Un fiscal libanés ordenó hoy la incautación de un buque con bandera siria, que atracó en un puerto del norte del país con una carga de cereales ucranianos presuntamente robados, según la embajada de Ucrania en Beirut.
Las autoridades ucranianas acusan de manera regular a Rusia de robar sus cosechas en las zonas ocupadas para consumo interno o para venderlas en el extranjero de forma ilegal.
El fiscal libanés Ghassan Oueidat pidió a la policía que investigue el caso del barco "Laodicea", anclado en el puerto de Trípoli, al norte de Beirut, informó un responsable de la justicia citado por la agencia de noticias AFP.
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Oueidat ordenó "incautar el buque hasta el final de la investigación", prosiguió esta fuente, que prefirió no revelar su identidad.
Las exportaciones de cereales ucranianos están cerca de reanudarse tras la firma de un acuerdo entre Rusia y Ucrania con la mediación de Turquía y la ONU.
Los cereales ucranianos serán sacados por el mar Negro hacia el Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo, en la ciudad turca de Estambul, donde personal de la ONU y funcionarios turcos, rusos y ucranianos se encargan de coordinar las exportaciones antes de su salida a los mercados mundiales.
Los barcos son inspeccionados para garantizar que lleven cereales y fertilizantes y no armas.
El acuerdo permitirá exportar 22 millones de toneladas de granos y otros productos agrícolas bloqueados en puertos ucranianos del mar Negro por la invasión rusa iniciada el pasado 24 de febrero.
El jueves, el embajador de Ucrania en Líbano, Ihor Ostash, reveló que en una charla con el presidente libanés, Michel Aoun, le mencionó que había ingresado al país "un buque sirio cargado de trigo ilegalmente, proveniente de territorios ucranianos ocupados".
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores libanés, informó ayer en su cuenta de Twitter que había recibido "una serie de protestas y advertencias de varios países occidentales tras la llegada de un buque con bandera siria que transportaba harina y trigo".
Sin embargo, un responsable de aduanas declaró ayer que, tras la verificación, "los papeles de las mercancías estaban en regla y que no había ninguna prueba de que hubieran llegado robadas al Líbano".
Según las primeras informaciones, el director de la empresa es turco, mientras que la mercancía pertenece a un comerciante sirio, indicó el representante judicial, precisando que una parte de la carga debía ser dejada en Líbano y el resto en Siria.
Con información de Télam