Haitianos que quedaron sin viviendas por un devastador terremoto que causó la muerte a unas 2.000 personas expresaban su enojo por la falta de ayuda del Gobierno, tras pasar otra noche en tiendas de campaña o a la intemperie, muchos sin agua potable ni alimentos.
El primer ministro Ariel Henry, que viajó para visitar la ciudad de Les Cayes, en el suroeste de Haití, poco después del terremoto de magnitud 7,2 del sábado, elogió la dignidad mostrada por los sobrevivientes y prometió un rápido aumento de la ayuda.
No obstante, a última hora del martes, cuando las nubes de tormenta amenazaban con una segunda noche de fuertes lluvias, los residentes de una ciudad colmada de tiendas de campaña en Les Cayes dijeron que la asistencia era escasa.
"Nadie del Gobierno ha venido aquí. No se ha hecho nada", dijo Roosevelt Milford, un pastor que había visitado estaciones de radio y televisión en el área, pidiendo tiempo al aire.
"Necesitamos ayuda", dijo Milford en un simple mensaje transmitido por ondas de radio en nombre de los cientos de personas que acampan en terrenos sin servicios desde que el terremoto destruyó sus hogares.
Cerca de allí, los residentes desplazados usaban machetes para afilar los bordes de los postes de madera y clavarlos en el suelo para sostener sus carpas improvisadas.
La tormenta tropical Grace, que azotó el sur de Haití la noche anterior, arrasó con muchos refugios e inundó el campo, intensificando la crisis.
"Tenemos la voluntad de hacer todo, pero no tenemos el dinero ni los recursos", dijo Milford. "Y tenemos que prepararnos para la lluvia que viene esta noche".
Milford y otros locales se quejaron de que carecían incluso de los tipos de ayuda más básicos, como alimentos, agua potable y refugio de la lluvia.
En un país con altos niveles de delitos violentos, los residentes establecieron sus propios equipos de seguridad para vigilar durante la noche, prestando especial atención a las condiciones para mujeres y niñas, agregó.
Las preocupaciones de seguridad sobre las áreas controladas por pandillas en la ruta desde la capital, Puerto Príncipe, así como los daños causados por el terremoto en algunas carreteras, han dificultado el acceso a algunas de las zonas más afectadas para los equipos de ayuda y rescate.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo el martes que las negociaciones exitosas con los grupos armados habían permitido que un convoy humanitario llegara a Les Cayes. Los medios dijeron que se había acordado una tregua con las pandillas.
Jerry Chandler, director de la Agencia de Protección Civil de Haití, que coordina la respuesta de emergencia, dijo que el Gobierno estaba enviando ayuda a las áreas afectadas por tierra. En los primeros días después del terremoto, muchos médicos y trabajadores humanitarios se apresuraron a llegar en avión.
Sin embargo, las inundaciones repentinas y los deslizamientos de tierra a raíz de la tormenta tropical Grace, que pasó por Jamaica el martes por la tarde, agravaron las dificultades para llegar a comunidades remotas.