Las autoridades de Ucrania informaron este jueves la muerte de, al menos, 40 personas, entre ellos diez civiles, como consecuencia de la ofensiva militar lanzada por Rusia contra alrededor de 16 localidades del país, incluidos cerca de 20 muertos a causa de un bombardeo contra un puesto militar en Odessa, la tercera ciudad más populosa del país que el cine soviético inmortalizó en la película El Acorazado Potemkin. En paralelo, una de las regiones separatistas del este del territorio denunció otro fallecido por un ataque de las Fuerzas Armadas ucranianas. Poco después, estaciones de tren y rutas de algunas de las zonas golpeadas se llenaron de personas que buscan escapar.
El asesor de la presidencia ucraniana, Oleksiy Arestovich, informó que la gran mayoría de las víctimas son miembros de la guardia fronteriza. Si bien reconoció que hay "al menos diez" civiles muertos en los enfrentamientos, según lo reportado por el portal ucraniano de noticias Babel, las autoridades de Odessa precisaron que un bombardeo contra un puesto militar en la localidad de Lipetskoye, ubicada en el distrito de Podolski se saldó con, al menos 18 muertos, tal y como ratificó la agencia ucraniana de noticias Unian.
Por su parte, el Ejército ucraniano refirió un "intenso bombardeo" en zonas del este de Ucrania y el presidente, Volodimir Zelensky, ya dio la orden de "infligir el máximo posible de pérdidas a los invasores", según Unian.
Aún no está claro qué partes de la capital, Kiev, fueron bombardeadas. Sin embargo, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, confirmó por Twitter estos ataques: "En Kiev hubo bombardeo de instalaciones gubernamentales sin afectación a nuestra comunidad. Confirmados combates (en el) este y (el) sur de Ucrania."
Las fuerzas leales a Kiev también dieron detalles sobre el supuesto derribo de varias aeronaves rusas, algo que desde Moscú niegan. Además, según las fuerzas armadas de Ucrania, lograron "repeler" un ataque de las tropas rusas en Lugansk, región controlada en parte por los rebeldes separatistas, y definieron en 50 a los "enemigos" muertos, en un contexto en el que Zelenski ordenó actuar "con todo" contra la "ocupación".
En este contexto, el Ministerio de Infraestructura ucraniano resaltó que, hasta el momento, fueron evacuados más de 3.000 ciudadanos en la región de Donbass, como se conoce a la zona minera del este del país donde se encuentran las dos regiones separatistas que Rusia reconoció esta semana. El ministerio compartió a través de su página web que un total de 3.100 personas "han sido evacuadas de Donetsk y Lugansk".
Por otra parte, apuntó que "el movimiento de trenes a Jarkov se suspende temporalmente". "Además, por motivos de seguridad, se detuvo el tráfico en el tramo entre Volnovaja y Pivdennodonbaska y se evacuó al personal", informó a través de un comunicado.
Jarkov es la segunda ciudad más poblada del país y también se encuentra cerca de la frontera con Rusia. El canal estadounidense CNN mostró cómo la estación central de esta localidad estaba llena de gente que busca escapar por miedo a que haya nuevos bombardeos. En las imágenes se podían ver familias enteras, con niños y adultos mayores. En Kiev, algunas de sus arterias centrales estaban atoradas de tráfico, con personas que querían abandonar la ciudad.
En tanto, al sur de esa ciudad, el gobierno separatista de Donetsk, aliado formal ahora de Rusia, acusó a las Fuerzas Armadas ucranianas de lanzar varios ataques sobre el territorio que controla y de provocar un muerto y cinco heridos, todos identificados como civiles. Esto sucedió en la ciudad de Górlovka, una de las más importantes bajo control rebelde en donde antes que estallara el conflicto en 2014 vivían unas 250.000 personas.
El presidente ruso, Vladimir Putin anunció en la madrugada de este jueves una "operación militar" en el este de Ucrania, días después de haber reconocido la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Según afirmó su gobierno, no es una guerra, sino una ofensiva para evitar una guerra internacional. Ucrania, sin embargo, lo consideró un ataque directo contra su soberanía, rompió relaciones con Moscú y le pidió ayuda a sus aliados occidentales, que por ahora prometieron imponer más sanciones contra Moscú.
Putin desestimó condenas y sanciones internacionales y advirtió que cualquier intento de intervención tendrá "consecuencias que nunca han visto".