La segunda ronda de diálogo entre Rusia y Ucrania terminó este jueves sin un acuerdo para poner fin a la guerra, pero sí una tregua para garantizar el establecimiento de corredores humanitarios que permitan la evacuación de civiles, un tema central en un momento en que los combates y lo bombardeos rusos se intensifican, especialmente en el este y sureste de Ucrania, donde esas fuerzas están ganando terreno.
El asesor principal de la Presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, informó por Twitter que la segunda ronda de diálogo entre su gobierno y el ruso terminó sin un alto el fuego acordado, aunque sí adelantó avances para la instalación de corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles dentro de Ucrania. "La segunda ronda de negociaciones terminó. Lamentablemente, los resultados que Ucrania necesita no fueron alcanzados aún. Hay una solución solo para la organización de corredores humanitarios", escribió el funcionario en su cuenta.
La noticia se conoció luego que el presidente ruso Vladimir Putin diera un mensaje televisado ante el Consejo de Seguridad de su país, en el que afirmó que "la operación militar en Ucrania se desarrolla según el plan" y "todas las tareas se están cumpliendo". Además, prometió no renunciar a considerar que "rusos y ucranianos son un solo pueblo" y denunció que "los nacionalistas y mercenarios extranjeros en Ucrania, incluidos los de Medio Oriente, se esconden detrás de los civiles".
Tras la toma militar rusa de Jerson, una ciudad ucraniana de 300.000 habitantes en el este del país, las autoridades locales creen que las fuerzas rusas podrían avanzar hacia la estratégica localidad portuaria de Mariupol. Esta profundización de la guerra también se ve en el frente humanitario. La ONU elevó el número de refugiados a más de un millón, es decir que la cifra de ucranianos que abandonan el país por día ha crecido con el avance de esta primera semana de conflicto.
Todas las expectativas estaban puestas en el diálogo que, finalmente, solo avanzó en el plano humanitario, pero no en el militar. Antes de la reunión, el canciller ruso, Serguei Lavrov, había dicho en Moscú que la delegación rusa ya entregó a la delegación ucraniana sus exigencias en la primera reunión del lunes pasado y que en la de este jueves espera una respuesta.
Rusia pretende el reconocimiento de Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014, como territorio ruso y la desmilitarización, la "desnazificación" de Ucrania y la promesa de un estatuto de país neutro que frene su ingreso a la OTAN.
Ucrania, que el miércoles se manifestó lista para nuevas conversaciones pero dijo que no acepará "ningún ultimátum", exige un alto al fuego y la retirada de las tropas invasoras. Desafiante, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, prometió en un mensaje de video que Rusia asumirá todos los costos económicos de la reconstrucción de Ucrania.
Además, a horas del diálogo, Putin había acusado a Ucrania de querer ganar tiempo prolongando las negociaciones y dijo que esto llevará a que Moscú aumente sus exigencias, y agregó que, en cualquier caso, Rusia seguirá con su ofensiva y cumplirá sus objetivos de hacer que su vecino deje de ser una amenaza para su seguridad.
Desde París, luego de hablar con su par ruso, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo creer que "lo peor está por venir" en Ucrania, que Putin le dijo que intensificará su ofensiva si Kiev rechaza sus planteos y que "podría tomar el control" de todo el país.
En Ucrania, en tanto, mientras que el avance de una gran columna de tanques y blindados rusos sobre Kiev desde el Norte parece haberse estancado, las fuerzas invasoras han logrado importantes victorias en el Sur como parte de un esfuerzo de cortar la salida de Ucrania al mar de Azov y al mar Negro, informó la agencia Télam.
El Ejército ruso tomó el miércoles la sureña ciudad portuaria de Jerson, de 300.000 habitantes, a orillas del mar Negro, su mayor logro hasta ahora desde el inicio de la invasión. Fuertes combates continuaron este jueves en las márgenes de otra estratégica ciudad portuaria, Mariupol, sobre el mar de Azov, gran parte de la cual seguía hoy sin luz ni servicios telefónicos. En las casas y comercios empezaban a escasear la comida y el agua, informó la cadena BBC.
El alcalde Vadym Boichenko dijo que las fuerzas rusas querían bloquear la ciudad de 440.000 habitantes, impidiendo las evacuaciones y el abastecimiento. "Destruyeron todos los puentes, destruyeron los trenes para impedir que salgan nuestras mujeres, niños, ancianos. Nos impiden abastecernos", declaró, y dijo que había ataques constantes desde todos los frentes.
El saldo de víctimas por el momento no está del todo claro. La oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo que 227 civiles murieron y 525 resultaron heridos en Ucrania en la primera semana de invasión, pero aclaró que está convencida de que la cifra real es mucho mayor. El servicio de emergencia de Ucrania anunció el miércoles, en cambio, que los muertos civiles eran más de 2.000. Y desde el lado ruso informaron que sus fuerzas sufrieron casi 500 bajas y 1.600 heridos, mientras que en el bando ucraniano ya suman más de 2.800 fallecidos y más de 3.700 heridos.