El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se refirió por primera vez a la lluvia de denuncias ucranianas e internacionales por los cadáveres de civiles que las fuerzas de Kiev y la prensa internacional que cubre la guerra encontraron cuando Moscú se retiró de la periferia de la capital ucraniana, como gesto de distención en un proceso de negociación de paz que, ahora, parece haberse enfriado. En línea con lo que ha dicho su gobierno, el mandatario acusó a su vecino de escenificar y responsabilizarlo de una masacre que, dijo, no cometió. "Fue una provocación grosera y cínica de parte del régimen de Kiev en la ciudad de Bucha", sentenció.
Durante una entrevista con el reelecto primer ministro húngaro Viktor Orban, el presidente ruso se refirió al tema que domina hace días todas las conversaciones, presiones y negociaciones alrededor de la invasión rusa a Ucrania. Más tarde, su vocero, Dmitri Peskov, cambió ligeramente su discurso de las últimas horas, cuando afirmó que no era posible realizar una investigación independiente y parcial en Ucrania, y se sumó a los pedidos de la ONU para una. "Sin lugar a dudas, es necesario y se debe investigar la escenificación horrible en Bucha", aseguró este miércoles ante la prensa. Y agregó: "Debe ser imparcial e independiente".
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¿Qué pasó en Bucha?
Tras la retirada de una de las localidades de esta zona periférica de la capital, Bucha, la prensa internacional logró ingresar y se encontró con imágenes que aún shockean a gran parte del mundo. Rusia sostiene que abandonó la zona el miércoles 30 de marzo y los periodistas internacionales ingresaron el sábado 2 de abril. El argumento de Moscú es que "los llamados crímenes de Bucha recién aparecieron al cuarto día (que ellos se retiraron) y cuando el servicio de seguridad de Ucrania y miembros de los medios ucranianos llegaron".
El gobierno ruso, que dio a entender que se trataría de una puesta en escena montada por las autoridades o las fuerzas ucranianas en la ventana de tres días entre su retirada y la llegada de la prensa internacional, denunció esta semana que el presunto "montaje" busca "disrumpir" el diálogo de paz. El problema con este argumento es que las fotos no fueron publicadas por "el régimen de Kiev", como sostiene Rusia, sino por un amplio abanico de periodistas extranjeros que están cubriendo la guerra, algo que cada vez se ve menos en los conflictos armados más sangrientos de la actualidad, como Siria, Yemen y Libia.
Las denuncias de los aliados occidentales de Ucrania no se limitaron a lo verbal. La Unión Europea le propuso a sus Estados miembros que sumen un embargo a las exportaciones de petróleo y carbón ruso a la lista de sanciones que ya impusieron contra Moscú, mientras que Estados Unidos impulsó la suspensión de Moscú en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. El jueves a la mañana la Asamblea General de la ONU votará en Nueva York la suspensión. Este miércoles, el gobierno argentino adelantó que votará a favor.