La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que las autoridades iraníes reprimieron con fuerza excesiva y letal las protestas antigubernamentales desatadas el mes pasado por la muerte de una joven bajo custodia de la policía de la moral que, según organizaciones, dejaron ya más de 150 muertos, e instó a los gobiernos a "cooperar para aumentar la presión sobre Irán".
La brutal respuesta de las autoridades iraníes a las protestas en muchas ciudades indica una acción concertada del Gobierno para aplastar la disidencia con un cruel desprecio por la vida, dijo Tara Sepehri Far, investigadora sobre Irán de HRW.
Los disparos generalizados de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes solo sirven para alimentar la ira contra un gobierno corrupto y autocrático, agregó la especialista en un comunicado difundido por la organización.
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HRW verificó fotos y 16 videos publicados en las redes sociales que muestran, en protestas del 17 al 22 de septiembre, cómo la policía y otras fuerzas de seguridad usan fuerza excesiva y letal contra manifestantes en Teherán, la capital, y las ciudades de Divandarreh, Garmsar, Hamedan, Kermán, Mashhad, Mehrshahr, Rasht y Shiraz.
En las filmaciones es posible observar cómo las fuerzas de seguridad usan escopetas, rifles de asalto y pistolas contra los manifestantes en entornos mayoritariamente pacíficos y a menudo repletos de personas; en algunos casos, dispararon contra personas que huían.
La conclusión de la ONG también se basa en entrevistas realizadas a cinco testigos de la represión en Sanandaj, Marivan, Saghez y Mashhad, y a un miembro de las fuerzas de seguridad.
Entre las declaraciones, una mujer de la ciudad de Sanandaj, por ejemplo, dijo que el 21 de septiembre, las fuerzas de seguridad le dispararon directamente en la parte superior del pecho con las llamadas municiones menos letales, causándole heridas superficiales, cuando les pidió que no detuvieran a una adolescente.
(Las fuerzas de seguridad corrieron hacia un niño de 13 años que estaba parado entre la multitud. Era tan delicado y pequeño que ni siquiera se resistió. Estaba en el pasto protegiéndose la cabeza mientras lo golpeaban, agregó.
Esta investigación no incluyó la represión mortal de las fuerzas de seguridad en Zahedan el 30 de septiembre pasado, ni los ataques posteriores contra los manifestantes, incluso en el campus de la Universidad Sharif en Teherán el 2 de octubre.
En el documento, HRW instó a "los gobiernos interesados deben cooperar para aumentar la presión sobre Irán y emprender una investigación independiente dirigida por las Naciones Unidas sobre los abusos graves cometidos durante las protestas y recomendar vías para hacer que los responsables rindan cuentas".
Una ola de protestas sacude a Irán desde la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, tras haber sido detenida por la policía de la moral de Teherán por incumplir el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a cubrirse la cabeza y el pecho con un velo.
La ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, elevó ayer a por lo menos 154 la cantidad de víctimas fatales en el contexto de las protestas, mientras medios estatales iraníes difundieron un balance de 60 muertos, incluyendo a 12 agentes de seguridad.
HRW compiló los nombres de 47 personas que grupos de derechos humanos o medios de comunicación creíbles documentaron como asesinados, la mayoría por balas. Estos incluían al menos nueve niños, dos de ellos niñas, y seis mujeres.
Hoy, las autoridades judiciales iraníes negaron cualquier vínculo entre la muerte de una joven muerta y las manifestaciones, luego de que circulada en redes sociales información de que Nika Shahkarami había sido asesinada por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones.
Durante los últimos cuatro años, Irán experimentó varias oleadas de protestas generalizadas y las autoridades respondieron con fuerza excesiva y letal y arrestos arbitrarios de miles de manifestantes.
En una de las represiones más brutales, en noviembre de 2019 , las fuerzas de seguridad usaron ilegalmente fuerza letal excesiva e ilegal contra los manifestantes y Amnistía Internacional estimó que al menos 340 personas murieron.
La gente en Irán está protestando porque no ven la muerte de Mahsa Amini y la represión de las autoridades como un evento aislado, sino como el último ejemplo de la represión sistemática del gobierno contra su propio pueblo, dijo Tara Sepehri Far, investigadora sobre Irán de HRW.
Con información de Télam