El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra al mando de una de las máximas potencias del mundo y comienza a diferenciarse de su antecesor, Donald Trump, en relación a las políticas exteriores. Según informó la Casa Blanca, el Gobierno no tiene previsto invitar a Rusia a participar en el prestigioso "Grupo de los 7" donde participan los siete principales poderes económicos del mundo.
Este grupo, compuesto por países de gran peso político, económico y militar a escala global, lo integran Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Si bien el territorio comandado por Vladimir Putin no forma parte, se creía que podía estar incluido en algunas de las próximas reuniones. "No creo que vayamos a hacer nuevas invitaciones a Rusia", dijo el portavoz gubernamental, Jen Psaki, a bordo del avión presidencia Air Force One.
Cabe recordar que Rusia fue expulsada del entonces G8 en el 2014, a causa de su anexión de Crimea de la vecina Ucrania que nunca logró ser reconocida por la comunidad internacional. Frente a esto, la funcionaria dejó en claro que si se da una invitación formal, debería ser formulada en asociación con los demás socios y no solo por Estados Unidos.
Si bien el ex presidente Trump había expresado su deseo de mejorar las relaciones con Putin, ofreciéndose a invitarlo a la próxima cumbre; Biden decidió tomar un camino totalmente distinto. En la Conferencia de Seguridad de Munich, acusó a Rusia de "atacar nuestras democracias" y al máximo mandatario de buscar "debilitar el proyecto europeo y nuestra alianza de la OTAN".
Más allá de esto, el actual presidente de EE.UU. dejó en claro que "no se trata de enfrentar a Oriente contra Occidente" y remarcó la importancia de no retornar a antiguos enfrentamientos del pasado. "No podemos ni debemos volver a los bloques rígidos de la Guerra Fría", manifestó durante la reunión virtual con el objetivo de lanzar nuevas respuestas para combatir la pandemia del coronavirus.