Hace nueve días que Rusia decidió no renovar el acuerdo alcanzado el año pasado con Ucrania -con mediación de la ONU y Turquía- para retomar las exportaciones de granos desde los puertos del sur de Ucrania, pese a los constantes combates y bombardeos. Las consecuencias fueron inmediatas. Por un lado, los precios internacionales empezaron a aumentar de nuevo, especialmente el trigo. Por otro lado, Kiev denuncia que sus cosechas se volvieron a convertir en objetivos militares de las fuerzas rusas. Este lunes, la Cancillería ucraniana acusó a Moscú de haber destruido unas 180.000 toneladas de granos.
Apenas dos días después de que se cayera el acuerdo y mientras los dos mediadores intentaban revivir las exportaciones, Ucrania comenzó a denunciar ataques rusos contra sus cosechas. Desde entonces, siempre según Kiev, no han cesado, tanto contra los lugares de acopio de granos como contra las principales infraestructuras portuarias sobre el Mar Negro que aún están bajo control ucraniano.
Rusia fue la que se negó a prorrogar por quinta vez el acuerdo para exportar granos desde los puertos ucranianos en medio de la guerra, como venían reclamando los países africanos, con el liderazgo del presidente de Sudáfrica y socio de Moscú en el Brics, Cyril Ramaphosa. Lo hizo, según declaró, por dos razones: por un lado, denunció que el corredor marítimo para las exportaciones estaba siendo utilizado para ingresar armamento para Ucrania y, por otro lado, acusó a las potencias occidentales de continuar bloqueando las exportaciones de sus propios fertilizantes y productos agrícolas, la principal contraparte del acuerdo para Moscú.
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Los primeros en quejarse fueron los países africanos, que necesitan desesperadamente los envíos de granos ucranianos. Por eso, Putin se apuró la semana pasada y celebró una cumbre con los líderes de ese continente. Les hizo una promesa inédita: "Quiero garantizarles que nuestro país es capaz de reemplazar a los granos ucranianos tanto a nivel comercial como en los acuerdos gratuitos."
Aún no está claro si los países africanos aceptarán esta oferta y dejarán de presionar activamente por una reactivación del acuerdo bilateral con Ucrania. Mientras tanto, los organismos internacionales aliados de Estados Unidos alertan que sin un entendimiento con Kiev, la situación económica global volverá a empeorar.
El pronóstico del FMI
Los precios internacionales de los granos podrían incrementarse hasta un 15% si no se restaura el acuerdo entre Rusia y Ucrania, advirtió la semana pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Está muy claro que la iniciativa de granos del Mar Negro fue muy instrumental en asegurar que haya habido una amplia oferta de granos en el mundo en el último año”, afirmó el economista en jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas a la prensa, en declaraciones citadas por la agencia Bloomberg.
El acuerdo establecía un corredor seguro en el Mar Negro, lo cual permitió –durante su vigencia- sacar de la zona de conflicto casi 33 millones de toneladas de granos, incluyendo 725.000 toneladas para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU destinados a la población de Afganistán, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen.
El desbloqueo fue clave para bajar los precios mundiales en el trigo, maíz, cebada y aceite de girasol, tras las escalada que atravesaron al iniciarse la guerra en febrero del año pasado.