitudes de visa en las embajadas ascendían a decenas de miles, dijeron las autoridades, y Washington estaba pidiendo a los países que alberguen de manera temporal a los afganos que trabajaban para el gobierno estadounidense.
Un funcionario de Defensa de Estados Unidos dijo antes de la caída de Pul-e-Alam que existía la preocupación de que los talibanes pudieran avanzar sobre Kabul en unos días.
"Kabul no se encuentra en este momento en un entorno de amenaza inminente, pero claramente (...) si se mira lo que han estado haciendo los talibanes, se puede ver que están tratando de aislar a Kabul", dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Los combates generaron temores de una crisis de refugiados y un retroceso de los avances en derechos humanos, sobre todo para las mujeres. Unos 400.000 civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares este año, 250.000 de ellos desde mayo, dijo un funcionario de la ONU.
Canadá dijo que reasentará a más de 20.000 afganos vulnerables, incluidas mujeres líderes, trabajadoras de derechos humanos y periodistas, para protegerlas de las represalias de los talibanes.
Con información de Reuters