Tras meses de reclamos a sus aliados occidentales, Ucrania anunció este martes que recibirá entre 120 y 140 tanques para hacer frente a la invasión rusa y ahora empieza a presionar a sus aliados para que también le envíen aviones caza, una demanda que varios países europeos están evaluando pero que por el momento es rechazada por Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania.
"Las fuerzas armadas ucranianas recibirán entre 120 y 140 tanques modernos de modelos occidentales", anunció el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, pocos días después de que los aliados de Kiev acordaran suministrarle tanques blindados Leopard 2 (de diseño alemán), Challenger 2 (británicos) y M1 Abrams (estadounidenses). Los Challenger saldrán del Reino Unido a fines de marzo, mientras que la salida de los Leopard de Alemania podría extenderse hasta principios de abril, informaron Londres y Berlín.
Estados Unidos, por su parte, anunció por su parte el envío de 31 M1 Abrams, aunque sin precisar la fecha de salida. Además, anunciaron que la semana pasada partió desde las costas de North Charleston, Carolina del Sur, el primer lote de más de 60 vehículos de combate de infantería Bradley con destino a Ucrania. El proceso de entrega, sin embargo, podría demorarse meses, según varias cancillerías, que alegaron posibles reparaciones y labores de mantenimiento, además de la formación de soldados ucranianos para estos modelos, que nunca han utilizado en el terreno.
MÁS INFO
Ucrania ya ha recibido en estos últimos meses tanques extranjeros, entre ellos más de 250 unidades modernizadas del T-72 soviético de parte de Polonia. Pero hasta ahora las potencias occidentales habían sido reticentes a enviar modelos más avanzados por temor a una escalada en el conflicto. Sin embargo, con el paso de los meses, Washington cedió a las presiones, al igual que varios países europeos.
Tras conseguir cambiar la voluntad de sus aliados, Ucrania empezó a presionar ahora para que las mismas potencias occidentales la apoyen con aviones caza, algo que en principio fue rechazado de plano, pero que, teniendo en cuenta cómo se han desarrollado los hechos en los últimos meses, podría cambiar.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este martes que hablará con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, sobre el tema, horas después de responder tajantemente con un "no" cuando se le preguntó si estaba a favor de enviar a Ucrania aviones de combate F-16 estadounidenses fabricados por Lockheed Martin, capaces de realizar ataques de largo alcance. Asimismo, el Reino Unido descartó la posibilidad de enviar aviones a Ucrania ya que considera que "no es práctico" por el largo tiempo que requiere la formación sólo para pilotar este tipo de aeronaves "extremadamente sofisticados". "Lleva meses aprender a volarlos", dijo un vocero de Downing Street al diario británico The Guardian.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que "nada está descartado" sobre este tipo de transferencias pero que los ucranianos no hicieron de momento esa petición a París. En una línea similar, Polonia dijo este martes que no mantiene "ninguna conversación oficial" sobre la transferencia de algunos de sus F-16 a Ucrania.
En cambio, Francia enviará otros 12 cañones Caesar a Ucrania, que se sumarán a las 18 unidades de esas temibles piezas ya entregadas, anunció hoy el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu. Por el contrario, Eslovaquia, que tiene MIG-29 soviéticos, y los Países Bajos, que han empezado a sustituir su flota de F-16 por F-35 dijeron estar dispuestos a entregar aviones a Ucrania.
Al igual que el carro pesado alemán Leopard, "el F-16 es uno de los cazas más producidos en el mundo, por lo que hay muchos, y muchos países europeos los tienen", afirmó Olivier Fourt, periodista especializado en aeronáutica militar, citado por la agencia de noticias AFP. Según los expertos, los cazas occidentales permitirían atacar a las tropas rusas y disuadir a los rusos de bombardear centros urbanos e infraestructuras energéticas, pero por si solos no serían una solución milagrosa al conflicto.
Con información de Télam