(Actualiza con nuevo balance de víctimas y nuevas declaraciones de EEUU y Qatar)
Al menos 13 personas murieron y 95 resultaron heridas en la capital de Libia, Trípoli, donde hoy se enfrentaron grupos armados rivales haciendo temer que se desate una nueva guerra en el país del norte de África.
Los combates, con armas pesadas y ligeras, se produjeron en varios barrios de la capital, en un momento de caos político por la rivalidad entre dos Gobiernos: uno con sede en Trípoli, dirigido por Abdelhamid Dbeibah desde 2021, y otro formado en el este liderado por Fathi Bashagha y apoyado por el bando del mariscal Jalifa Hafter, un militar antiislamista.
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Durante toda la noche hubo ráfagas de tiros y explosiones en Trípoli, donde continuaban los combates que se extendieron también a otras zonas, según la agencia de noticias AFP.
Varias humaredas se elevaban en la capital, donde solo circulaban milicianos por sus calles.
Trípoli acusó en un comunicado al bando rival y lamentó que los enfrentamientos sucedan justo cuando "debían celebrarse negociaciones para evitar que se derrame sangre en la capital".
"Hacemos un llamamiento a todos los hombres y mujeres libios en la capital, Trípoli, y en todas las ciudades libias para que adopten una posición nacional seria y genuina contra cualquiera que quiera iniciar una guerra dentro de la capital para lograr o preservar ganancias personales", dijo Dbeibah en un comunicado recogido por el portal Ein News.
Sin embargo, Bashagha negó que tales conversaciones se produjeran y acusó a la administración "ilegítima" de Dbeibah de "aferrarse al poder".
Seis hospitales fueron alcanzados por los ataques y las ambulancias no pudieron acceder a las zonas de combate, indicó el Ministerio de Salud, que divulgó un nuevo balance de 13 muertos y 95 heridos.
Los enfrentamientos provocaron importantes daños en pleno corazón de la capital, según imágenes divulgadas en Internet, en las que se veían vehículos calcinados y edificios llenos de balazos. Hubo incendios en una mezquita y en una clínica privada.
El Consejo de Seguridad de la ONU observa "con preocupación" los acontecimientos en Libia, incluida la movilización de fuerzas y las amenazas de recurrir a la confrontación violenta en Trípoli con fines políticos, indicó Stephane Dujarric, vocero del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y pidió acciones inmediatas para cesar la violencia, informó la agencia Europa Press.
También la embajada de Estados Unidos en el país se dijo "muy preocupada" por los enfrentamientos, mientras que Qatar instó a "todas las partes a evitar una escalada (de violencia) y un baño de sangre y a solucionar sus disputas a través del diálogo".
En tanto, el presidente del Consejo Presidencial de Transición, el organismo reconocido por Naciones Unidas para gestionar el proceso de transición en Libia, Mohamed Menfi, se vio obligado a adelantar el fin de su visita oficial a Túnez para volver de urgencia al país.
En las últimas horas, fuentes citadas por el canal de noticias emiratí Al Arabiya informaron que negociadores egipcios pusieron en marcha una iniciativa de emergencia para lograr un alto el fuego entre las partes y evitar a última hora que Libia acabe de nuevo inmersa en una guerra civil
Bashaga, cuyo gobierno fue formado en Bengazi, ya intentó tomar el control de Trípoli el 22 de julio, en unos enfrentamientos que dejaron 16 muertos y alrededor de 50 heridos.
Actualmente tiene su sede en Sirte, pero el primer ministro del este del país lleva días amenazando con llevar a cabo una ofensiva definitiva contra la capital.
Dbeibah llegó al poder tras el histórico alto el fuego de 2020, que puso fin a un año de combates entre las fuerzas de Trípoli y las del este del país.
El Gobierno de transición tenía el mandato de llevar al país a elecciones en diciembre pasado, pero nunca se llevaron a cabo debido a las divisiones sobre las reglas y la presencia de candidatos controvertidos.
En febrero, el Parlamento de Bengazi designó a Bashagha al frente de un nuevo Ejecutivo con el respaldo del mariscal Hafter, un militar que sirvió al dictador Muammar Kaddafi pero luego se enfrentó con él, cuyas tropas trataron de conquistar la capital en 2019.
Pero Bashagha no ha conseguido hasta ahora apartar al Ejecutivo dirigido por Dbeibah, que ha afirmado en varias ocasiones que solo entregará el poder a un gobierno electo.
Libia lleva más de una década en crisis y en repetidos episodios de conflicto armado tras la caída de Kaddafi en un levantamiento respaldado por la OTAN en 2011.
Desde entonces, el país ha tenido una decena de gobiernos y no ha conseguido celebrar elecciones presidenciales debido a las fuertes divergencias.
Con información de Télam